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Mar Alonso Gracia (marAmar), artista en cerámica afincada en La Portellada: “Cuesta invertir en arte, pero si decoras un espacio de lujo en un hotel también puedes cobrarlo” Mar Alonso Gracia (marAmar), artista en cerámica afincada en La Portellada: “Cuesta invertir en arte, pero si decoras un espacio de lujo en un hotel también puedes cobrarlo”
La artista marAmar, junto a dos de sus obras, el sábado pasado en la I Feria de la Cerámica de Torre del Compte. M. N.

Mar Alonso Gracia (marAmar), artista en cerámica afincada en La Portellada: “Cuesta invertir en arte, pero si decoras un espacio de lujo en un hotel también puedes cobrarlo”

La artista, que trabaja la técnica de esmaltado con cuerda seca, solicita colaboración para montar su horno
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La artista en cerámica marAmar (Mar Alonso Gracia, Madrid 1974) se ha afincado desde hace un año en La Portellada atraída por la atmósfera artística y alternativa del Matarraña, y la autenticidad de sus gentes. En cuanto tenga su horno montado, algo para lo que pide colaboración a quien pueda tener alguna caseta de aperos en desuso, retomará su producción de murales en cerámica aplicando esmaltes con la técnica de la cuerda seca sobre azulejos, destinados a proyectos exclusivos de arquitectura de interiores. El pasado sábado participó en la I Feria de la Cerámica de Torre del Compte.

-¿Qué tipo de cerámica hace?

-Yo realizo cerámica con la técnica de la cuerda seca, que consiste en pintar esmaltes en azulejos. Se llama cuerda seca porque se hace el contorno del dibujo con una cuerda. Esto hace que se detenga el esmalte y no pase el color de un lado a otro. Se cuece a 980 grados de temperatura y queda vitrificado el esmalte. Duraría lo que es la cerámica, toda una vida si no se rompe. Para hacerlo en tercer fuego también le puedes añadir óxidos y crear volúmenes.

-¿Trabaja con algunas dimensiones en concreto?

-Lo que más me gusta hacer son murales para revestimientos arquitectónicos, baños, cocinas... Lo último que he hecho es pintar sobre platos porque ahora me estoy metiendo más en estudiar la técnica del torno. Trabajo con diferentes tamaños. Hice también un proyecto para un hospital, diferentes placas identificativas para colocar en el pasillo. Trabajo mucho por encargo, todo lo que la gente me pida.

-Ha trasladado su taller a La Portellada. ¿Cómo llega marAmar a esta zona?

-Vine a ver a una amiga y me quedé por aquí. Yo vengo de 15 años de vivir en Ibiza, aunque soy madrileña. Me gustó la zona, estos pueblos son como más auténticos y me apetecía. Ahora tengo una casa de pueblo. Abajo tengo el taller y arriba es donde vivo. Llevaré como un año ya.

-Siempre se ha dicho que el Matarraña tiene un halo especial para los artistas. Se respira cultura.

-Sí, he visto que el territorio es así un poco alternativo y, como vengo de vivir así, me ha encajado. Me cuesta un poco el montar el horno, lo digo para que alguien se ofrezca porque llevo casi un año y claro, si no puedo montar el horno no podré cocer ni empezar a trabajar. Para ello necesito un garaje, una casita de aperos, cualquier cosita que me permita hacerlo.

-Entonces, las piezas que ha llevado a la feria de Torre del Compte son anteriores a su etapa aquí.

-Sí, esto es obra que ya traigo de antes. En Ibiza he estado 10 años haciendo exposiciones, una al año tanto individuales como colectivas. He trabajado mucho. He estado estudiando en Tortosa este invierno moldes, escultura y un poco de torno. De forma que estoy abriéndome a otras técnicas también para ir aumentando mi creatividad.

-¿Qué salida comercial tiene lo que usted hace?

-Esto yo aquí lo enfoco por ejemplo en agroturismos, en recepciones o habitaciones de una suite de lujo, para revestir unos baños únicos haciendo un frente con un mural, vajillas exclusivas hechas a mano para bodas, eventos... Como algo más único y exclusivo.

-¿Desarrolla alguna temática en especial?

-Empecé con los años 20, carteles antiguos, porque me apasiona ese mundo. Luego me fui al mundo Japón, también porque me encantan las técnicas de allí. He estudiado floristería e Ikebana, que es una mezcla de flores con la cerámica. Luego pasé a relatos espirituales, a pintar platos... Voy haciendo según mi propia evolución, es un viaje mío que lo traslado a mi obra.

-¿Qué opinión le merecen iniciativas como la I Feria de la Cerámica de Torre del Compte?

-Me encantan. Siempre que llego a un lugar me gusta conocer a la gente que trabaja y hace lo que yo siento, y me viene muy bien porque así nos juntamos y nos apoyamos. Estas iniciativas, en estos pueblos, hay que hacerlas por lo menos una vez al año. Reunirnos, que venga gente y que conozca la cerámica, que hay muchos ceramistas en esta zona además.

-¿El público le da el valor a la cerámica artesana que realmente tiene?

-Ha venido un señor de Torre del Compte preguntándome precios y ha concluido que no era tan caro. Esto lleva mucho trabajo, pero es como todo. La gente se gasta el dinero en hacer un hotel y una buena puerta de cristal vale 5.000 euros. Pues esto es lo mismo. Cuesta invertir en arte, pero también es una manera de atraer un tipo de clientes. Si tú diseñas un espacio de lujo también puedes cobrar por eso, luego la decoración es importante.

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