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María Luisa Burguera, escritora y autora de ‘Trenes legendarios en la literatura’: “Mi generación está ligada al ferrocarril, que es un importante espacio literario” María Luisa Burguera, escritora y autora de ‘Trenes legendarios en la literatura’: “Mi generación está ligada al ferrocarril, que es un importante espacio literario”
María Luisa Burguera durante la presentación, la pasada semana en el Casino

María Luisa Burguera, escritora y autora de ‘Trenes legendarios en la literatura’: “Mi generación está ligada al ferrocarril, que es un importante espacio literario”

La catedrática alicantina presentó en el Casino de Teruel un libro sobre el Trans-Caspio y el Orient Express
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María Luisa Burguera es Catedrática de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Castellón, en la actualidad ya jubilada, y autora del libro Trenes legendarios en la literatura. El ferrocarril Trans-Caspio y el Orient Express, que presentó la pasada semana en el Casino de Teruel.

-¿Por qué un libro sobre trenes?

-Por una parte nació del deseo de poner de manifiesto el hecho de que mi generación está unida al ferrocarril. Por otra parte, el constatar como espacio literario el viaje en ferrocarril y, por supuesto, siempre con la intención de compartir con los demás esas experiencias. Así pues, me he aproximado al viaje en ferrocarril desde puntos de vista distintos: el relato ficcional de Julio Verne, y por otra, el relato del viaje de Edmond About.

-Se doctoró en Salamanca con una Tesis sobre la obra del escritor, cineasta y diplomático Edgar Neville... ¿Qué le llevó a él?

-Sin duda la necesidad de manifestar una elección por un personaje singular e injustamente olvidado; miembro de la denominada otra Generación del 27, la de los humoristas, a la que según Lázaro Carreter se la juzgó por las posiciones políticas e ideológicas de sus miembros y no por sus innovadoras aportaciones literarias. Edgar Neville tuvo tiempo en la vida de ejercer la carrera de diplomático, disfrutar de los felices años, escribir incansablemente novela, teatro, cine, poesía y artículos de periódico, ser aficionado a los toros, a la gastronomía e incluso al deporte. Lo cierto es que el mundo creado por Neville estaba lejos del chiste fácil o burdo, de la crítica corrosiva; estaba lleno de elegancia, de generosidad y de inteligencia. Neville no fue el esnob que ironizaba sobre el tópico, sino el crítico agudo que desmitificó a base de ingenio y humor los lugares comunes que tan frecuentemente ensombrecen las existencias.

-El turolense Iván Núñez descubrió que el cineasta estuvo matriculado en el instituto de Teruel. De abril a junio de 1913, con 13 años, seguramente para asistir a los exámenes de Latín, Geografía y Nociones de Aritmética y Geometría.

-No tengo más que felicitar a Iván Núñez, a quien tuve el placer de conocer personalmente en el acto de la presentación del libro Trenes legendarios, por su valiosa aportación a la biografía del autor.

-En la realización de su tesis entró en contacto con la secretaria de Neville, Isabel Vigiola, esposa de Antonio Mingote, al que le dedicó también una biografía, ‘Antonio Mingote y su tiempo’. El escritor y dibujante le habló de sus años turolenses, en la infancia y adolescencia?

-A Isabel y Antonio me condujo la investigación sobre Edgar Neville y ello significó una muy grata experiencia. Me atendieron desde el primer momento amable y generosamente y mantuve con ellos una relación de verdadera amistad hasta su fallecimiento. Antonio era un auténtico aragonés, lacónico, oportuno, ingenioso que siempre tuvo presente a su tierra, si bien también se sintió muy madrileño, pero nunca olvidó su infancia, adolescencia y primera juventud en Aragón. Y siempre hablaba de ello y de sus días de incógnito en el Parador de Teruel. Sin duda fue Antonio Mingote el heredero de esa otra Generación del 27, ya que presentó en su peculiar creación artística la ternura y la comprensión ante lo humano.

-Otro de sus libros importantes es ‘Peregrinatio ad Sacra. El camino poético de un peregrino. De San Juan de la Peña a la Capilla del Santo Cáliz’.

-Es un ensayo literario y no histórico que parte de una concepción de la vida como peregrinatio hacia la búsqueda de lo sagrado que es el encuentro con el sentido de la existencia; en ese camino, un peregrino imaginario se pregunta por los grandes temas de la vida humana los cuales encuentran respuesta en la literatura, vinculada a su vez con determinados espacios arquitectónicos hasta llegar a la meta final: el Santo Grial de la Catedral de Valencia. Es un texto que me resultó difícil y que tal vez hoy no acometería...

-Usted ha escrito también algunos libros sobre mujeres importantes en la historia. ¿Cuál de ellas considera más relevantes?

-Descubrí el interesante mundo de la mujer en la Edad Media, al hilo de la redacción de un librito breve titulado Princesas, reinas y santas. Me asombró el encontrarme con escritoras inglesas y norteamericanas convertidas al catolicismo en el siglo XX y de ahí surgió Mujer, literatura y conversión. Escritoras católicas de habla inglesa en el siglo XX. Disfruté muchísimo con la traducción de Paseos por España (1849 y 1850) de Josephine de Brinckmann, una interesante viajera francesa por la España del siglo XIX, así como con los Relatos románticos españoles de la Duquesa de Abrantes, y con las Cartas de la Princesa de los Ursinos. La dama que forjó un reino.

Fue un auténtico descubrimiento para mí encontrarme con la figura de Ángeles Rubio Argüelles, la viuda de Edgar Neville, y su novela Vidas que fueron (2019) y sin duda con Leónida, Princesa de Georgia y Gran duquesa de Rusia, hasta ahora mi último libro. Detras de cada uno de ellos siempre hay algo personal, una anécdota, un detalle tal vez para muchos sin relevancia, y como decía al principio, la intención de compartir esas experiencias con el posible lector.