Miguel Ángel Pallarés, doctor en historia por la Universidad de Zaragoza: “Con el agua no nos podemos comportar como nuevos ricos, no se puede desperdiciar”

El profesor de la Universidad de Zaragoza Miguel Ángel Pallarés ofreció este jueves en el Museo de Teruel una conferencia, con motivo del Día Mundial del Agua, titulada El agua en Aragón; historia, gestión y patrimonio. Este encuentro forma parte de la segunda edición del ciclo Historias de la Tierra, una iniciativa del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de la Universidad de Zaragoza. Miguel Ángel Pallarés es licenciado en Geografía e Historia y doctor por la Universidad de Zaragoza.

-¿Cuál es el mensaje que quería transmitir con su conferencia?

-La charla tiene un mensaje que es no vayamos a ser nuevos ricos con el agua y vamos a no desperdiciar un bien tan limitado cuando nuestro territorio no da ninguna facilidad porque tiene muchas zonas muy áridas y nuestros antepasados han tenido que estar luchando continuamente contra esa aridez para acercar agua de boca, agua a los ganados y agua a los cultivos. Hemos hecho un recorrido histórico y patrimonial porque hay muchísimos elementos en nuestra tierra que nos recuerdan a ese esfuerzo hidráulico. molinos, azudes, acequias, etc. Hablamos también de cuestiones paisajísticas, cómo ha variado el entorno del hombre, a través de las acciones que se han hecho en el medio y, por ejemplo, los cambios de secano a regadío.

-Dentro de ese patrimonio histórico, en el caso de Teruel, está el acueducto entre Cella y Albarracín, que es una obra de infraestructura hidráulica que en su momento fue muy importante.

-De los primeros pobladores de los que se tiene noticia nos quedan vestigios y evidencias patrimoniales como las albercas, etcétera. Pero de los primeros de los que hemos heredado grandes elementos patrimoniales son de los romanos. Sobre el acueducto de Cella no se ponen muy de acuerdo los historiadores si es romano o si es árabe, aún así, no deja de ser una obra imponente que sería la conducción que llevaba agua a Albarracín. En la provincia de Teruel, hay muchísimo patrimonio material, pero también yo quisiera hacer hincapié en el inmaterial de todo lo relacionado con costumbres y leyendas que existen relacionadas con estas infraestructuras.

-¿Qué destacaría de la traída de aguas renacentista de Pierres Vedel en Teruel?

-El esfuerzo del municipio por llevar agua hasta la ciudad y poder dar servicio a través de las fuentes que entonces fue todo un adelanto.

-¿Hay alguna costumbre, alguna tradición que sea característica de esta provincia?

-A mí lo que me resulta muy curioso es la acción social que hace el agua, cuando se crean fuentes en los pueblos y abrevaderos son las chicas jóvenes las que acuden, es una oficio muy femenino el que las chicas de cada casa vayan a por agua a la fuente. Hay jotas y dichos, que hacen referencia a ello. Y resultaba ser un elemento urbano socializador, porque las chicas iban a por agua a la fuente y los chicos iban a interactuar y relacionarse con ellas. En todos los puntos donde ha habido agua, en los molinos también sucedía pues la gente va y viene con trigo y harina, y no dejaba de ser también un lugar donde relacionarse.

-¿Ya no le damos la importancia que tiene al agua?

-Ahora mismo abrimos un grifo y no nos acordamos que el agua viene después de mil gestiones, de captación y desinfección. Por eso quiero transmitir que vamos a no ser nuevos ricos, a no desperdiciar, vamos a intentar limitar su uso, desde cualquier punto de vista, el individual o doméstico, en las casas, y en los elementos económicos que usan el agua, los campos, las fábricas, la necesidad de depuración, las granjas que son un elemento perturbador para los acuíferos. Y por supuesto las instituciones que se tienen que poner las pilas para hacer unos alcantarillados que no tengan pérdidas, alcantarillados que podían llevar distintos tipos de agua más depurada para uso humano o menos para el riego de calles.

-La búsqueda de agua está siendo un problema para el desarrollo de proyectos como los tecnológicos.

-De aquí en adelante se va a tener que tener mucho cuidado con la sostenibilidad de cualquier sistema, los que ya están como los que pueda haber. Ahora mismo en Galicia hay una bronca porque van a montar una papelera que va a necesitar agua de una forma extraordinaria y además va a contaminar. En aras de la sostenibilidad, cualquier tipo de actividad económica va a tener que ser mirado con lupa para ver si va a tener un agua suficiente y a ver si después de su uso ese ente económico va a dejar el agua limpia. Yo pienso que con eso las instituciones tienen que estar muy vigilantes.