María José Hernández, cantautora: “Una buena canción es aquella que no tiene fecha de caducidad”
La cantautora aragonesa María José Hernández ha sacado un nuevo disco, Cartas sobre la mesa, que presenta este domingo en La Rotonda del Centro Cívico Delicias de Zaragoza y cuyos detalles explica en esta entrevista realizada por Carlos Gurpegui. Las entradas para el concierto están disponibles en entradium.com.
- Seis discos autoeditados dan para mucho más que para un carné de cantautora. Creo que dan acceso al Guinness, no sé si usted estará de acuerdo.
- Al Guinness no sé, pero desde luego a alguna medalla a la constancia y resistencia creo que sí.
- En Cartas sobre la mesa hay muchos temas bandera que podrían ser cabeceras de series de televisión, de esas que no se olvidan.
- Creo que hay grandes canciones por ser descubiertas, y me encantaría que llegaran a ser la banda sonora de quien las escuche, porque para mí una buena canción es aquella que no tiene fecha de caducidad.
- ¿En qué consiste la sinceridad en el momento de componer?
- En escribir como si te vieras el alma y las tripas en el espejo, y en dejarse el pellejo en cada canción.
- ¿Hay crisis también en la composición de canciones?
- No lo creo, se escriben muchísimas y grandes canciones, lo único que está en crisis es la curiosidad de los oyentes, propiciada en gran manera por el desinterés absoluto de los medios de comunicación hacia la música y los autores que crean al margen de los productos teledirigidos.
- Los matices y los giros conforman un disco maduro, sereno y redondo.
- Es un disco que sobre todo refleja el momento vital en el que me encuentro. Con los años una ya va sabiendo lo que quiere, lo que merece la pena y lo que no.
- Se acompaña de una banda ensamblada y de quilates, con la que su voz se conjuga a la perfección, y donde la soledad y la desnudez también se muestran con bella sabiduría.
- De nuevo he contado con Sergio Marqueta (piano) y Dani Escolano (contrabajo), que han sido mis dos puntales en los últimos años y a ellos se unieron en la grabación las guitarras de Fernando Girón y la batería de Dani Blesa. La producción ha corrido a cargo de Guigher, quien entendió desde el principio el sonido que buscaba y ha sido un capitán excepcional en esta aventura.
-¿Qué es para usted la melodía de un recuerdo?
- Aquella capaz de traer a mi cabeza y mi corazón momentos de la vida con la misma intensidad que cuando ocurrieron.
- ¿Es la vida un sendero de decisiones?
Ya lo creo y un sendero en el que además, elijas la dirección que elijas, siempre hay que seguir caminando hacia adelante. La vida, como la música y el arte en general, es una carrera de fondo, y en ese sentido, el éxito para mí es caminar disfrutando del paisaje y de los compañeros de viaje.
- ¿Cómo concibe usted sus directos?
- El directo es donde más cómoda me encuentro, donde más disfruto. No hay nada comparable a cantar y sentir el feedback y la emoción del público.
- En ellos hace guiños a diferentes géneros musicales -pop, swing, balada, jazz, funk…-, diversos caminos sonoros que enriquecen la canción de autor.
- Sé que a veces todos tendemos a clasificar la música en estilos y géneros, pero en realidad nunca pienso en ellos al componer. Las canciones, cuando surgen, lo hacen con su propia personalidad y su propio traje musical ya hilvanado. Yo solo me limito a asegurar las costuras y planchar la tela.
- Su disco es positivo, luminoso y amigo. Respira empatía. Es vital, enérgico.
- Sí, intenta expresar lo poderosos que somos cuando entendemos de todo lo que somos capaces, en especial las mujeres. Vivir, es muchas veces saltar sin red, hay que arriesgarse sin miedo a perder.
- En el arte y la cultura, ¿cuál es el principal enemigo de lo femenino?
- Que las mujeres no acabamos de creer de lo que somos capaces. En algunos aspectos seguimos condicionadas por cánones estéticos masculinos, y la necesidad de aprobación según estos criterios estéticos, sobre todo en la música, que siempre ha sido un entorno principalmente masculino.
- ¿A qué feminismo se apunta usted?
- Pues al único que entiendo y al que llevo apuntada desde que con 17 años cogí una guitarra y empecé a expresarme a través de la música, con un proyecto individual, sintiendo, contando y peleando como mujer en un sector, el musical, controlado por hombres y en el que nunca han interesado mucho las mujeres que fueran algo más que caras bonitas y sin mucha opinión. Afortunadamente esto está cambiado en todos los ámbitos. Creo que es el momento de invertir los papeles y los hombres se atrevan a explorar y manifestar su lado femenino.