Pep Bruno, cuenta cuentos y escritor: “El cuento contado viene siempre acompañado del reconocimiento del público”
“Cada vez menos personas viven la experiencia de lectura profunda entre las páginas de un libro poderoso”Pep Bruno es un escritor y narrador. Su pasión por contar historias en las maratones de cuentos que se celebraban en Guadalajara, ciudad en la que vive desde los siete años, le motivaron a llevar su afición al terreno profesional. Y así lo hizo. Ahora, varios años después, lleva a sus espaldas más de 25 libros publicados y una apretada agenda que le lleva por España, parte de Europa, África y América.
-¿Cuándo se dio cuenta de que lo suyo es contar historias?
-Siempre quise contar historias porque, desde que tengo recuerdo, sé que quise ser escritor. Vivir en Guadalajara me puso en el camino de los cuentos contados: disfrutaba mucho escuchando y contando historias en su Maratón de Cuentos y en su Viernes de los Cuentos y, cuando me di cuenta, compaginaba otras actividades y trabajos con el de narrador oral, hasta que llegó un momento que tuve que decidir, si quería hacer algo bien sólo podía hacer una cosa. Así fue cómo fui consciente de que, definitivamente, lo mío era contar historias y dedicar a ello todo mi tiempo.
-¿Le gusta más escribir o contar historias?
-Me gustan ambas cosas. Me gusta el trabajo solitario de escritura, es algo que disfruto enormemente, aunque soy muy lento escribiendo porque siempre ando con veinte cosas entre manos. Y aunque, como decía el maestro Eraclio Zepeda, escribir es una forma de matar las historias, de fijarlas, de fosilizarlas, también es una manera de llevarlas por otras vías a muchos lectores y lectoras y de preservarlas en la memoria escrita. Por otro lado, el cuento contado es algo mucho más vivo, muy del momento. Una fiesta con un grupo de personas que vienen a escuchar y que hacen que el cuento que cuentas siempre sea distinto. Y, sobre todo, el cuento contado viene siempre acompañado del reconocimiento del público: volverse aplaudido a casa no es poca cosa.
-¿Utiliza alguna técnica o complementos en sus narraciones?
-Me limito a contar de viva voz. Para mí lo importante es tener una buena selección de historias, es decir, un buen repertorio. A esa búsqueda dedico prácticamente todo mi tiempo; llevar esas historias bien preparadas, estructuradas y organizadas, para que brillen, para que sean memorables; y contarlas con un lenguaje rico, porque al fin y al cabo la lengua es mi herramienta de trabajo. Hay muchos otros elementos que entran en juego, pero a simple vista, lo que hago resulta aparentemente muy sencillo: un tipo contando historias a un grupo de personas que escucha; y todo ello sin dramatizaciones, ni disfraces, ni voces, ni apoyo audiovisual, ni objetos. Simplemente historia, voz y mirada.
-Ha escritos numerosos libros, ¿para qué público van dirigidos?
-Normalmente escribo cuentos. Una vez escrito pienso a quién podría interesar más y es entonces cuando envío el texto a la editorial en cuya colección podría encajar. Pero, en principio, no escribo pensando. Yo escribo, lo otro viene después. Tengo muchos cuentos publicados en formato libro álbum, en compañía de ilustradores y editores fantásticos, que también son para pequeños lectores. Y tengo colecciones de cuentos para lectores jóvenes y adultos.
-¿Qué temas suele abordar?
-Normalmente mis cuentos reflejan lo extraño que tan a menudo resulta lo cotidiano. Pero, con más de 25 libros publicados y con miles de cuentos escritos, porque publico un cuento tuit al día desde hace seis años y medio en mi cuenta de Twitter. También escribí un cuento semanal durante 17 años en un periódico local de Guadalajara, por lo que se puede imaginar que he abordado infinidad de temas.
-También ha impartido cursos y talleres a bibliotecarios y docentes, ¿qué importancia tiene saber comunicar bien?
-Siempre hablamos de la importancia de comunicar, de saber explicar, de contar con precisión y de manera amena lo que queremos decir, pero actualmente saber comunicar bien y, sobre todo, conocer los rudimentos de la comunicación se ha convertido en una necesidad para hacernos conscientes de tanta manipulación, doctrina, mentira que campa a sus anchas por redes sociales y medios. Por lo tanto, es fundamental entender cómo se elabora el discurso para tener así herramientas que nos permitan desvelar el mensaje que esconde.
-¿Se lee poco en España?, ¿lee la juventud?
-Nunca se ha leído tanto como se lee en la actualidad. Piense sólo en la cantidad de textos que leemos cada día en WhatsApp, Twitter, Facebook y otras redes, o en emails, o en prensa en línea. Eso sí, es esta una lectura somera, fácil, que si a la tercera línea no te ha enganchado se deja. Creo que el problema no es tanto cuánto se lee, sino qué calidad tiene lo que se lee. De hecho, pienso que la experiencia de lectura profunda, de horas de abandono entre las páginas de un libro poderoso, exigente, es una experiencia que cada vez viven menos personas. Pero esto es sólo una opinión, claro.
-¿Trabaja en estos momentos en algún nuevo proyecto?
-Estoy ultimando dos libros que espero que se publiquen en los próximos meses, uno de ellos será mi primer libro informativo y me tiene enamorado. Por otro lado, me gustaría meterme en un proyecto de recuperación de la memoria oral en el municipio donde vivo. También inicio en unos días un Seminario de Formación Continua en el que habrá profesionales extraordinarios.