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María Collados, psicóloga experta en mindfulness: “Los padres están estresados  y contagian a los niños, los hacen inquietos” María Collados, psicóloga experta en mindfulness: “Los padres están estresados  y contagian a los niños, los hacen inquietos”
María Collados, antes de iniciar uno de los talleres en el colegio Miguel Vallés

María Collados, psicóloga experta en mindfulness: “Los padres están estresados y contagian a los niños, los hacen inquietos”

“Tenemos mucha presión, la sociedad nos obliga a hacer muchas cosas, si no parece que no somos eficaces”
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Cruz Aguilar

María Collado es licenciada en Psicología y con formación en mindfulness obtenida a través de un master de psicopatología, salud y neuropsicología. Tras desempeñar su labor profesional durante varios años en una clínica sobre trastornos agroalimentarios, ahora trabaja como psicóloga en la comarca de Gúdar-Javalambre y además realiza talleres sobre mindfulness tanto para niños como para adultos.  La especialista desarrolló durante el pasado mes de febrero varias sesiones en el Colegio Miguel Vallés, de la capital turolense, organizadas por la Asociación de Madres y Padres del centro.

-¿Qué es el mindfulness?

-Tomar conciencia del momento presente.

-¿Por qué está tan de moda?

-En la sociedad en la que vivimos hay mucho estrés, mucho estímulo. Estamos siempre preocupados por las cosas del pasado y lo que pasará en el futuro, pero atendemos menos al presente. Por eso, es necesario un entrenamiento para prestar atención a lo que está pasando ahora mismo.

-Hace talleres para niños, ¿qué se pretende con ellos?

-En los de mindfulness sobre todo se pretende que los niños aprendan a no estar tan dispersos y prestar atención al presente, también para que aprendan a gestionar sus emociones, porque vemos que los padres influyen mucho en los niños y, como están estresados, contagian a los niños en estar inquietos. Al estar tan ocupados, tan desbordados, influyen en los niños. Los críos sí que prestan atención a las cosas, se pueden quedar mucho rato mirando una hormiga, por ejemplo, pero somos los adultos los que tenemos prisa y no les dejamos atender a algo, les metemos prisa y los hacemos inquietos. 

-¿Somos los culpables del estrés de nuestros hijos?

-Más que culpables somos responsables, aunque inconscientemente. 

-¿Qué soluciones hay para paliar este tipo de comportamientos?

-Estaría bien que los padres estuvieran formados en técnicas para prestar atención al presente y, de ese modo, podrían tomarse tiempo de calidad con sus hijos, haciendo cosas y centrados en lo que realizan en ese momento. Si los padres gestionan mejor sus emociones ayudan a que los hijos también las gestionen.

-¿Hay alguna pauta a seguir?

-Los padres tienen que tomarse tiempo para el autocuidado, no solo físico, sino emocional. También deben aprender a gestionar mejor el tiempo y que sepamos que no por darle más vueltas a las cosas se soluciona el pasado y el futuro, estar en el presente hace que nos fortalezcamos y tengamos más recursos para afrontar los problemas.

-¿Gestionamos mal el tiempo?

-Sí porque tenemos mucha presión ya que la sociedad nos obliga a hacer muchas cosas porque parece que, si no, no somos eficaces. Parece que entramos en esa autoexigencia y eso nos mantiene estrenados y no nos centramos en lo que estamos haciendo, lo cual nos hace perder el tiempo.

-¿Logramos el objetivo opuesto entonces?

-Lo hacemos con buena intención, pero al final conseguimos estar estresados y lo trasladamos a las siguientes generaciones.

-¿Qué tipo de talleres lleva a cabo en Gúdar-Javalambre?

-En la comarca hacemos talleres para prevenir el acoso escolar, técnicas para aprender a estudiar, de educación en emociones y también de igualdad, para educar en igualdad de género. Se hace a través del departamento de Servicios Sociales donde, además de atender a usuarias que han sufrido violencia, una parte de la labor está dedicada a hacer talleres tanto para niños como para adultos y asociaciones de mujeres. Considero que en los niños es importante recibir talleres porque cuando somos adultos ya tenemos una personalidad formada, creencias y manías, mientras que los niños son como un lienzo en blanco donde se puede trabajar para que sean mejores adultos. Podemos educar en emociones, en no discriminar a nadie. 

-Ahora se habla mucho de educar en emociones, una educación que los que somos adultos no recibimos. ¿Hacía menos falta antes o precisamente nos hemos dado cuenta de lo necesaria que es por las carencias emocionales que tenemos?

-No es que no tengamos emociones, de hecho las tenemos, pero no las gestionamos bien, no aceptamos sentirnos tristes, no gestionamos bien el enfado, por eso a veces chillamos a alguien. Todo eso tenemos que aprender a reconocerlo y regular la intensidad emocional. Somos analfabetos en educación emocional y hemos aprendido a través de la experiencia, pero nadie nos ha enseñado a que podemos estar tristes o enfadados, que luego se te nos a pasar. El mindfulness nos enseña a que podamos sentir una emoción, te dice siéntela y déjala pasar. 

-Pero esto que me dice contrasta con que los niños de ahora tienen más rabietas y reaccionan peor a las negativas, pese a toda esa educación.

-Los padres tienen la intención de educar bien a sus hijos y quieren que sean felices, pero su estado emocional afecta mucho y efectivamente hay algo que está fallando. Quizá están excesivamente preocupados por los hijos, eso hace que los niños tengan demasiada atención y no se preocupen por manejar su vida, los hacemos muy dependientes. Es algo que se hace con buena intención, pero al final da mal resultado.

-¿El mindfulness ayuda a solucionar todo esto?

-Es importante educar en emociones y el mindfulness es una herramienta muy importante, esto debería formar parte al menos como una actividad extra escolar. Es algo que en casa no pueden practicar de lleno y en la escuela los profesores tiene mucha materia. Por eso algún adulto debe orientarles en este sentido, porque les va a ayudar mucho en el futuro.