Síguenos
Luis Pasamontes, exciclista, comentarista de radio y coach profesional: “La palabra ‘gracias’ cuesta cero euros pero se nos olvida muchas veces decirla” Luis Pasamontes, exciclista, comentarista de radio y coach profesional: “La palabra ‘gracias’ cuesta cero euros pero se nos olvida muchas veces decirla”
El presidente y la gerente de Asempaz Alejandro Monfort y Belén Plumed con Luis Pasamontes (d)

Luis Pasamontes, exciclista, comentarista de radio y coach profesional: “La palabra ‘gracias’ cuesta cero euros pero se nos olvida muchas veces decirla”

El papel del gregario o secundario en la empresa y en el deporte, en una conferencia organizada por Asempaz
banner click 236 banner 236

El asturiano Luis Pasamontes, exciclista y coach profesional hizo un alto en el camino el pasado domingo, en su trabajo como comentarista de la Vuelta a España, para venir a Teruel y ofrecer una conferencia titulada El liderazgo del gregario, organizada por Asempaz. Nada más finalizar la charla se marchó a Madrid donde concluía la prueba ciclista y que tenía que narrar para el programa Tiempo de juego, de la Cadena COPE.

-Usted habla del papel del secundario o gregario. ¿Qué papel tiene tanto en el mundo de la empresa como del deporte?

-Cuando un deportista cuenta su historia estamos acostumbrados a que sean campeones del mundo o medallistas olímpicos. Son mensajes que ilusionan y motivan pero con el que un porcentaje muy alto de gente no se siente identificada con esa persona porque cuando vuelven a su lugar de trabajo o a su deporte pueden pensar que son peores de lo pensaban. En mi caso, he sido gregario en mi carrera deportiva y me gusta reforzar mucho esa figura. En el mundo de la empresa más del 90% de las personas son gregarias y además los grandes líderes empresariales o deportivos también tienen que saber ser gregarios. En mi carrera deportiva he visto que los grandes líderes que he tenido en el ciclismo, cuando no estaban bien o no tenían un buen día, eran capaces de darte agua o de ejercer ellos de gregarios.

-¿Pero que un líder sea gregario es complicado?

-Sí que es complicado, pero es una manera también de entender y hacer entender a todo el grupo que todos, desde el primero hasta el último, tiene el mismo valor.  Yo muchas veces comento en las empresas que la hoja de resultados también depende del personal de limpieza y me miran extrañados. Cualquier persona que forma parte del entorno laboral es importante para que funcione. En el ciclismo, el masajista o el mecánico son personajes que a veces están detrás de las cámaras pero sin esas personas nada sucedería. A mí me apetecía mucho, después de mi retirada, fomentar esa figura. Y la he llevado a radio y a todo lo que desempeño hoy en día. Es también una manera de decir al que viene detrás que desde un escalón más abajo también se puede conseguir cosas.

-¿Y cómo se puede poner en valor esa figura del gregario?

-Bueno, sobre todo lo más importante es tener un reconocimiento y mucha gente cree que solo es económico. Y lo económico es necesario para todo el mundo pero en mi caso había momentos en las carreras o competiciones que como mi líder no me diera un abrazo o un gracias no me encontraba bien. No pensaba en lo económico, necesitaba ese gesto o esa palabra en ese momento porque era la manera de sentir que me sentía útil. Después de lo que he vivido en mi carrera ciclista y en la empresa, siempre digo que la palabra “gracias”  cuesta cero euros y que hace, como decimos en el deporte, que abramos gas y uno vaya a tope, pero se nos olvida tantas veces dar las gracias... A veces tenemos personas contratadas y no hace falta decirle todos los días que se le dé las gracias porque para eso está contratado pero de vez en cuando sí que es necesario para que esa persona sienta que es útil ahí.

-¿Hay mucha relación entre el mundo de la empresa y el mundo del deporte?

-Hay mucha, incluso hay gente que dice que son iguales. No lo son pero sí que hay un montón de aspectos que se pueden extrapolar. Ahora trabajo con empresarios y los uno con deportistas profesionales y cuando hacemos esos encuentros surgen un montón de ideas. Es algo explosivo porque hay un intercambio de información brutal. El deportista les traslada aspectos que no están en la universidad ni está en los libros pero que son vivencias personales. Cuando un deportista está arriba, con el pulso a 190, tiene que saber enfrentarse a la gestión de emociones y tiene un control sobre sí mayor que en las situaciones que se enfrentan en las empresas. Luego, el empresario también tiene muchas cosas que contar al deportista, porque nosotros después de nuestras carreras tenemos que seguir viviendo e -independientemente de cómo esté la cuenta de resultados- después de la retirada tienes que hacer algo. Algunos exdeportistas no necesitan ir a trabajar pero necesitan al día siguiente hacer algo; colaborar con una ONG o entrenar al equipo de su barrio sin cobrar, pero algo porque si no surgen los problemas que desgraciadamente vemos en algunos exdeportistas que pasan de ser todo a estar apagados.

-¿Qué le parece jornadas como las de Interempresas que ha organizado Asempaz?

-Estupendo, porque las empresas que comparten un espacio se pueden ayudar y trabajar en una misma dirección.