Leo Millares, el tatuador de los futbolistas: “Para venir a Andorra dejé colgados a Higuaín y Betancur, de la Juventus”

El tatuador de los futbolistas y otras estrellas del cine, la música y la televisión, Leo Millares, está afincado esta semana en Andorra, donde imparte un taller de iniciación al tatuaje a un grupo de adolescentes a punto de abandonar los estudios. Pero les motiva el dibujo, y el artista se compromete a llevarse al mejor a su estudio de Madrid, Soul Tattoo, para brindarle una oportunidad laboral. Además, acaba de ser nombrado socio honorífico por la delegación en Andorra de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), y también colabora con el sector primario local. A él le ayudaron en su juventud y devuelve el favor a otros con generosidad. Ley de vida.

-¿Qué le trae por Andorra?

-Es una campaña que se le ocurrió al alcalde, Antonio Amador. Contactamos por un amigo en común y empezamos por un proyecto social para pulsar lo que es la falta de trabajo y esos chavales más conflictivos que están abandonando el instituto. No debemos abandonar a esta gente y les estamos brindando un curso de tatuaje con técnica de dibujo, un aprendizaje inicial para meterles en este mundo, con la posibilidad de dar a uno de ellos un puesto de trabajo en Madrid, en mi estudio, con los mejores tatuadores del mundo. Se trata de sacar a un chaval de abajo y llevarlo a lo más alto de la Liga.

-¿Ha observado ya alguna posible vocación?

- Apenas estamos encaminándolos, pero sí he podido observar que hay dos que despuntan. Así como corte contigo –son días intensos de entrevistas y proyectos de colaboración– me meto en el aula con ellos. De aquí al viernes los estaré valorando.

-Aprovecha también para colaborar con asociaciones.

-Estamos con la asociación del cáncer. Vimos la dificultad que tenían las mujeres con cáncer de mama a la hora de tatuarse areolas y todo eso, y me he ofrecido para que me tengan a mí para siempre para hacerle eso a las chicas que lo necesitan y no se lo pueden costear. Me nombraron como socio honorífico. También estoy colaborando con la asociación de agricultura, que también me han nombrado embajador porque les he donado un tattoo valorado en mil euros para mantener la asociación. En realidad quiero darle un impulso a todas las cosas que están paradas y ayudar a la gente de aquí. Estuve con un chaval, apicultor, al que le robaron las colmenas y ya vendió un montón de botes de miel. También he colaborado con Adipa, pintando unas cerámicas con los dedos para los chicos con discapacidad. En definitiva, uso mi imagen para ayudar a los chavales que se quedan varados, porque yo también tuve esa edad y tampoco fui un santo de la iglesia. Ayudar a este tipo de gente y potenciar todas las causas sociales me nutre un montón. La gente cree que estoy ayudando y son ellos quienes me ayudan a mí.

- ¿Tiene pensado tatuar también a algún personaje conocido de Aragón?

- Es diferente mi labor aquí. Sí venía con idea de tatuar a alguna paciente de la asociación del cáncer, pero de momento preferimos sólo hacer una valoración. De momento, de Madrid me trajeron aquí, me han nombrado miembro de honor y tendré que venir a menudo. ¡Hasta el alcalde me ha invitado a tocar el tambor en Semana Santa! Me he encontrado con gente realmente increíble, cálida, y necesitaba también desintoxicarme de Madrid y encontrarme con la calidad de la gente. Me llevo una experiencia bestial. Al final, en cualquier momento, me quedo aquí a vivir.

-Pues ya le habrán contado que si algo hace falta en Teruel es gente…

-Sí, y además tengo cinco hijos, con los que podría repoblar y llenar medio colegio (ríe).

-¿Cuántos tatuajes habrá realizado en su vida?

-Son 32 años en esto, que tampoco es mucho, así que imagínate si los hubiese contado. Puedo forrar el Ítaca entero.

-¿Cuál es tu especialidad?

-Realismo en cover up, un estilo en el que somos cuatro gatos en el mundo. Mi base es la pintura, de hecho soy un pintor que llevo una máquina de tatuar. Mezclo técnicas de pastel, óleo, realismo… Todo lo que viene siendo el arte desde el Renacimiento hasta ahora.

-Destaca por ser el tatuador de las estrellas: de la música, del cine, futbolistas… ¿Cómo se llega a este nivel?

-Empezando de abajo. Tras tatuar al ‘Caño’ Ibagaza en Argentina (un jugador de fútbol) viajé a España por una convención a la que vine de invitado. A Ibagaza lo fichó el Atlético de Madrid y automáticamente se lo dijo a Fernando Torres cuando tenía 16 años. A su vez, él estaba grabando un videoclip con Dani, de El Canto del Loco, y acabé tatuando a todo el Atlético, desde el ‘Niño’ al utillero. Luego también a Beckham, Sergio Ramos… Yo limpié la imagen del tatuaje, que era de macarras, porque fui pionero en tatuar a personajes públicos. He tatuado a todos, desde Alejandro Sanz hasta el último que te puedas imaginar, desde la música al fútbol, baloncesto, motos…

-¿Viaja a cualquier parte del mundo para tatuar?

-Así es. Para venir a Andorra a este proyecto tan bonito dejé colgados a Higuaín y Betancur, jugadores de la Juventus con los que tenía comprometida la primera quincena de febrero. Pero me pareció más bonita esta causa.