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Saad Fouad 'Augusto', cómico y cineasta: Saad Fouad 'Augusto', cómico y cineasta:
Saad Fouad 'Augusto', en Zaragoza. Lucía Bailón

Saad Fouad 'Augusto', cómico y cineasta: "Cuando el público escucha que soy de madre judía y padre musulmán dicen: ¡Ay, pobre!"

El cómico marroquí afincado en Zaragoza lleva hoy su espectáculo 'Mañárabe' al Luvitien
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Saab Fouad Agusto es un productor y realizador de cine nacido en Marruecos, de madre judía y padre musulmán, criado en Francia y afincado en Zaragoza. Ha girado por la capital del Ebro, por Barcelona, por Madrid, y próximamente irá a Vitoria con su monólogo de humor Mañárabe, que viene a ser una clase de historia y de etnografía en la que sobre todo uno aprende a reirse de uno mismo. Este viernes 9 de febrero, a las 21.30 horas, tendremos la oportunidad de verle en el Espacio Luvitien de Teruel.

-¿Qué es lo que cuenta en su espectáculo ‘Mañárabe’?
-Realmente es la historia de mi vida, desde que nací en Casablanca (Marruecos), hasta ahora mismo que voy a ser padre. Crecí en Lorient, una ciudad de la Bretaña francesa, después viví en París estudiando cine, y ahora llevo cinco años afincado en Zaragoza, donde vine para tres meses. Pero no solo hablo de mi condición de árabe en España, también me encanta hablar de los hippies, en el sentido de la gente que no come carne o que tiene animales de compañía un poco extraños... me parecen muy divertidos.

-¿Cómo recibe el público aragonés su espectáculo? ¿Le llama la atención el choque cultural?
-Cada vez que hago  un espectáculo la pregunta que más se repite al final es si es cierto todo lo que he contado, o me lo he inventado. Creo que no hay demasiados árabes que cuenten su historia en un formato de monólogo, con humor y de forma divertida, y eso al público le gusta mucho y sobre todo le sorprende.

-¿Y es cierto todo lo que cuenta?
-Absolutamente cierto. Hay cosas bastante peculiares que el público conocerá y que parecen de ficción, pero son auténticas. Bueno, igual cuando hablo de los hippies exagero un poquito, pero las anécdotas que cuento en Marruecos, Francia o España son completamente ciertas.

Nombre artístico

-Empezando por su nombre artístico, Saad Agusto...
-Yo me llamo Saad Fouad, pero en una ocasión en Zaragoza me entrevistaron en la radio y el locutor me preguntó mi nombre. Yo le dije Saad, y me preguntó: ‘¿Sal?’. Un compañero argentino muy chistoso que tengo dijo ‘Sal al gusto’, y el locutor, que pensó que lo  había dicho de veras, me presentó en antena como Sal Agusto... nos pareció muy divertido y con eso me quedé.

-¿Qué es lo que más llama la atención de sus vivencias al público?
-Bueno, mi madre es judía sefardí, y mi padre es árabe. Y cuando vivimos en el norte de Francia, en Lorient, para facilitar mi integración me llevaron a un colegio privado católico. Mucha gente cuando escucha eso dice: ‘¡Ay, pobre!’.

-Y con semejante batiburrillo... ¿le importa que le pregunte qué religión profesa usted?
-En mi caso yo no practico nada. Si tuviera que practicar las religiones de mi padre y de mi madre no tendría tiempo para otra cosa. Yo creo en Dios, eso es verdad, pero desde ninguna religión en particular.

-¿Cómo lleva eso de que su madre sea judía y su padre musulmán, especialmente en estos tiempos que corren?
-Con bastante normalidad, la verdad. De hecho los dos nacieron en Marruecos, pero es que, sobre todo hace años, era normal que hubiera marroquís judíos y musulmanes. En Israel hay muchos ciudadanos que son marroquís, y en Marruecos, sobre todo hace algunos años, había muchos judíos. La guerra y la política lo hace todo mucho más difícil, eso es cierto, pero en mi casa nos educaron con total normalidad y la política nunca ha representado ningún problema. Cuando toca una fiesta judía vamos a ver a una familia, y cuando toca una musulmana vamos a ver a la otra.

-¿Conocemos en Aragón su cultura? ¿Nos llega para distinguir entre árabe y musulmán?
-Muy pocas personas conocen esas diferencias, y de hecho me gusta que el público aprenda cosas en mi espectáculo, y lo haga con humor. En Madrid o Barcelona se conocen mejor porque son ciudades más cosmopolitas y hay emigrantes de segunda y tercera generación, pero en Aragón las diferencias entre árabe y musulmán o entre judío e israelí no están claras para muchos.

-Y entre chiíta y suní ya ni hablamos...
-(Risas) Bueno, es que eso ya es para iniciados.

-Ya que estamos cuénteme la diferencia entre árabe y musulmán, que yo también quiero aprender.
-Árabe es la etnia, mientras que musulmán es la religión. Puedes ser árabe sin ser musulmán, o musulmán sin ser árabe. De hecho hay 300 millones de árabes y 1.500 millones de musulmanes. La mayoría de musulmanes no son árabes, sino asiáticos y de otros lugares. Y existen árabes que no son musulmanes, como los cristianos de Egipto o Líbano, o los judíos del Magreb.

-A veces el desconocimiento lleva al rechazo. ¿Cómo se siente en Aragón?
-Me siento como en casa. Mi pareja es maña y en Zaragoza me siento muy bien acogido. De hecho vine para pasar tres meses y llevo cinco años.

-Y eso que tenemos el peor clima del universo...
-Eso es verdad. Viví siete años en París, donde las temperaturas son más bajas que aquí, pero el cierzo es algo terrible.