María Eugenia Martínez Gorroño, directora del centro de estudios olímpicos de la UAM: “La tenista Lilí Álvarez fue una mujer rompedora, que estuvo en los juegos de París en 1924”

María Eugenia Martínez Gorroño, directora del Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad Autónoma de Madrid, ofreció este jueves una conferencia titulada Modernismo, mujer y deporte: Lilí Álvarez, primera olímpica española. Fue en el salón noble del Casino de Teruel, dentro de los actos de la Semana Modernista, organizada por la Fundación Bodas de Isabel y el Ayuntamiento y con la colaboración del Círculo de Recreo Turolense.

-¿Quién fue Lilí Álvarez?

-Fue la primera española que fue olímpica y estuvo en París, en 1924, hace 100 años. Nuestra idea es difundir la labor de mujeres que fueron definitivas en su momento y que son poco conocidas. Lilí Álvarez participó en los Juegos como tenista, pero tiene una labor como periodista. Por ejemplo, hizo de corresponsal durante la Guerra Civil en un periódico británico y escribió varios libros.

-¿Qué supuso para ella el deporte?

-El deporte fue para ella un motor de su forma de educación. Es una niña atípica de una familia noble, fruto de una relación extramatrimonial y criada en la época del modernismo en diferentes lugares donde estaba la nobleza del momento Iban a la costa azul en verano y en invierno a esquiar. En aquel entonces no tiene una educación tradicional y -a pesar de las críticas que hay en el momento de lo perjudicial que es el deporte para la mujer- su padre piensa que el deporte para ella es una escuela de nobleza, de disciplina, de obligarse a superarse en la vida mediante el esfuerzo. Lilí consigue así llegar a ser mujer olímpica y jugar en Wimbledon.

-¿Practicó otros deportes?

-Empezó con el patinaje en realidad y pensaba participar en Chamonix, en los primeros juegos de invierno, pero tuvo una lesión y entonces se pasó al tenis. Fue una mujer rompedora, por ejemplo, los británicos quedaron muy impactados porque manda diseñar un traje que es como una falda pantalón ancho muy atrevida.

-¿Hay imágenes en blanco y negro?

-He trabajado en el archivo del Consejo Superior de Deportes, al que ella cedió sus fotos. Tengo incluso unas peliculitas, fíjate, de hace cien años que grabó ella patinando y jugando al tenis. Hago investigaciones históricas, trabajando sobre fuentes primarias de cómo se ve a la mujer de la época y cómo empieza el tenis.

-¿Cómo se veía el deporte en la época?

- Se intenta enfocar la nobleza como una cosa lúdica para las mujeres, no una cosa disciplinada de unas marimacho que toman decisiones. Era algo lúdico y no competitivo.

-Pero Lilí sí que compite.

-Los padres le pagan por su 11º cumpleaños un curso con uno de los entrenadores de tenis más importantes del momento y empieza a jugar tenis, con disciplina, el drive, la derecha.. Es un tenis que sorprende mucho porque es muy de hombre, muy decisiva, muy competidora y tal. Bueno, eso es lo que Lili supone. Después de la guerra civil, la sección femenina la trata de captar y la capta. Pero tiene una serie de planteamientos que chocan, que chocan un poco porque ya no está dispuesta a ser una mujer sometida y la buena ama de casa, para nada,. No lo había sido ni en esa etapa de educación ni entonces. La trayectoria de esta mujer marcó época, tiene libros escritos y unas grandes capacidades. Habla varios idiomas, en una época en que hay una población analfabeta sobre todo de la mujer. Ella fue una mujer diferente en su momento.

-¿Cómo se puede enmarcar a Lilí Álvarez en el modernismo?

-Ella nace en 1905, o sea, en pleno modernismo. Yo hago un paralelismo entre las características del modernismo, esa estética impactante, rompedora, que busca libertad, con el carácter de Lilí Álvarez. Como la estética del modernismo es elegante. Es nieta de la marquesa de Caro, y se mueve en ambientes selectos. Cuando la primera guerra mundial, está en Suiza y dice que para ella fue una etapa muy importante porque está rodeado de espías y diplomáticos.