María Blanco, cantante y guitarrista de Mämbu: “Los discos son excusas necesarias, pero las canciones viven cuando suenan en directo”
La banda madrileña actuará en el Espacio Luvitien y en el CSA l’Argilaga en medio de su quince aniversarioDesde Bilbao llega Mäbu para ofrecer dos conciertos en Teruel, este viernes 27 en el Espacio Luvitien de Teruel (22 horas), y al día siguiente, sábado 28, en el CSA l’Argilaga de Mazaleón (19.30 horas). La suya es una propuesta diferente y muy personal que transita entre el folk y el indie, y que por el momento ha dado de sí cinco discos grabados y quince años en la brecha.
-Nunca habían tocado en la provincia de Teruel y ahora lo hacen por partida doble...
-Y tenemos muchísimas ganas, porque nos consideramos una banda que va a los sitios, a muchos sitios, y Teruel todavía era para nosotros territorio inexplorado. Este año celebramos el 15 aniversario de Mäbu y creo que ya tocaba.
-Dos salas, el Luvitien y l’Argilaga, bastante íntimas y de pequeño formato.
-Nosotros tocamos en teatro y festivales, pero hacemos muchos conciertos en salas chiquitas y con poca gente, y estamos convencidos de que en esos lugares se entiende mejor nuestro lenguaje musical. Nos gusta actuar ante grandes públicos, pero también hacerlo a metro y medio de la gente, como si estuvieras en el salón de su casa.
-¿Mäbu es una banda de discos o de directos?
-El disco es una excusa necesaria. Tienes que grabar para asentar las estructuras de las canciones, y además es divertido el proceso de hacer un disco, que dejar algo para la posteridad... De hecho tenemos cinco discos propios, pero lo que realmente nos apasiona de la música es mover los temas, porque las canciones están vivas mientras suenan en directo.
-¿Han grabado algo para conmemorar el 15 aniversario de la banda?
-Lo hemos celebrado sacando cuatro versiones de canciones perdidas, de canciones que en su día no fueron singles sino caras B de cada uno de los cuatros discos de estudios que hemos grabado -el quinto es un directo-. A su vez un artista amigo ha colaborado en cada tema, Gabriel de la Rosa (Shinova) en En navidad; Judit Neddermann (Bola de cristal), Guadi Galego (En las alturas) y David Otero (A la vez), que se han ido publicando entre abril y julio de este año.
-Y además han sacado Ameldegian, un tema en euskera.
-Esa es una colaboración nuestra para Lorelei Green, que acaba de salir hace nada. Esas colaboraciones nos gustan porque en ocasiones sirve para que el público de una banda descubra otras que igualmente le atraen.
-¿Canta habitualmente en euskera?
-Yo soy de Bilbao pero no soy euskaldun. Sin embargo no sé por qué últimamente la vida me está llevando por ahí, y la verdad es que me gusta experimentar y cantar en euskera. Es peculiar y complejo, porque al cambiar la lengua en la que cantas dominas menos tu propia voz, la sientes algo diferente. Pero es un reto que me está resultado muy interesante.
-¿En qué formato actuarán en Teruel?
-Vamos con el trío habitual, con Txarlie Solano al bajo, guitarra y teclados, Susi Gamboa con percusión, y yo con voz y guitarra rítmica.
-Txarlie hace los arreglos de bajo y guitarra, pero en directo tendrá que tocar uno u otro, ¿no?
-El toca la guitarra con un octavador, que baja la frecuencia de las dos primeras cuerdas, de modo que las usa como bajo mientras toca la guitarra con las otras, de manera que está con los dos instrumentos a la vez. La verdad es que es una máquina, es para verlo (risas). De algún modo nuestro sonido se ha ido adaptando a nuestras carencias. Desde el principio apostamos por hacerlo todo muy sencillo, muy espartano, con el mínimo posible de gente sobre el escenario, y eso nos ha proporcionado un sonido bastante personal.
-Un sonido que tiene que ver con el folk, el pop indie, la música con un punto atmosférico...
-Nos gusta la música envolvente, jugamos mucho con los silencios... Al principio tenía más que ver con nuestras carencias, pero lo hemos mantenido porque creemos que es una forma diferente de hacer las cosas. Al final bandas de música hay muchas y hay que intentar ofrecer algo diferente.
-Quince años en la música son muchos años para estar lejos del circuito más comercial.
-Nosotros no queremos morir, claro. Pero nuestra forma de concebir la música es integrarla en nuestro estilo de vida. La música te obliga a renunciar a un sueldo fijo o a un mes de vacaciones pagadas en agosto, y todos nosotros trabajamos en otras cosas, relacionadas con la música. Pero Mäbu es la vía de escape que nos da el privilegio de hacer la música que nos apetece, y de irnos un fin de semana a tocar a Teruel sin preocuparte más que por pasarlo bien. Nuestro futuro no depende de que saquemos un singuelazo, sino de otras cosas. Yo ahora mismo estoy haciendo la música y las canciones que me gustaría que alguien hiciera para poder escucharlas.
-¿Le molesta que casi siempre la mencionen como “la hija de Sergio y Estíbaliz”?
-(Risas). No. Vengo de una familia muy querida y respetada en un ámbito de la música y estoy muy orgullosa de mi bagaje. Mi forma de sentir la música se debe a mi familia. Antes, cuando tenía más carencias, me molestaba esa coletilla, pensar que eras valorada por ser “la hija de...”. Pero tras quince años en esto creo que mi proyecto tiene suficiente peso como para que ya no me moleste.