Síguenos
Valerie Miles, escritora y editora estadounidense, presentó Turia en Teruel: “Bolaño nos dice que hay que meterse en el abismo, abrir los ojos y mirar” Valerie Miles, escritora y editora estadounidense, presentó Turia en Teruel: “Bolaño nos dice que hay que meterse en el abismo, abrir los ojos y mirar”
La escritora y editora estadounidense Valerie Miles, el martes pasado en Teruel

Valerie Miles, escritora y editora estadounidense, presentó Turia en Teruel: “Bolaño nos dice que hay que meterse en el abismo, abrir los ojos y mirar”

La directora de la edición española de Granta publica un articulo sobre el chileno
banner click 236 banner 236

Valerie Miles es escritora, editora, directora de la edición española de la decana de las revistas literarias, la británica Granta, y una de las grandes expertas en el escritor chileno Roberto Bolaño (1953-2003). La pasada semana presentó en Teruel el número 132 de la revista Turia, en la que ha colaborado con un documento sobre la conexión beat americana del escritor. 

-Más allá del artículo que ha publicado en Turia sobre Bolaño, su intervención durante la presentación de la revista en Teruel fue un elogio a las letras...

-Sí, así es. Y además me permití el lujo de hacer un slam, poniéndome en la piel del propio Bolaño. Seleccioné un pequeño poema de Enrique Lihn, que era uno de los autores que él amaba, y otro de John Ashbery, y los leí juntos. Este tipo de cosas le encantaban a Bolaño. 

-Es una de las grandes expertas en Roberto Bolaño, y usted misma ha dicho que el monográfico que en su día publicó Turia sobre el chileno es una de las referencias sobre su obra...

-Fue un número de Turia que cualquier bolañista conoce o debe conocer. ¡Y en estos momentos están surgiendo bolañistas como champiñones por todo el mundo! El mérito de Turia es que llegó antes que todos ellos. El boom de Bolaño llegó con la publicación de su obra en EEUU y la concesión del National Book Award en 2009. En ese momento no podías ser un joven escritor sin haber pasado por Roberto Bolaño. Y toda esta gente ya tenía ese material que publicó Turia con textos de gente que conocía muy bien a Bolaño. 

-¿Por qué ese boom sobre estudios bolañistas?

-Porque su obra es muy agradecida. Tocó tantas teclas y fuentes de inspiración que interesa a mucha gente. Puedes ser francés y buscar su línea surrealista, puedes ser americano y buscar su vertiente beat, puedes ser argentino y estar interesado en la tradición Borges-Cortázar... Bolaño es riquísimo en referencias, era como un malabarista, y siempre hay una nueva lectura que hacer sobre él. 

-¿Es cierto que Bolaño era un poeta que tuvo que escribir novela para pagar las facturas?

-No. Ese es uno de los falsos mitos que existen sobre él, que escribió novela porque tuvo un hijo y necesitaba dinero. No es cierto. Él siempre tuvo la aspiración de escribir novela. 

-Usted participó en la publicación de su novela póstuma El espíritu de la ciencia ficción buceando en los archivos personales de Bolaños. ¿Cómo se desarrolla este proceso?

-Los inéditos de Bolaños son abundantes, porque hay que recordar que durante muchos años él escribía sin tener editor. Era felizmente contestatario pero eso le creó dificultades para encontrar un chileno exiliado que quisiera publicarle. Él llega a Barcelona en 1977 y empezó a escribir novelas pero durante 20 años no encontró editores. Además era pobre y todo lo escribía con bolígrafo, una máquina de escribir manual y otra eléctrica ya mucho después. Y él acumuló todo ese material y para cuando empezó a tener editores que se interesaran en su obra, prefirió mirar hacia delante, no recuperar las novelas que tenía manuscritas y empezar a escribir cosas nuevas. Por eso dejó tantas obras escritas, algunas de las cuales estaban perfectamente terminadas y, en muchos casos, corregidas.

-Se dice que dejó muchas anotaciones para facilitar la posterior publicación de sus obras tras su muerte...

-Es cierto, estaba todo bastante claro y no había que tomar muchas decisiones. En el caso de El espíritu de la ciencia ficción estaba manuscrita en tres cuadernos. Uno era la entrevista y otros dos la historia. Y él dejó anotadas perfectamente en el manuscrito el número de página de la entrevista donde estaba el fragmento que había que intercalar. Era fácil, la cuestión es... ¿se deben o no se deben publicar inéditos?

-Dígamelo usted...

-¡Qué haría la literatura sin Kafka, si hubiéramos dejado que Brod quemara sus papeles! Estoy convencida de que sí. Son una parte fascinante de la obra de Bolaño que si no se publicara de forma póstuma se perdería. 

-Bolaño vivió el golpe de Estado de Pinochet o la matanza de Tlatelolco. ¿Fue siempre un escritor comprometido o eso responde a determinadas épocas?

-Siempre lo fue. Para él la literatura era un acto moral. Se ve muy bien en los crímenes de sus novelas. Hay quien opina que son demasiado gratuitos, pero él los plasmaba porque es la realidad y quiere mostrarla tal cual. Sus novelas terminan pero los asesinatos siguen, y él nos obliga a pensar en ello. Bolaño nos dice que hay que meterse en el abismo, abrir los ojos y mirar. 

-Bolaño murió con 50 años. ¿Nos perdimos grandes novelas o ya había dado lo máximo de sí mismo?

-Es una pregunta difícil. Para mí sería muy sencillo decir que todavía tenía muchas grandes novelas que escribir. Pero lo mejor de Bolaño era su inconformismo y su rebeldía. Y parte de eso se lo debía a que era joven. Para él las cualidades más importantes eran la camaradería, el amor, la amistad... sentía fascinación por el fracaso, por esos poetas que lo dejaban todo para escribir poesía, y ni siquiera eran muy buenos, pero no importa. Es muy difícil mantener estas posturas cuando uno es maduro y cuando tiene una familia. No sé cómo hubiera sido un Bolaño mayor, más maduro. Quizá hubiera cambiado el tono y se hubiera transformado en un cínico. Es imposible saberlo