Síguenos
Mariano Giménez, farmacéutico de Teruel: “Las farmacias somos muy necesarias y accesibles y nos hacen muchas consultas” Mariano Giménez, farmacéutico de Teruel: “Las farmacias somos muy necesarias y accesibles y nos hacen muchas consultas”
El farmacéutico turolense Mariano Giménez (izda.), junto a su equipo en la puerta del establecimiento de la calle San Juan

Mariano Giménez, farmacéutico de Teruel: “Las farmacias somos muy necesarias y accesibles y nos hacen muchas consultas”

“Los artículos más difíciles de conseguir estos días son las mascarillas, los guantes y los productos desinfectantes”
banner click 236 banner 236

La farmacia de Mariano Giménez lleva más de 150 años velando por la salud de los turolenses desde su establecimiento de la calle San Juan de la capital. Ahora afrontan la crisis sanitaria producida por el coronavirus conscientes de su labor como profesionales sanitarios.

-Después de más de dos semanas de confinamiento, ¿sigue habiendo problemas para obtener productos?

-Lo que más  nos está costando son las mascarillas y con lo que también hay mucha dificultad es con los guantes. Los tres productos más solicitados durante estos días son los geles desinfectantes o solución hidroalcohólica, los guantes y las mascarillas, que pueden ser de tres tipos: de alta protección, que no hay manera de conseguir ninguna y otras de menor protección, que nos están enviando pero no tantas como quisiéramos. Guantes, que nosotros vendemos continuamente, también es difícil conseguir ahora. Los necesitan personas que cuidan a ancianos encamados o a enfermos. En nuestros proveedores habituales no los conseguimos y en otros piden unos precios disparatados, es un abuso. 

-¿Ha elaborado productos ante la demanda ciudadana y la imposibilidad de obtenerlo?

-Nosotros estamos autorizados por Sanidad para hacer fórmulas magistrales y ante la situación de falta de abastecimiento que se produjo al principio hicimos productos desinfectantes. Termómetros nos cuesta mucho conseguir y también pulsómetros, para medir la saturación del oxígeno. 

-¿Qué medidas profilácticas toman en la farmacia?

-Hemos instalado mamparas en los mostradores y  hemos reducido el número de pantallas para mantener la distancia entre nosotros. También hemos marcado rayas en el suelo para que los clientes mantengan la distancia de seguridad  y solo haya dos personas esperando. Como hay dos puertas, entran por una y salen por otra. Además,  nada más entrar a trabajar nos tomamos la fiebre. Cuando nos vamos limpiamos y desinfectamos la farmacia, para que esté todo listo cuando volvemos. Mantenemos el horario de mañana y tarde pero la verdad es que por la tarde viene muy poca gente.

-Las farmacias son considerados establecimientos esenciales. ¿Qué papel están jugando en esta crisis?

 -Creo que somos muy necesarios. Hacemos mucha falta porque hay mucha gente que tiene tratamientos crónicos que necesita continuamente sus medicamentos y no pueden dejar de estar en las farmacias. En las zonas rurales también son muy necesarias, probablemente más o igual de necesarias. La farmacia es muy accesible, más que los médicos a los que estos días es muy difícil ir porque están ocupados en otras cosas, desgraciadamente. Aquí pueden venir más fácilmente. Mucha gente viene con miedo, nos consultan aquí e incluso cuando nos ven en la calle.

-¿Cuáles son los principales temores que están teniendo los turolenses estos días?

-Mucha gente me pregunta si puede tener coronavirus porque ha tosido o tienen fiebre. Esa es la pregunta que me han hecho varias personas y también cómo se pueden proteger, cuáles son las medidas profilácticas y si basta con lavarse las manos, si tienen que usar algún gel hidroalcohólico o si simplemente por ir por la calle se pueden contagiar, si entra por los ojos o por la boca.

-¿Se ha preguntado por el ibuprofeno, con las noticias que corrieron por las redes sociales de que no era bueno?

-Sí, pero no se conoce el mecanismo por el que se cree que es malo, no creo que esté medido. No ha habido tiempo de comprobar científicamente si es malo.

-¿Cuál es la labor de los profesionales que están estos días delante de los mostradores en las farmacias?

-En mi caso, yo estoy muy orgulloso de ellos, nuestros trabajadores están viniendo a trabajar lo que haga falta y cuando haga falta. Se sienten sanitarios, algunos son farmacéuticos y otros no pero se sienten parte de la sanidad española.

-Cómo profesionales sanitarios, ¿les preparan para la posible llegada de alguna epidemia  de estas características?

-En la carrera estudiábamos una asignatura que se llamaba Higiene y Sanidad, sobre medidas  de profilaxis pero la verdad es que no te lo esperas porque hacía muchos años que en España no había epidemias de estas. Ahora se ve que es muy importante estas medidas y sobre todo las vacunas. Habría que hacer un llamamiento a los antivacunas, porque si no fuera por ellas aún tendríamos epidemias del tipo del sarampión o la viruela. Ahora vemos la grave que puede ser una epidemia vírica de este tipo.

-¿La solución a esta pandemia pasa por una vacuna que llegue al mayor número de población?

-Hasta que no se encuentre una vacuna va a ser muy difícil que la población esté inmune. Si se consigue va a ser a un costo de enfermedad, de vidas y de dinero. El coste económico de esta epidemia va a ser importantísimo. Hay que valorar lo que va a costar esta crisis sanitaria.

-Una farmacia tan emblemática como la suya, ¿ha vivido momentos similares?

-En la última parte del siglo XIX hubo dos o tres epidemias y en esa época ya estaba abierta la farmacia. En una de ellas murió el hermano de mi tatarabuelo. En aquellos episodios podían morir 50 personas en un día en Teruel.