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Manuel González Alamán, ‘Foly’ poeta y pastor: “No tengo banderas, soy del mundo, de no meterme con nadie y pensar lo que me da la gana” Manuel González Alamán, ‘Foly’ poeta y pastor: “No tengo banderas, soy del mundo, de no meterme con nadie y pensar lo que me da la gana”
Manuel González, ‘Foly’, es el autor de los poemas de ‘Al son del recio cañón’

Manuel González Alamán, ‘Foly’ poeta y pastor: “No tengo banderas, soy del mundo, de no meterme con nadie y pensar lo que me da la gana”

“En esta zona de la Sierra de Albarracín y de Cuenca no estamos atendidos ni por La Mancha ni por Aragón”
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Cruz Aguilar

Manuel González Alamán, Foly, es pastor y poeta de Guadalaviar. Su pasión por la tierra hizo que fuera su pueblo la fuente de inspiración de su primer poema, que escribió cuando tenía 14 años. Ahora, con 69 años, Miguel Ángel Martínez ha hecho una selección de sus versos, que ha acompañado de notas en el libro Al son del recio cañón, editado por el Cecal, el Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín

-¿Cómo ha sido el proceso de elaboración de este libro?

-Tenía un libro de 1996 ya escrito y había otros poemas nuevos y un amigo mío, que ya murió, se dedicaba a esto de las palabras, José Manuel Berges, fue el que propuso hacer una recopilación de poemas nuevos con los anteriores y sacar un libro. José Manuel murió y Miguel Ángel se puso al frente del proyecto y fue escogiendo los que le parecía más idóneos para este libro.

-En su libro hace referencia a la educación de antaño, con una dura crítica a la forma de enseñar con vara.

-A mí, por desgracia, y a muchos más, nos enseñaron poco y nos dieron mucho con la vara. Uno nos puso como si fuéramos todos en octavo, con problemas que no eran para esa edad, luego sí que nos seleccionaron y nos pusieron en el curso que nos correspondía a cada uno. Los niños íbamos por un lado y las niñas por el otro, la maestra de las niñas veía imposible que hiciéramos los problemas que nos mandaban, porque eran para octavo.

-Otros de los versos están dedicados a cómo la meteorología marca la vida agrícola. ¿Siempre llueve a destiempo, como dice en uno de sus poemas?

-Siempre. Siempre que están levantando los tejados de una casa llueve, me parece que en Guadalaviar sólo se ha salvado un tejado, el de María, no sé si es que gastó todas las velas a la virgen, porque fue el único que no se mojó. Cuando en otoño se van las reses hacia el Sur, siempre hace nieve y mal tiempo. Y pasa siempre, son vivencias que ya hemos oído a nuestros padres.

-¿Dónde ha aprendido a escribir poesía?

-Yo salí de escuela con 14 años y me fui con mi padre a Córdoba ya a trabajar. Pero sí recuerdo que don Manuel Esteban Mateo, en clase dábamos la Enciclopedia Álvarez, a mí lo que más me gustaban eran las hojas de Lengua, porque venían versos.

-¿Cuando escribió su primer poema?

-Con 14 años, Guadalaviar de la Sierra, dedicado a mi pueblo, es una recopilación de sitios, de cuevas y de historias.

-¿Sus poemas sirven para conocer vocablos serranos?

-Si, en algunos luego se incluyen vocabularios con las palabras, yo por ejemplo en el de los pájaros empleo el nombre con el que se conoce aquí, luego abajo está puesto el nombre técnico.

-¿Qué poetas le han influido o le gusta leer?

-El sarcasmo de Góngora; Quevedo, que me fascina, y Manuel Bretón de los Herreros, que es un poeta riojano.

-¿Tienen más de Cuenca, de La Mancha, los serranos?

-No, porque ellos de La Mancha tampoco tienen nada, somos una zona de pueblos de la Serranía de Cuenca, desde Checa, Orea, Alustante, Alcoroches, junto a esta zona de Guadalaviar y Griegos que vamos a tener que pedir nuestra independencia, porque ni ellos están atendidos por La Mancha ni nosotros por Aragón.

-¿Y turolense se siente?

-Yo ni tengo banderas, ni escudos, ni insignias ni nada, soy del mundo, de vivir tranquilamente, sin meterme con nadie y pensando lo que me da la gana. He sido un gran forofo de fútbol del Real Zaragoza, pero ahora ni el Zaragoza ni ningún equipo vale la pena, no creo en nada ni en nadie, salvo en mí mismo.

-En su pueblo hay muchos trashumantes. ¿Esta forma de vida hace que tengan una mente más abierta?

-Es un trabajo malo, eso no es ir de vacaciones, es ir cambiando una casa para seis meses, y antes aún era peor, porque dejabas a la mujer y los muchachos en la escuela. Ahora ya no están en un cortijo sino en un pueblo. Es una vida mala, muy dura, y siempre llueve a destiempo, cuando queremos que llueva hace sol, no hay alimento, después de todos los gastos les tienes que dar pienso a las ovejas. Hay un refrán que dicen los andaluces que es "serrano bobo, tu pagas la hierba y yo me la como", cuando más hierba hay te tienes que venir.

-Tiene poemas dedicados a personas, como a Tinín, de quien describe su afición por la cerveza como si de mujeres se tratara. ¿Qué piensan aquellos a los que ha dedicado versos?

-A mí no me lo han dicho, pero supongo que habrá de todo, a unos les gustará y a otros no, pero nadie es poeta en su tierra.

-¿Usted no lo es?

-Bueno, sí que he hecho muchos pregones de fiestas, desde que tengo 33 años los he hecho y voy a hacer 69.

-Es el pregonero pero también muy crítico con las fiestas, que ya no respetan ni al santo que se celebra.

-Santa barra es quien decide, salvo en Guadalaviar, que, caiga cuando caiga, aquí se respeta, yo hablo de otros lugares, donde el patrón cae en martes y lo ponen en sábado. Ahora los pueblos se inventan un montón de historias para que la gente vaya al pueblo, nacimientos de ríos, andadas, antes iba un forastero y le echaban a pedradas.

-¿Qué hay de cierto en historias como la de los quintos del 17 que dejaron a sus nueve novias en estado?

-Eso es cierto, el abuelo de mi mujer fue uno eran quintos en el 17, una historia real que hice en rima. Apostaron con los de Tramacastilla y estos de Guadalavir dejaron a las nueve embarazadas. También es cierto lo del cabrero y lo del Tío de las Mantecas.

-¿Mucha gente se habrá enterado de estas cosas del pueblo por usted?

-Sí, y yo por gente del pueblo.

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