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Óscar Laguna, constructor, restaurador y conservador de órganos: Óscar Laguna, constructor, restaurador y conservador de órganos:
Óscar Laguna

Óscar Laguna, constructor, restaurador y conservador de órganos: "La tecnología digital solo puede intentar, en el mejor de los casos, imitar el sonido de un órgano"

El día 3 de mayo ofrecerá en el Conservatorio de Teruel una conferencia
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El burgalés Óscar Laguna es una de las grandes referencias nacionales en la construcción, restauración y conservación de órganos. Profesor de Fundamentos de Órganería en la Escuela Superior de Música de Cataluña, es organero conservador en Burgos o Ávila, entre otras muchas catedrales, monasterios y conservatorios. El día 3 (de 16 a 19 h.) ofrecerá en el Conservatorio de Teruel una conferencia abierta al público sobre Fundamentos de Organería. Inscripción en el 637 966 559.

-¿Cuál es el objetivo de su ponencia?
-Creo que como organero puedo aportar, tanto a los alumnos del Conservatorio como al público general, una visión de la evolución que las técnicas constructivas del órgano a través del tiempo que resulta muy útil para afrontar los distintos repertorios de este instrumento de manera más rigurosa.

-¿A qué se debe ese halo de misterio que tiene el órgano?
-Evidentemente yo no voy a ser ecuánime, pero es que el órgano es el instrumento más maravilloso que existe. Efectivamente es misterioso y desconocido, en parte porque que está en recintos singulares y generalmente inaccesibles, porque aunque el templo esté abierto el órgano suele estar allá arriba, y al organista por lo general ni siquiera se le ve. Pero es que además un órgano es una obra que contiene todas las artes; desde luego la música, pero también la pintura, escultura y arquitectura, y a lo largo del tiempo ha evolucionado lo mismo que han evolcionado estas artes. Por otra parte tiene un componente tecnológico importantísimo; hasta el siglo XIX un órgano era el ingenio más complejo que el ser humano era capaz de construir, junto con los grandes barcos de vela y después las locomotoras de vapor.

-¿Es cierto que un buen organista debe familiarizarse con el órgano antes de un concierto?
-Los grandes concertistas de violín llevan el suyo siempre consigo, y los pianistas siempre tocan con el mismo modelo, el mismo fabricante y la misma serie de piano. Pero el organista jamás se va a encontrar con dos órganos iguales, aunque pertenezcan a la misma época, fabricante o características. El instrumento siempre es único y su contexto acústico también. Y el organista tiene el difícil reto de enfrentarse siempre a un instrumento distinto, además de abordar repertorios de los siglos XIV al XIX... ningún otro instrumento tiene un repertorio tan amplio.

-Y tan complejo. La edad de oro del órgano, el Barroco, dio de sí auténticos sudokus sonoros. ¿Demasiado complejos para el público actual?
-Los tríos-sonatas de Bach son enormemente complicados, es cierto, pero de una belleza cautivadora, y eso lo percibe el público. El órgano quiza no tenga un público muy mayoritario, pero cada vez se celebran más conciertos y más ciclos con mucho éxito.

Composición

-¿Se sigue componiendo obra para órgano?
-Desde luego. Y aunque la naturaleza del instrumento y el lugar donde está ubicado, los templos, marcan un cierto camino, también se hacen propuestas muy imaginativas para hacer repertorios contemporáneos. En esto Esther Ciudad, profesora de órgano en el Conservatorio de Teruel, es pionera en propuestas muy comprometidas, arriesgadas, innovadoras y atractivas. El órgano está en continua evolución y se sigue componiendo y construyendo nuevos instrumentos.

-En Teruel hay un buen número de órganos en peligro de desaparición...
-Se está haciendo un esfuerzo muy importante para recuperar instrumentos históricos, aunque en Teruel está el problema demográfico añadido, porque para un colectivo pequeño no es fácil recuperar uno de estos instrumentos por que es muy costoso. Pero con empeño y buscando ayuda es posible hacerlo. Y además conozco experiencias que indican que un órgano puede ser una extraordinaria ayuda para dinamizar social y culturalmente localidades pequeñas.

-¿Qué define un órgano como ‘histórico’?
-Es un conjunto de criterios amplio, que tienen que ver con la antigüedad, la singularidad, la calidad constructiva, el origen, el fabricante o la escuela a la que pertenece, y en ocasiones también el ser el último exponente de determinada escuela o tradición. De todos modos, en muchos pueblos yo he escuchado lo de que “este órgano es el más importante de Europa, de España o de la comarca”, y hay que señalar que siempre tienen razón. Estos instrumentos llevaron a pequeños municipios, sobre todo desde los siglos XVII y XVIII a grandes profesionales de la música que luego transmitían sus conocimientos y formaban auténticos centros culturales y sociales. En su momento el órgano fue lo más importante que tuvieron estos pueblos.

-¿La tecnología digital puede sustituir la construcción de un órgano?
-Hoy en día los órganos incorporan toda clase de avances tecnológicos, pero no en la generación de sonido sino en sistemas de asistencia al organista. En el mejor de los casos la tecnología digital solo puede intentar imitar a un órgano, porque sus principios sonoros poco tienen que ver con la membrana de un altavoz. Escuchar un órgano es una experiencia física porque sientes sus vibraciones en el cuerpo.