“Hay un deseo común de que en 2030 Teruel sea una ciudad más habitable, inclusiva y sostenible.” ¡Toma ya! Esta es una de las principales conclusiones de un informe que el Ayuntamiento ha encargado a la empresa 3CS Estrategia Económica para que nuestra ciudad pueda crear su propia Agenda Urbana (imprescindible para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las directrices de la Unión Europea para aplicar la Agenda 2030 de la ONU). Aunque el consistorio oculta el término “Agenda 2030” en su nota de prensa, no duda en recordar que la finalidad de este informe es “fomentar un desarrollo urbano sostenible, inclusivo y resiliente” de nuestra ciudad.
No sé ustedes, pero yo leo la palabra “resiliente” y parte de mi cerebro se apaga automáticamente. Aún así, he hecho un esfuerzo para ver a qué conclusiones ha llegado esta empresa. Y oigan, ni tan mal la cosa… “Si bien las prioridades varían, el consenso apunta hacia un modelo de desarrollo equilibrado que combine tradición y modernidad, asegurando calidad de vida para todas las generaciones”. ¡Caramba! ¡Qué sorpresa! Esperaba algo más disruptivo del estilo: “un modelo de desarrollo que permita abrir un gran casino junto a Dinópolis combinando las tradiciones del folclore turolense con los avances tecnológicos multiculturales para la proyección de Teruel como epicentro del juego inclusivo y sostenible”.
Estarán conmigo que estos análisis a brochazos no dicen realmente nada. Pero, en honor a la verdad, diré que el documento elaborado sí que aborda algunas cuestiones de forma más concreta. Por ejemplo: “Hay que terminar el proceso de aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y comenzar su desarrollo. También, invertir en vivienda pública y privada a precios asequibles para comprar y alquilar. Además, hay que apostar por una movilidad que dependa menos del coche y que se centre en caminar, la bicicleta y el transporte público. Hay que mejorar el mantenimiento de los espacios y equipamientos públicos así como la accesibilidad de las calles y desarrollar un urbanismo compacto, con equipamientos en los barrios, tal y como marca el PGOU”.
Sin quitarle un ápice de razón a esta conclusión, no me negarán que tampoco hace falta una cátedra de la Complutense para tener claras estas prioridades (que, por cierto, podrían aplicarse a cualquier otra ciudad de tamaño medio en nuestro país). Apunta el documento, con más concreción, que hay que “invertir en las zonas del Centro Histórico que lo necesiten” (obviamente) y apuesta por “la integración de la muralla”. Recalca que hay que “mejorar la integración en la ciudad de espacios y solares del entorno de la muralla, dotar de equipamientos y espacios públicos esta zona y mejorar la zona del acueducto”. ¡Bravo!
No sé, a mí me da la sensación de cierto corta-pega estilo Urdangarín. Porque si bien habla de la muralla y del acueducto no concreta nada. Todo son generalidades y vaguedades que no aportan nada nuevo.
El Ayuntamiento, tras recibir este informe, ha habilitado una encuesta para que digamos nosotros, los turolenses, qué esperamos de nuestra ciudad en los próximos años. Entre las cuestiones, nos preguntan cómo “mejorarías el uso, conservación y protección del suelo en Teruel”, cómo podemos evitar “la dispersión urbana y revitalizar Teruel”, cómo mejorar la circulación e incluso cómo facilitar el acceso a la vivienda. Preguntas del todo pertinentes que les invito a contestar con ejemplos concretos basados en su experiencia como ciudadanos.
También se nos calzan algunas preguntas del tipo: “¿Cómo crees que debemos prevenir y reducir los impactos del cambio climático?”, “¿cómo realizarías una gestión sostenible de los recursos y de la economía circular?” o “¿cómo crees que se debería impulsar la igualdad y equidad en Teruel?” En fin… Yo, insisto, con que limpiasen las deposiciones de perros de las aceras, arreglasen la descuidada iluminación de la plaza del Torico o liberasen suelo para construir vivienda me daría con un cantico en los dientes para empezar.
