Manuel Bernad, escritor: “La sombra de la Luna es una pequeña muestra de gratitud hacia Teruel”
Manuel Bernad nació en Herrera de los Navarros, en la comarca de Daroca, y actualmente está afincado en Zaragoza. Pero pasó siete años en Teruel mientras trabajaba como educador de menores, una época que dejó el poso suficiente para escribir un libro de relatos cortos ambientados en la ciudad y su provincia. Tras haber sido presentado en Zaragoza, La sombra de la Luna (Ed. Certeza) se presentó este jueves en el Museo de Teruel. El acto fue dirigido por la periodista Concha Hernández y contócon la música de Burearte.
- ¿Qué cuenta en La sombra de la Luna. Relatos de Teruel?
- Reúne historias y cuentos inspirados en Teruel fruto de la etapa que pasé en esa ciudad. Tres de ellos están ambientados en la provincia, uno sobre gaiteros del Bajo Aragón, uno sobre la sabina pinera, un árbol que abunda en Formiche Alto y otro sobre el maquis, que está ambientado en un lugar inespecífico de cualquier sierra turolense, como Javalambre o el Maestrazgo. Son historias que me vinieron a la cabeza en diferentes momentos fruto de mi estancia en Teruel. La provincia de Teruel es muy rica, muy extensa, y muy diversa. Cada uno de sus rincones puede darte multitud de ideas para hacer historias y ficción. La verdad es que tampoco pasé tantos años en Teruel, pero me marcaron bastante. Estuve muy a gusto y siempre me he sentido muy agradecido por el trato que me dispensó. De algún modo, este libro pretende ser una pequeña muestra de gratitud por todo lo que recibí en el tiempo que estuve en Teruel.
- ¿Había publicado algo anteriormente?
- Sí. Yo tengo la afición de escribir desde siempre, y me van surgiendo ideas hasta que decidí de algún modo recoger varios relatos cortos y publicarlos. Había publicado hace 18 años un libro que no era de ficción, sino una especie de ensayo relacionando la mitología con el mundo interior, que se llamaba El Amor y los Mitos.
- ¿Por qué eligió el título La sombra de la Luna?
- Es el título del relato ambientado en el maquis y la posguerra. En Teruel las noches son muy especiales, y en una ocasión paseando veía como la luna llena iluminaba tanto que me producía sombra... Me gustó esa figura y además me inspiró la historia. Las noches de Teruel son una de las grandes cosas que tiene esta provincia.
- ¿Qué temáticas le interesan como narrador en los siete relatos del libro?
- Muy variadas. La posguerra de Teruel, la historia de la ciudad, la aventura de los maquis, también me interesan los cuentos infantiles a través de los dinosaurios, que también es algo muy de la tierra... El relato de la Sabina Pinera es el que más tiene que ver con mi libro anterior, porque de alguna manera entro en el mundo del simbolismo, de las emociones, de la relación entre el hombre y la mujer. También el folclore, con el relato de los gaiteros ambientado en el bajo Aragón a principios del siglo XX. Y hay un relato de época medieval sobre una muchacha que llega a Teruel como sirvienta en una casa de Teruel, en el siglo XIII. De algún modo repaso muchos de los mitos y símbolos que existen en el imaginario popular de Teruel y los turolenses, que me sirven de telón de fondo de las historias que quiero contar.
- ¿Utiliza un estilo homogéneo en los relatos?
- No. Si en las temáticas es bastante heterogéneo, en estilo creo que también. El primero, titulado Viaducto Viejo, está escrito en primera persona, como si fuera el propio Viaducto quien contara la historia de la ciudad desde su inauguración en 1929 incluyendo la guerra civil, como si las piedras hablaran. El resto de relatos son en tercera persona, en el cuento infantil sobre dinosaurios la narrativa es mucho más sencilla... hay un poco de todo.
- ¿Le gusta dejar las historias cerradas, o prefiere los finales abiertos que hacen cavilar al lector?
- Me gustan los finales abiertos. No exprimir todo el potencial de la narración, como para que el lector colabore de algún modo en la propia historia.
- ¿Se siente especialmente cómodo con el relato corto, o ha pensado en escribir alguna novela?
- Da un poco de miedo emprender un proyecto de novela larga, aunque yo he oído a algún escritor asegurar que es más complicado escribir un buen relato corto que una novela, porque tienes que concentrar todo mucho más y hay que presentarlo de una manera mucho más concisa. De momento no me lo he planteado seriamente, me da pereza y tampoco sé si sería capaz de estructurar una novela. En el relato breve me siento muy cómodo.
- El libro se ha presentado en Zaragoza y en el Museo de Teruel, con música de Burearte...
- Sí, yo soy músico aficionado y conocía a Jesús Sánchez, de Burearte, y le pedí el favor de que tocara algo en el acto.
- ¿Ha tocado con ellos en alguna ocasión?
- No, no, aunque los conozco bien. Yo toco a dulzaina y tengo un grupo de música antigua en Zaragoza que se llama Inestabile Confort, con música del medievo, renacimiento y época barroca, donde tocamos flautas de pico, algo de cuerda, percusión y voz. Hace muchos años tocamos en Teruel, en la iglesia del Seminario.