Ricardo García Prats, director del Museo Salvador Victoria de Rubielos: “La cultura siempre acaba pagando los platos rotos, con coronavirus o sin él”
La sala afronta un periodo de cambios y de exposiciones ambiciosas con las dudas que genera la pandemiaEl Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora reabrió sus puertas el último fin de semana de junio tras el parón impuesto por el confinamiento, con todas las medidas para garantizar una visita segura. Su director, el turolense Ricardo García Prats, hace frente a la crisis sanitaria en un momento de cambios en la institución museística y con un ambicioso programa expositivo que, aunque con cierto retraso provocado por la Covid-19, saldrá adelante.
-¿Cómo han trascurrido las semanas tras la reapertura del Museo? ¿Se han resentido mucho las visitas por culpa de la pandemia?
- Ha pasado mucha gente. En julio empezó flojo pero poco a poco se fue recuperando, y ahora en el mes de agosto que abrimos todos los días excepto los lunes, porque siempre hay más gente, el número de visitas está yendo bastante bien.
-Las restricciones y los protocolos de seguridad están afectando de forma muy directa a museos, teatros y salas de cine o conciertos, donde se limitan los aforos y se deben implementar medidas de seguridad que no son baratas.
-La cultura siempre es la hermana pobre, y siempre acaba pagando los platos rotos, con coronavirus o sin él. En la crisis económica que derivó de 2008 sucedió lo mismo, y sirvió de excusas para recortar subvenciones y programas. Siempre tienes que estar peleándote para ver si llega una ayuda, que si no llega... pero para lo que se quiere siempre hay. Sin ir más lejos el Museo Salvador Victoria lleva presentado tres años seguidos un proyecto al Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) para hacer una pequeña reforma en el museo, y no sé si este año irá a la vencida.
-¿Y de cuánto estamos hablando?
-Pues sobre los 125.000 euros. No creo que sea mucho dinero, pero al final tienes que quejarte porque de lo contrario nunca llegan. El proyecto consistiría en modificar el vestíbulo del museo. Las vigas y la piedra propia de la arquitectura popular tiene que contrastar con cierto toque de modernidad, con un espacio para que los catálogos estén expuestos como es debido, para vender merchandising y para exponer algunos de los instrumentos con los que trabajó Victoria...
-Volviendo a las afecciones por la Covid-19... ojalá los museos fueran puntos rojos en el mapa de los posibles contagios, ¿no?
-Yo puedo entender que aquellas actividades culturales que puedan provocar aglomeraciones se vean más limitadas, como los conciertos, los festivales al aire libre... Pero los museos o las salas de exposiciones no provocan esas aglomeraciones, y si en un momento dado te llega un autobús con 50 personas haces dos grupos y listos. En cualquier caso nosotros tenemos todas las medidas necesarias, con distancias, gel hidroalcóholico, desinfectando puntos clave y ventilando tanto como podemos, pero ya te digo que nosotros estamos siempre afectados con pandemia o sin ella.
-¿Que puede verse ahora mismo en el museo de Rubielos?
-Ahora mismo puede verse la colección permanente, basada en las obras donadas en 2003 por la viuda de Salvador Victoria, Marie Claire Decay, que ha ido creciendo gracias a intercambios o donaciones realizadas por autores que nos han visitado. De hecho antes la colección permanente ocupaba media planta del museo y, tras la reciente reforma, ahora ocupa una planta entera y queremos habilitar algo más de espacio. Esta exposición tenía algunas lagunas para entender la evolución completa de Salvador Victoria, hacían falta algunas obras de los años 60 y de la última época, para que se viera que en los 80 y 90 también hubo una evolución. Decay donó algunas obras y creo que la colección ya está muy completa. Y ahora mismo, en la sala de colecciones temporales está la selección de obra gráfica de Victoria, que se inauguró coincidiendo con la que se hizo en la Calcografía Nacional de Madrid.
-Imagino que el coronavirus habrá trastocado el programa expositivo propio, pero ¿que podremos ver en el Salvador Victoria durante los próximos meses?
-Pues en marzo estaba previsto inaugurar una muestra del escultor valenciano afincado en Alemania Enrique Asensi, que se ha quedado parada hasta la primavera del año que viene. Pero será una muestra extraordinaria porque Asensi tienes cuatro esculturas enormes que pondremos en las plazas y calles de Rubielos mientras dure la muestra. Y ahora mismo en la sala temporal tendría que exponer una fotógrafa madrileña llamada Patricia Allende, cuya muestra quedó también cancelada por el coronavirus y se aplaza a julio de 2021. Y la próxima inauguración, si no pasa nada, será el 19 de septiembre, con un artista joven llamado Albano Hernández. Es de Ávila y ahora mismo está afincado en Londres, y está bastante influido por Salvador Victoria sobre todo en el sentido de la geometría en el arte.
-Hábleme de la recién creada Asociación de Amigos del Museo Salvador Victoria... ¿hay que reinventar nuevas fórmulas de financiación?
-En realidad es una manera de atraer gente y de que te apoyen, no solo tiene la finalidad de que nos solucione algún problema económico, que lo puede hacer y lo hará. Pero además este tipo de iniciativas consigue que la gente se involucre más con los museos, y esto es muy positivo. Quien se hace amigo de un museo, que al final son 25 o 40 euros cada año, de alguna manera ya lo ve como algo más suyo, y tiene el aliciente de obtener descuentos comprando alguna serigrafía o cualquier otra cosa. Esto lo queremos poner en marcha definitivamente en septiembre, cuando se renueve la web coincidiendo con la exposición de Albano, y las cuotas anuales las pasaremos en diciembre.