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Roberto Sánchez, crítico de cine e historiador del arte: “La cartelería de cine era más importante antes pero aún influye para elegir”

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El crítico de cine Roberto Sánchez participó el viernes pasado en Calamocha en un cinefórum acerca de la película Asesinato en el Orient Express. Los espectadores pudieron ver con él la versión de 1974 y compararla con la de 2017 que se ha emitido durante el fin de semana. El encuentro con Roberto Sánchez fue uno de los últimos actos que se celebraron en la localidad de Calamocha en el marco del Festival Aragón Negro que ha celebrado el municipio. Licenciado en Historia del Arte y aficionado al séptimo arte desde la infancia, ha realizado diversos trabajos sobre la cartelería cinematográfica.

- Asesinato en el Orient Express es todo un clásico del cine negro.

- Así es. Ha habido numerosas adaptaciones tanto de ésta como de otras muchas novelas de Agatha Christie.  La versión de 1974, que es la que centra el cinefórum de Calamocha, cuenta con un reparto espectacular, con estrellas del Hollywood de toda la vida como Ingrid Bergman, Lauren Bacall o Sean Connery, y con un gran director como es Sidney Lumet. 

-¿Qué le gusta especialmente de esta película?

Me gusta mucho cómo el protagonista, el detective Hercule Poirot, interpretado por Albert Finney, reivindica su origen belga e insiste en que pronuncien bien su nombre. La versión de Lumet es más fiel a la novela que la de 2017 de Kenneth Branagh que, por cierto, no solo dirige sino que también encarna al detective Hercule Poirot. Branagh es un hombre que viene del mundo del teatro pero que en los últimos años está haciendo películas más comerciales como Thor o Cenicienta.

- ¿Con qué versión se queda usted: con la del año 1974 o con la de 2017?

- Es difícil elegir pero creo que la de 1974 recoge mejor el espíritu victoriano, la reconstrucción de los años 30, y el equipo de producción británica lo hizo a las mil maravillas. Eso sí, la versión nueva también es muy británica y cuenta en el reparto con varias grandes estrellas del nuevo Hollywood (Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Willem Dafoe, Penélope Cruz). Además, la de Branagh tiene más ritmo que la de Lumen, de acuerdo a lo que se demanda hoy en día. 

- ¿Qué tienen las novelas de Agatha Christie para que hayan sido convertidas al cine en tantas ocasiones y con tanto éxito?

- Se han adaptado muchísimas obras de Christie a películas: Diez negritos, Muerte en el Nilo, Cita con la muerte…  Y hay varias series que se están reponiendo a día de hoy en Paramount Channel inspiradas en el detective de Poirot o Miss Marple y que funcionan mejor que las películas. Por cierto, Branagh ha anunciado que próximamente va a hacer otra adaptación de una novela de Agatha Christie.

- ¿Cuándo comenzó a sentir interés por el cine?

- La culpa la tiene mi padre porque, desde que era pequeño, me llevaba a las sesiones de cine de barrio que se celebraban en las Delicias de Zaragoza, donde yo vivía. Allí había tres cines: el Delicias, el Madrid y el Salamanca, y los tres programaban sesiones de reestrenos que funcionaban muy bien. Eso sí, todas dobladas. Por fortuna, cada vez es más fácil ver películas en versión original.

- Su tesis doctoral giró en torno a la cartelería cinematográfica.

- Sí. Me interesa mucho la parte de creatividad, estética, la relación que tiene con las vanguardias, su conexión con el diseño aplicado y su parte publicitaria. Al ser algo comercial, a menudo prima la estética. Los carteles eran más influyentes hace unos años pero, curiosamente, cuando buscamos reseñas de películas, todas muestran el cartel como reclamo.

- ¿Cómo ha evolucionado la cartelería cinematográfica?

- En los últimos años, se ha impuesto de forma masiva la fotografía y, encima, con muy pocos retoques. Se puede ser muy creativo pero, con frecuencia, lo que se busca es más bien destacar a la estrella de turno por criterios comerciales. Quizás así se ha dejado de lado la parte más simbólica a la que sí se recurría con la ilustración y, con ello, la calidad creo que es peor. De todas formas, ha excepciones.

- Y otra de sus pasiones es el jazz, cuya influencia en el cine también ha estudiado.

- Sí. El jazz es mi otro vicio y en XXX publiqué un libro que se titula Jazz de película, en el que recojo las múltiples conexiones que tiene con el cine sonoro, que nació casi al mismo tiempo. De hecho, el primer largometraje con sonido se titulaba The jazz singer. Es de 1927 y, desde entonces, la conexión entre el cine y el jazz ha sido cada vez mayor. 

- Y, como crítico de cine, ¿qué películas nos recomienda para próximas fechas?

- Dos películas: Tres anuncios en las afueras, que es cine de género y es muy interesante, y The Square, que es una película que reflexiona sobre el arte contemporáneo.   De todas formas, yo recomiendo que se vea de todo porque el cine es una forma de expresión artística y, aunque haya películas con demasiados intereses comerciales, hay otras con propuestas arriesgadas que merece la pena ver.