Espero que los resultados de esta encuesta se hagan públicos y, lo más importante, que se apliquen sus conclusiones escuchando al ciudadano. Porque entiendo que los de la Agenda 2030 no deja de ser el peaje woke que tiene que pagar el Ayuntamiento para que no lo tachen de negacionista.
Cuál
No sé ustedes, pero yo leo la palabra “resiliente” y parte de mi cerebro se apaga automáticamente. Aún así, he hecho un esfuerzo para ver a qué conclusiones ha llegado esta empresa. Y oigan, ni tan mal la cosa… “Si bien las prioridades varían, el consenso apunta hacia un modelo de desarrollo equilibrado que combine tradición y modernidad, asegurando calidad de vida para todas las generaciones”. ¡Caramba! ¡Qué sorpresa! Esperaba algo más disruptivo del estilo: “un modelo de desarrollo que permita abrir un gran casino junto a Dinópolis combinando las tradiciones del folclore turolense con los avances tecnológicos multiculturales para la proyección de Teruel como epicentro del juego inclusivo y sostenible”.
Estarán conmigo que estos análisis a brochazos no dicen realmente nada. Pero, en honor a la verdad, diré que el documento elaborado sí que aborda algunas cuestiones de forma más concreta. Por ejemplo: “Hay que terminar el proceso de aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y comenzar su desarrollo. También, invertir en vivienda pública y privada a precios asequibles para comprar y alquilar. Además, hay que apostar por una movilidad que dependa menos del coche y que se centre en caminar, la bicicleta y el transporte público. Hay que mejorar el mantenimiento de los espacios y equipamientos públicos así como la accesibilidad de las calles y desarrollar un urbanismo compacto, con equipamientos en los barrios, tal y como marca el PGOU”.
Sin quitarle un ápice de razón a esta conclusión, no me negarán que tampoco hace falta una cátedra de la Complutense para tener claras estas prioridades (que, por cierto, podrían aplicarse a cualquier otra ciudad de tamaño medio en nuestro país). Apunta el documento, con más concreción, que hay que “invertir en las zonas del Centro Histórico que lo necesiten” (obviamente) y apuesta por “la integración de la muralla”. Recalca que hay que “mejorar la integración en la ciudad de espacios y solares del entorno de la muralla, dotar de equipamientos y espacios públicos esta zona y mejorar la zona del acueducto”. ¡Bravo!
No sé, a mí me da la sensación de cierto corta-pega estilo Urdangarín. Porque si bien habla de la muralla y del acueducto no concreta nada. Todo son generalidades y vaguedades que no aportan nada nuevo.
El Ayuntamiento, tras recibir este informe, ha habilitado una encuesta para que digamos nosotros, los turolenses, qué esperamos de nuestra ciudad en los próximos años. Entre las cuestiones, nos preguntan cómo “mejorarías el uso, conservación y protección del suelo en Teruel”, cómo podemos evitar “la dispersión urbana y revitalizar Teruel”, cómo mejorar la circulación e incluso cómo facilitar el acceso a la vivienda. Preguntas del todo pertinentes que les invito a contestar con ejemplos concretos basados en su experiencia como ciudadanos.
También se nos calzan algunas preguntas del tipo: “¿Cómo crees que debemos prevenir y reducir los impactos del cambio climático?”, “¿cómo realizarías una gestión sostenible de los recursos y de la economía circular?” o “¿cómo crees que se debería impulsar la igualdad y equidad en Teruel?” En fin… Yo, insisto, con que limpiasen las deposiciones de perros de las aceras, arreglasen la descuidada iluminación de la plaza del Torico o liberasen suelo para construir vivienda me daría con un cantico en los dientes para empezar.
Espero que los resultados de esta encuesta se hagan públicos y, lo más importante, que se apliquen sus conclusiones escuchando al ciudadano. Porque entiendo que los de la Agenda 2030 no deja de ser el peaje woke que tiene que pagar el Ayuntamiento para que no lo tachen de negacionista.
Cuál