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Miriam Tomás Pellicer, restauradora: “Si se tiran fachadas de estilo aragonés, el casco de Alcañiz también perderá interés” Miriam Tomás Pellicer, restauradora: “Si se tiran fachadas de estilo aragonés, el casco de Alcañiz también perderá interés”
Miriam Tomás Pellicer, en el andamio, restaurando la hornacina de la calle del Carmen de Alcañiz

Miriam Tomás Pellicer, restauradora: “Si se tiran fachadas de estilo aragonés, el casco de Alcañiz también perderá interés”

Miriam Tomás Pellicer, en el andamio, restaurando la hornacina de la calle del Carmen de Alcañiz
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Miriam Tomás Pellicer está restaurando la hornacina de la calle del Carmen de Alcañiz. Se trata de un encargo que ha recibido de la cofradía de este mismo nombre que, por fin, ha conseguido financiación para restaurar la imagen y el habitáculo donde ésta se ubicaba. 

-¿Qué tipo de restauración aplica a la hornacina?

-El trabajo de restauración se basa principalmente en la conservación, es decir, la realización de una mínima intervención, siguiendo los criterios de las Cartas del Restauro. Se van a restituir todos los elementos necesarios para la conservación de la hornacina, por lo tanto, estéticamente no se realizará un completado como si quedara nuevo. Normalmente, en las restauraciones que hacemos se tiene que discernir entre el original y el añadido.

-¿Tiene alguna peculiaridad este trabajo?

-Vamos a estar entre dos y tres semanas. El tiempo irá en función del estado de conservación que encontremos. Tenemos una orientación, pero lo veremos en unos días. Hay una capa de pintura con la que hay que tener un cuidado especial, porque se encuentra alterada. Hay también una especie de costra negra debida a la adhesión de polvo, a la contaminación y depósitos que caen. Es lo más delicado.

-¿Queda mucho por restaurar en Alcañiz?

-Queda mucho por conservar. Alcañiz tiene mucho por hacer. Sé que se necesita mucho dinero, que los planes de conservación son caros, pero posiblemente Alcañiz podría lucir mejor.

-¿Por ejemplo...?

-En el casco antiguo, por ejemplo, se que se han tirado, por determinadas circunstancias, algunas fachadas de palacete aragonés en los últimos años. Se que hay un plan de rehabilitación, pero es cierto que si el casco antiguo pierde este tipo de fachadas,  pierde interés. La iglesia del Carmen es otro elemento arquitectónico importante. Está cerrada y necesita de una restauración, porque hay muchas humedades, y sé que hay interés en la limpieza de la fachada del Ayuntamiento, que es un trabajo caro, porque para la limpieza hará falta un tratamiento a través de láseres. Es importante que Alcañiz luzca bonito, porque sí se visita, aunque nosotros lo tengamos muy visto. 

-¿Y en el entorno?

-He trabajado en el Maestrazgo, y tengo la sensación que allí el patrimonio se cuida más.

¿Cómo se hace una restauradora?

-Hay dos formas, o bien a través de las escuelas de bellas artes o de las escuelas de restauración, aunque ahora se tiende a unificarlas para que haya una única titulación.

-¿Casos como lo ocurrido con el Ecce Homo de Borja son muy habituales? ¿Hay mucho intrusismo en su profesión? 

-Mucho. Hay gente que tiene mano, y no quiero decir que estas personas no puedan hacer un buen trabajo, pero un restaurador tiene conocimientos de química, de estructuras, de materiales, sabe realizar análisis químicos e interpretarlos. El caso de Borja no fue una restauración, sino un repinte.

-Se pasó de la raya.

-Ella rehizo una cara que estaba estropeada con muy buena intención. Hay muchos ejemplos. En redes sociales de asociaciones de restauración salen ejemplos como éstos cada dos por tres.

-¿Tienen posibilidades de luchar contra el intrusismo?

-Es complicado, porque no hay un Colegio de restauradores. Como no teníamos unificadas las titulaciones, no podíamos hacerlo. Si tuviéramos un Colegio, creo que este intrusismo se limitaría bastante y podríamos ponerlo en conocimiento.

-¿Cómo les ha afectado la crisis?

-Mucho, y no sólo por la falta de trabajo, sino por las condiciones laborales. Se pagan salarios bajos, cuando un restaurador ha de salir fuera de su casa y no es habitual que perciba suplementos por los desplazamientos. Entiendo que como los precios de licitación son bajos, las asignaciones también lo son.

-¿En proceso de mejora o de seguir igual?

-Si los precios de licitación son justos, seguiremos igual que hasta ahora. Para sacar algo de beneficio, la empresa adjudicataria o bien pagará salarios justos o racaneará en materiales. 

-Su empresa se llama Remozarte ¿Le costó mucho dar el paso y hacerse autónoma?

-Es una alternativa en una zona rural como la nuestra. Cuando acabé mis estudios me daba mucho miedo. No sabía si sería capaz. Estuve en una escuela taller un año, y allí cogí soltura, porque cuando sales de la universidad tienes unos conocimientos básicos, pero la práctica real cuesta, porque el trabajo suele ser en fachadas, en edificios, y no solo en taller. Yo soy autónoma, y trabajo así, pero también trabajo para otras empresas. Combino ambas facetas.