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Soraya Herráez González, promotora de lectura y escritura: “Los bibliotecarios siempre han prescrito libros para las dolencias de los lectores” Soraya Herráez González, promotora de lectura y escritura: “Los bibliotecarios siempre han prescrito libros para las dolencias de los lectores”
Soraya Herráez, fundadora de la empresa de promoción de lectura y creatividad Unpuntocurioso

Soraya Herráez González, promotora de lectura y escritura: “Los bibliotecarios siempre han prescrito libros para las dolencias de los lectores”

Asegura que la biblioterapia se puede aplicar como recurso de acompañamiento a todo tipo de personas
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La promotora de lectura y cofundadora de Unpuntocurioso, Soraya Herráez, participó la semana pasada en Utrillas en una jornada de formación para los responsables de la Red Provincial de bibliotecas municipales organizada por la Diputación de Teruel titulada Biblioterapia: El poder de los libros sobre el poder de bálsamo y cura que tiene la lectura.

-¿Qué es la biblioterapia?

-La biblioterapia tiene muchos significados pero nació como un recurso que se utilizaba para trabajar la literatura de autoayuda y de no ficción. Con el tiempo, ese concepto se amplió porque la lectura se adapta a circunstancias, momentos y lugares y pasó a ser “la “prescripción de novelas para las dolencias de la vida”, según la definición de Ella Berthoud y Susan Elderkin, autoras del Manual de remedios literarios. Cómo curarnos con libros.

-¿Para qué dolencias está indicada?

-La verdad es que para todo tipo de dolencias. Como se comentó en el curso, un libro no te va a curar una enfermedad pero es un recurso de acompañamiento. A partir de ahí, la biblioterapia aporta grandes beneficios a través de los libros. Es un bálsamo y un compañero que acompaña a esas dolencias de la vida, genera bienestar y mejora la vida de las personas, sin olvidar ese concepto terapéutico por el que nació este concepto.

-¿A quién puede aplicarse?

-En realidad se puede aplicar a todo el mundo. Es verdad que es un concepto que hemos vinculado al público adulto pero sirve para personas de cualquier edad porque se mueve mucho en las emociones. El neurocientífico Francisco Mora afirma que “el cerebro sólo aprende si hay emoción”. El concepto se ha ampliado a géneros como el álbum ilustrado, la novela gráfica y el cómic, que no sólo van dirigidos al público infantil pero que sirven para acercarlos a la literatura.

-¿Es necesario que la persona sea lectora?

-A veces ponemos esa etiqueta, pero es como un gas noble que se adapta a todo. Incluso a las personas que no les gusta leer, es posible seducirlas con algún libro. No tienes que ser un devorador de libros. Además, un lector no es sólo el que lee cuentos y libros porque siempre estamos decodificando grafías, imágenes y sonidos. Hay muchas maneras de leer porque hay muchos lenguajes con los que nos podemos comunicar.

-Pero la biblioterapia se vincula a los libros de autoayuda...

-Es un concepto que cada vez va teniendo diferentes miradas. La biblioterapia se orientaba al ámbito de la salud pero ahora también se utiliza en educación y trabajo social y aúna los conceptos educacional y social al de salud. Algunos de los beneficios de la literatura son aliviar el estrés, mejorar el bienestar emocional, mejorar la empatía y las habilidades sociales... Al ponernos en la piel de los personajes, aprendemos a relacionarnos y a ser más empáticos y descubrimos que algunas cosas no nos ocurren sólo a nosotros.

-La biblioterapia convierte a los bibliotecarios en farmacéuticos que recetan libros...

-Las bibliotecas realmente siempre han estado prescribiendo literatura como medicamento para las dolencias de los lectores. La biblioterapia trata de establecer una sección dentro de las bibliotecas. El estudioso Julián Marquina aboga por implementar programas de biblioterapia porque subrayan el poder transformador de los libros.

-Quizá su aplicación es más fácil en las bibliotecas rurales, donde los bibliotecarios conocen a los lectores...

-Una biblioteca rural permite a los bibliotecarios conocer de tú a tú a los usuarios y se convierte en un reflejo de la comunidad. La biblioteca no es un espacio donde los libros estén acumulados, sino que los libros salen para contagiar las ganas de leer. Además, puedes trabajar con otros agentes del lugar como el centro de salud, la farmacia, el colegio, los comercios... y hacer que todos formen parte de la biblioteca. Como somos humanos y tenemos emociones, la biblioteca permite hacer comunidad, crear redes y abrir otras puertas para la comunicación y el crecimiento personal y social.

-¿Qué supone para esos bibliotecarios jornadas de encuentro y formación como la que tuvo lugar en Utrillas?

-Cuando las instituciones como la Diputación de Teruel ofertan estas propuestas, lo agradecen mucho porque su trabajo a veces es muy solitario. Por eso es tan importante crear redes que les permiten conocer otras propuestas y compartir herramientas y recursos. En este caso, comentaron que han hecho muchas actividades vinculadas a la biblioterapia pero sin utilizar ese concepto. Me parece muy interesante que se apoye a las bibliotecas rurales porque son un espacio de refugio para muchas personas.