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Santiago Bureta, responsable de la empresa Áridos Daroca: “Hasta que nos pilló otra vez el agua, saqué en una mañana 25 viajes de camión de la rambla” Santiago Bureta, responsable de la empresa Áridos Daroca: “Hasta que nos pilló otra vez el agua, saqué en una mañana 25 viajes de camión de la rambla”
Santiago Bureta, junto a la excavadora con la que estuvo trabajando en la rambla, en Báguena. J. L. R.

Santiago Bureta, responsable de la empresa Áridos Daroca: “Hasta que nos pilló otra vez el agua, saqué en una mañana 25 viajes de camión de la rambla”

Bureta estuvo dragando la rambla a su paso por Báguena durante el episodio de tormentas de la semana pasada
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José Luis Rubio

Santiago Bureta no lo dudó y tras la primera gran avenida llevó su máquina excavadora a la rambla de Báguena para tratar de aliviar la situación. Los vecinos de este municipio del Jiloca le llamaron en seguida por tener allí su máquina, ya que Bureta dirige una empresa de áridos en Daroca.

-¿Cómo fue la llamada del Ayuntamiento?

-Al ser de aquí es muy fácil, porque tenemos el número de teléfono móvil de todos. Entonces, me llamaron para preguntarme si podía echar una mano. ¡Y no vas a decir que no! Es una cosa obligada y, claro, vinimos para aquí.

-Cuando entró con la máquina y empezó a meter la pala por debajo del nivel del agua ¿se sorprendió con lo que estuvo extrayendo?

-Ahora te das cuenta, aunque hay poco material, pero toda esta tierra y piedras estaban por encima del nivel de los bordillos. Aquí, yo he sacado en una mañana 25 viajes de camión hasta que nos pilló otra vez el agua.

-¿Cuánto supone llenar 25 veces la bañera del camión?

-Pues unos 22 metros cúbicos cada bañera. Vamos a poner 20 metros cúbicos cada bañera, porque tampoco pesa mucho.

-Mientras usted manejaba la máquina, ¿tenía a alguien a cargo del camión?

-Éramos dos compañeros. Después, cuando pararon las tormentas, cogimos una máquina él y otra yo.

-¿Cómo fue trabajar en esas condiciones, dentro del torrente de agua?

-En el agua se trabaja muy mal. Lo primero, porque te mareas. Tú vas en el agua, tú vas mirando y la sensación de movimiento que te da, hace que sepas si vas para adelante o para atrás. Yo me regía por el sonido de la marcha atrás para saber si iba hacia delante o hacia atrás. Y luego está el miedo, el miedo porque bajan piedras gordas, bajan palos, bajan de todo. Entonces, puedes hacer un socavón, meter la rueda y quedarte ahí. Porque las ramblas dan mucho miedo, porque el agua en si no es problema, lo malo es lo que arrastra. Y te puede arrastrar, por mucho que pese la máquina te la puede arrastrar. Cuando vas hacia arriba o hacia abajo no hay problema. Lo malo es cuando la cruzas.

- El primer día empezó a sacar piedra, grava y tierra. Y cuando a la mañana siguiente volvió la rambla, ¿qué sensación se le quedo al ver que se echaba a perder el trabajo del día anterior?

-Lo primero, hay que recordar que estábamos en fiestas. Y claro, ¿cómo no vas a venir a limpiar? Eso fue en el primer día de las fiestas y entonces te dices que “venga, lo limpiamos”. Esto fue el viernes, que yo estaba de fiesta y vino mi compañero y lo limpió. El sábado era el día del patrón del pueblo y esto estaba lleno, así que hubo que volver a limpiar. Pero es que terminamos de limpiar y volvió a llover y volvió a bajar la rambla. Y el domingo volvió a ocurrir lo mismo. El lunes ya fue la gorda, porque el lunes terminamos de limpiar a las 5 sin comer. Teníamos una máquina pequeña y ésta (señalando a la más grande) la teníamos aparte. Teníamos ahí La máquina pequeña para sacar los rincones y nos vino justo para sacarla porque ya venía el agua. A las 18:30 me llamaron de nuevo pidiéndome que bajara porque se nos llevaba el pueblo. Tuve que bajar otra vez, y bajaron los también bomberos. Dentro de un huerto el agua alcanzó una altura de más de un metro (explicó señalando esa altura con la mano) y hubo que tirar una pared porque si no se habría hundido todo. Después subí con todo el agua por la rambla para hacer parada con la misma tierra que bajaba. Quise hacer parada para procurar que tirara la menos agua posible.

-¿Hacía montones y trincheras con la misma grava que arrastraba la corriente para evitar que entrar el agua en el resto de calles del municipio?

-Sí, en principio hay que hacer eso, pero también hay que intentar bajar el material para abajo para que no entubase y no se subiera. Porque si dejábamos una parada (de material), éste se iría sujetando y recargando hacia arriba. Por eso, lo que hicimos fue hacer un canal por el centro para el agua arrastrara las tierras para abajo.

-Es un trabajo para reconducir el agua.

-Para evitar que saltara al resto de calles. Y aún así, cuando me llamaron el lunes, cuando me había ido a cenar, tuve que volver otra vez por la noche porque el agua saltaba por encima y hubo que abrir de nuevo el camino.

-¿Cuántas horas estuvo trabajando con la máquina dentro de la rambla?

-¡Todas las del día!. Dentro de la máquina no fueron tantas, pero había que estar atento, en esta situación no se podía dejar el trabajo para el día siguiente. Pero horas de máquina, fueron fácilmente entre 10 y 12 horas diarias.