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Teresa Viejo, periodista y escritora: “Al acabar una novela, tengo miedo de echar el anzuelo al pozo y no sacar nada” Teresa Viejo, periodista y escritora: “Al acabar una novela, tengo miedo de echar el anzuelo al pozo y no sacar nada”
Teresa Viejo, poco antes de la presentación de su última novela en el Teatro de Alcañiz

Teresa Viejo, periodista y escritora: “Al acabar una novela, tengo miedo de echar el anzuelo al pozo y no sacar nada”

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La periodista y escritora Teresa Viejo presentó este sábado en Alcañiz su última novela, Animales domésticos, en el Festival Aragón Negro. La novela  tiene como personaje central a Abigail, una mujer que acaba de descubrir la infidelidad de su marido y que inicia un camino de obsesión que le llevará a ver y a sentir lo mismo que siente Fernando.

-¿Quien es Abigail?

-Abigail es un personaje espejo, porque es muy fácil que una mujer se sienta identificada con ella, es un personaje transversal, con un niño, un matrimonio de 14 años de duración, aparentemente muy convencional, con horarios, responsabilidades que han hecho estragos y en el que todo salta por los aires cuando se produce una infidelidad. Mi reto era convertir esta historia convencional en algo extraordinario.

-¿Y lo ha conseguido?

-Por lo visto dicen que sí, porque se ha convertido en un thriller psicológico.

-¿Hay muchas mujeres a las que les gustaría ser y hacer lo que hace Abigail?

-Seguro que a muchas mujeres en las circunstancias de Abigail se les cruza por la cabeza hacer lo que ella hace, por los convencionalismos, por el shock, por encontrarse con una vida que no querías... Es una pulsión que pueden tener muchas mujeres. 

-Según algunos estudios publicados recientemente uno de cada cuatro españoles son infieles. La novela tendrá el éxito asegurado.

-Para mí el tema de la infidelidad solamente es el catalizador de la novela, el arranque que después me permite colocar a los personajes en una situación límite, lo que permite abrir la puerta a algo más. Cuando escribo, no pienso si hay un tema que va a interesar a la gente o no, escribo para alcanzar un mayor conocimiento del ser humano, porque a mí en este caso me interesaba ver cómo reacciona el ser humano ante un cataclismo vital como éste que narro.

-¿Se inspiró en alguien o en alguna historia concreta para crear estos personales?

-No me suelo inspirar en nadie. Abigail se parece a tantas mujeres, su historia es tan parecida a otras que no necesitaba fijarme en nadie. Además, me divierte más no fijarme en nadie.

-¿Por qué ha escrito este libro en primera persona?

-No se podían emplear medias tintas en este libro, era imposible y la única manera de que el lector acompañara a Abigail en su viaje, a veces un viaje enfermizo y lleno de rabia, solo podía ser si se escribía en primera primera, por que solo así se le conceden las transgresiones que comete Abigail.

-¿Es su primera vez con la primera persona?

-Sí, y es el gran reto narrativo de Animales domésticos, y de todo lo que he hecho en mi vida profesional. Es dificilísimo, exige un esfuerzo psicológico brutal del que, además, no era consciente.

-Su novela transcurre en el siglo XXI. ¿Tenía que ser así? ¿Por qué no en el siglo XIX, como en La memoria del agua, o en la posguerra, como en Que el tiempo nos encuentre?

-Tenían que estar en el siglo XXI, porque en este libro también dejo atrás el amor romántico, porque hago una especie de autopsia, una disección del amor, superando el amor romántico.

-Indaga mucho en la psicología de los personajes. ¿Le gusta hacerlo o lo necesita?

-Me apasiona la psicología, es lo que me fascina, desentrañar las claves del andamiaje psicológico que tenemos los hombres y las mujeres. 

-Ha escrito ya anteriormente sobre las relaciones entre hombre-mujer. En eso sigue adelante.

-Sí, hice un ensayo, Pareja, sobre las relaciones de pareja y la manera en que nos relacionamos los hombres y las mujeres. Éste me parece un campo de análisis y de estudio, de observación primordial, pero no concibo escribir una novela sin la emoción de unos egos de ficción muy fuertes, y para ello hay que conocer a fondo psicológicamente a los personajes. Antes de escribir una novela, hay que hacer una minibiografía del personaje. Es fundamental para mí.

-Ya sé que le han preguntado mucho por el título, pero es que parece contradictorio que primero llame a los personajes animales y luego los domestique.

-Con el concepto animales lo que quiero decir es que no debemos esquivar la parte animal de los seres humanos, y que en todo ese comportamiento animal podemos ser una animal socializado, con creencias que nos han inoculado desde que éramos niños. Abigail y Fernando son dos animales que arrancan siendo domésticos, son convencionales y se terminan transformando.

-¿Tardó nueve meses en concebir el libro?

-Estuve nueve meses de escritura pura y dura. El libro llevaba guardándolo dentro durante mucho tiempo, pero mi escritura iba en otra dirección. Sacarlo de dentro ha sido más descarnado y ha hecho que abandonara mi zona de confort. 

-Ya que ha dado el salto, ¿seguirá por ahí en sus próximas historias?

-Ahora mismo no lo sé, porque estoy bastante despistada en este momento. Es lo que me suele pasar cuando termino una novela, que, a veces, tengo miedo de echar el anzuelo al pozo y no  sacar nada. Son inseguridades

-Hablemos de periodismo. ¿Usted que ha cultivado diferentes géneros en televisión, en radio, en prensa, ¿cómo ve esta profesión? 

-Soy muy escéptica con respecto al futuro del periodismo, al menos del periodismo que yo concebí cuando me formé. Ahora mismo, esta profesión está quitándose una piel, y estamos esperando que cuando se la quite salga una bonita mariposa, pero la verdad es que no termino de visualizar el futuro. A mí me gustaba el periodismo cuando me formé, y he tenido suerte, porque lo he disfrutado en primerísima persona y en aspectos muy amplios. Ahora hago algo que me resulta muy gratificante -conduce el programa La observadora en Radio Nacional-, porque deja un poso, y es un privilegio vital. La radio me gusta mucho, y no quisiera abandonarla nunca, porque  me permite tener la mirada reposada que quiero tener en la vida. Pero periodísticamente tengo mucha amargura. Las televisiones están cada vez más concentradas en grandes grupos, y lo ideal para la sociedad es que pudiéramos disfrutar de una gran variedad de oferta.

-Como primera y única directora de Interviu que usted fue, ¿le ha resultado doloroso el cierre?

-Me ha causado una enorme tristeza. Tengo la sensación de que estamos erosionado un cuerpo que solamente se queda con el esqueleto y que no tiene donde arañar. La sociedad ve como se pierden medios de comunicación y eso no es saludable, porque una sociedad necesita medios donde se expongan cuestiones de interés para todos.