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Roberto Anglés, gerente de Viveros Joven de Alcañiz: “Este año se va a plantar más que nunca porque el huerto no te lo puede cortar nadie” Roberto Anglés, gerente de Viveros Joven de Alcañiz: “Este año se va a plantar más que nunca porque el huerto no te lo puede cortar nadie”
Roberto Anglés gestiona Viveros Joven, en Alcañiz

Roberto Anglés, gerente de Viveros Joven de Alcañiz: “Este año se va a plantar más que nunca porque el huerto no te lo puede cortar nadie”

“El palo más gordo ha sido para las flores, había que plantarlas cuando se decretó el estado de alarma”
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Cruz Aguilar

Roberto Anglés lleva ocho años al frente de Viveros Joven, en Alcañiz. Se trata de una empresa familiar que fundó el abuelo de su mujer, Nomaya Prats Joven, y ahora el negocio, con la crisis del coronavirus, ha tenido que renovarse y comenzar a vender por internet un campo que no habían explorado.

-¿Cómo pasaron el confinamiento?

-A nosotros nos mandaron una carta desde el departamento de fitosanitarios del Gobierno de Aragón que decía que éramos mayoristas de materia prima de alimentación y que debíamos hacer el esfuerzo de mantenernos abiertos, por lo que no pudimos hacer un ERTE (Expediente de Regulación de Empleo). En ese momento estábamos 8 personas trabajando pero con la alarma no venía nadie a comprar y, como teníamos mucha planta, comenzamos a poner los árboles en macetas, así que no solo no ganamos ni un duro sino que estuvimos invirtiendo y eso que el momento no era muy bueno. 

-¿Pero no había ventas?

-No, hice un vídeo, que se hizo viral, denunciando la situación, porque era legal que un profesional o aficionado viniera a abastecerse de planteros, pero no era legal que fuera luego al planto a sembrarlo. No había coordinación entre los departamentos de movilidad y fitosanitario. 

-¿Cuándo se arregla esta situación?

-Primero se aprobó que los que tenían huerto dentro de su propiedad podían ir, para el resto se arregló hace 15 días. 

-¿Desde entonces las ventas se han incrementado?

-Sí en ese momento fue una pasada, pero antes de que llegara eso empezamos a servir a domicilio, con pedidos vía telefónica porque la venta a domicilio era legal, como también lo era venir a nosotros a comprarlo, pero la gente no venía. Se dieron algunas paradojas, hubo a gente que le pararon por la carretera y les hicieron deshacerse de la mercancía para evitar que fueran al huerto luego a plantarla.

-¿Y sus clientes qué opinaban de no poder plantar?

-Fue la metida de pata más gorda, que en tiempos de crisis, con el paro disparado, no dejaran ir a la gente al huerto, que en las zonas rurales es una parte de la despensa del día a día. No te dejan ir al huerto y te obligan a comprar en supermercados donde es más fácil coger el virus. En el huerto no hay forma de que un tomate te lo pase.

-¿Se ha llegado a tiempo de la siembra del huerto?

-Pues hombre, teniendo en cuenta que lo mínimo son 40 días  llegamos tarde, a fecha de hoy no hay nada que rascar en el huerto porque se empezó a plantar hace 15 días, pero como este año ha sido una primavera lluviosa la tierra está muy buena y habrá una buena producción Este año no creo que haya restricciones de agua del huerto, otros años se da con cuentagotas y este año los pantanos están bien surtidos de agua. Va a ser un año muy bueno para plantar.

-¿Hay alguna plantación que se haya perdido?

-No, en enero se hace la campaña del almendro y en febrero y marzo se empieza con el melocotón. Luego ya viene el olivo, que eso no se pudo hacer y lo tenemos en maceta. Ahora se puede plantar olivo, porque aún no ha llegado el calor, aunque se suele hacer antes porque hay que asegurarle humedad, pero este año ha llovido mucho. En cuanto al huerto, aquí hay pueblos a 400 metros y otros a casi 1.000, la campaña en algunos lugares empieza antes. 

-¿Tendremos entonces judías y tomates?

-Sí, habrá de todo porque además hemos tenido la capacidad de suministrar. En Cataluña no hicieron plantero porque tenían miedo, pero en Zaragoza sí hicieron y nos están abasteciendo. En Cataluña esperaban un confinamiento más severo y, como son productos perecederos, les dio miedo perder dinero.

-¿Les están llegando clientes también de Cataluña?

-Nos han llamado muchos de fuera, sobre todo de la parte de Castellón. Lo que hicieron allí era la opción más normal, la nuestra fue más arriesgada, pero al final se está vendiendo. Nuestra zona de venta es el Bajo Aragón, pero melocotón suministramos a media España, que es una tontería porque el melocotón bueno es el de aquí por las condiciones que tenemos, si lo plantan en otros sitio no sabe igual.

-¿Este año, con todos los daños de la borrasca Gloria, hubiera sido un año bueno para plantar olivos?

-Eso pensaba yo porque se rompieron muchos, pero a pesar de que el profesional del campo tenía autorización y nosotros estábamos abiertos tengo un stock impresionante.

-¿La pandemia va a hacer que la gente plante más?

-Se va plantar más que nunca porque el huerto no te lo puede cortar nadie, te lo administras tú, mientras que en la tienda dependes de muchas cosas. Por una vez el mundo rural vamos a dar envidia a las grandes ciudades porque vamos a ser autosuficientes. 

-¿Y las ventas de flores, cómo han ido?

El palo más gordo ha sido para las flores porque la temporada empieza cuando arranca la primavera y se fue todo a la basura. El día que se decretó el confinamiento estábamos descargando un camión con 3.500 kilos de flores, mientras descargábamos estaban dando la noticia. Las plantas que hacen flor tienen un momento de máxima belleza, luego la planta no muere pero pierde su atractivo.

-Pese a las pérdidas durante el periodo de confinamiento, ¿será un buen año para Viveros Joven?

-Eso no te lo puedo decir hasta que no cierre el año, estoy vendiendo mucho más, pero como ha sido de avalancha he tenido que contratar a gente y todos los meses cerrados estuvimos invirtiendo sin tener ni idea de si iba a funcionar o no.