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'Eco-colonialismo' 'Eco-colonialismo'
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'Eco-colonialismo'

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Javier Silvestre
El Gobierno ha dado luz verde este martes al Clúster del Maestrazgo. Se trata del mayor parque eólico de España. Abastecerá de luz a 300.000 hogares según dicen sus promotores. Se trata de 125 aerogeneradores y dos parques solares que alimentarán una línea eléctrica que bajará por Castellón para dar energía a la Comunidad Valenciana y a Cataluña principalmente. Una inversión de 1.000 millones de euros para su construcción y unos 1.500 millones más durante las tres décadas de explotación. Todo parece maravilloso, ¿verdad?

Pero les digo una cosa: que nadie nos tome por imbéciles, porque detrás de esta ecopropaganda se esconde una esquilmación absoluta de los recursos de nuestra provincia sin retorno alguno. No quiero entrar en turbias cuestiones políticas, puertas giratorias de cargos socialistas que han acabado en las empresas adjudicatarias, ni tan siquiera en el flagrante incumplimiento de la normativa medioambiental europea. Me basta con poner encima de la mesa algo tan frío y poco sostenible como el impacto económico que supondrá para Teruel semejante proyecto.

Empecemos por las 2.000 hectáreas necesarias para instalar los molinillos del clúster del Maestrazgo y sus accesos. Para empezar, por el escaso valor de los suelos rústicos comprados a unos propietarios que, en la mayoría de los casos, emigraron de la zona años atrás. A esto hay que sumar la codicia de algunos alcaldes que han sido deslumbrados por un improbable futuro lleno de trabajadores relacionados con las renovables que emigran tan pronto como acaba la obra. Eso por no hablar de la más que sospechosa falta de oposición de los organismos públicos provinciales y autonómicos que ahora ostenta el PP.

Repasando documentación, este mismo diario publicaba una entrevista con Carlos Reyero, director general de Forestalia, en octubre de 2021. Se le preguntaba sobre otro megaproyecto: la línea de Muy Alta Tensión (MAT) que atravesaría de oeste a este la provincia de Teruel y terminaría en la provincia de Barcelona (270 kilómetros de longitud). La respuesta de hace tres años evidencia lo que significa Teruel para Forestalia y para nuestros gobernantes. Lean con atención.

“Para hacer una instalación de este tipo (MAT) se tienen que dar una serie de características o circunstancias favorables, la primera que haya viento o irradiación suficiente en la zona donde se pretende instalar un parque fotovoltaico o eólico. Ese terreno debe de estar cuanto menos poblado mejor y ser cuanto más extenso mejor para que el aprovechamiento económico sea mayor. Si miramos el mapa de Cataluña nos fijaremos en que es una zona intensivamente demandante de energía y que tiene una satisfacción de esa demanda muy baja mediante renovables”. Y continuaba diciendo que “en Aragón se puede producir la energía, tiene baja densidad de población y está muy concentrada, cuando  Cataluña tiene un territorio densamente poblado, con una población dispersa y un aprovechamiento agrícola vinculado con fuertes inversiones en regadío que encarecen el terreno. (...) Parece lógico tomar el recurso donde lo hay y llevarlo donde está la demanda.”

Tiene toda la lógica empresarial. Una expoliación en toda regla que tratan de justificar ofreciéndonos migajas de pan. Pero hay nueve alcaldes (La Iglesuela del Cid, Cantavieja, Mirambel, Bordón, La Cuba, Tronchón, Fortanete, Villarluengo y Puertomingalvo) que corrían a mostrar su “satisfacción” este mismo miércoles en el diario La Comarca.

Aprovechaban para recordarnos a todos que van a llegar 1.500 trabajadores y que sus vecinos tendrán “rebajas de la luz” que no podían cuantificar aún (pese a que habían firmado un convenido con Forestalia donde aseguraban que la electricidad sería gratis). Y legitimaban su total entrega porque “hemos salido reelegidos por las urnas llevando los parques eólicos en nuestro programa electoral”. Es bien sabido que en estos pueblos hay una guerra abierta entre defensores y detractores del proyecto en función de si repercute en la cuenta bancaria de unos pocos agraciados (que muchas veces no son ni vecinos del pueblo).

Es que, por no llevarnos en la provincia, no nos llevaremos ni los beneficios de construir los dichosos aerogeneradores, que se que se van a fabricar en empresas de Galicia, Albacete, Burgos y Castellón. Ya nos pasó hace más de medio siglo, cuando veíamos pasar trenes llenos de arcillas turolenses hacia Castellón, que permitieron la creación de dos imperios empresariales como Pamesa y Porcelanosa. Y ahora, que nadie lo dude: pasará lo mismo. El colonialismo de antaño, en su acepción más hostil, se ha transformado en eco-colonialismo energético. Riqueza regalada sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza.