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Ángel Baguer, ingeniero industrial y escritor: “La provincia de Teruel ha sido injustamente tratada por los gobernantes desde siempre” Ángel Baguer, ingeniero industrial y escritor: “La provincia de Teruel ha sido injustamente tratada por los gobernantes desde siempre”
Ángel Baguer firmando libros en la conferencia de la Escuela de Ingeniería Tecnun

Ángel Baguer, ingeniero industrial y escritor: “La provincia de Teruel ha sido injustamente tratada por los gobernantes desde siempre”

“Los valores han sido sustituidos por el objetivo de una vida material basada en el consumismo y el disfrute constante”
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Ángel Baguer Alcalá (La Puebla de Híjar, 1945) es doctor ingeniero industrial, profesor y escritor. Acaba de publicar su undécimo libro: Progreso invertido-Retos de una sociedad amenazada.

-Su profesión principal no ha sido escritor. ¿Cuándo empezó a escribir y a publicar libros?

-Tras más de veinte años en el mundo de la empresa fui a trabajar a la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Navarra, donde compaginé la actividad de consultor de alta dirección con la docencia. Comencé publicando apuntes para los alumnos. Más tarde se convirtieron en libros universitarios y posteriormente en obras de gestión empresarial para directivos de empresas.

-¿Desde pequeño tenía claro que algún día iba a escribir?

-No. Descubrí mi auténtica vocación muy tarde, a los 50 años, cuando comencé a impartir clases en la Universidad de Navarra. He desempeñado mi actividad como ingeniero de organización industrial y he disfrutado con mi trabajo, aunque, mi auténtica vocación es escribir. Encontrar el rumbo en la adolescencia es complicado. Por eso insisto en que se ayude a los jóvenes a identificar sus puntos fuertes y encontrar su vocación.

- Hablando sobre su reciente publicación ‘Progreso invertido-Retos de una sociedad amenazada’, ¿cuál fue el motivo por el que escribió el libro?

-La sociedad no camina bien. El progreso ha traído siempre bien estar, libertad y cultura, pero la era exponencial actual no es asimilada por el ser humano como debiera. La responsabilidad, la cultura del esfuerzo, la resistencia a la frustración, la solidaridad, la falta de empatía con el bien común, el respeto hacia los demás, la ética y otra serie de valores han sido sustituidos por el objetivo de una vida material basada exclusivamente en el consumismo y disfrute constante. Además, existen amenazas de guerras nucleares y nuevas pandemias, el futuro de la inteligencia artificial no está nada claro y la revolución del genoma es una incógnita preocupante en un mundo donde hay escasez de materias primas, problemas energéticos muy serios y en el que el cambio climático es una realidad.

-¿Qué puede contar sobre la trama de este libro?

-La obra gira alrededor de Leo, un filósofo nacido en el Maestrazgo turolense, que repasa la evolución del progreso desde Mesopotamia hasta la era exponencial actual, describiendo el aporte de fenicios, chinos, egipcios, griegos, árabes y latinoamericanos, glosando la gran contribución de las revoluciones industriales y el espectacular avance tecnológico de hoy. El libro muestra, a través de la vida de Leo y de varios expertos en diversas materias (ciencias políticas, drones, ingenierías, medicina, virólogos, investigadores en inteligencia artificial y cambio climático), la preocupación por el futuro de un mundo global con serios problemas y amenazas como las reseñadas.

-¿Por qué Teruel ha sido el escenario elegido para el transcurso de la obra?

-Nací y pasé mi infancia en La Puebla de Híjar, municipio turolense famoso por ser uno de los pueblos de la Ruta del Tambor del Bajo Aragón. Soy aragonés de nacimiento y turolense por los cuatro costados. El escenario elegido fue Teruel porque esta provincia, ejemplar y solidaria, injustamente tratada por los gobernantes desde siempre, sufragó en los tiempos difíciles muchos créditos para la industria, al igual que otras provincias agrícolas, con la aportación de los ahorros de las cartillas bancarias de sus habitantes. También, ha sido una forma de dar a conocer sus poblaciones y recorridos maravillosos (Maestrazgo, Matarraña, Albarracín, Teruel capital con su mudéjar, Bronchales, Rubielos de Mora,…) y recordar el Teruel existe, del que bastantes personas tuvieron que emigrar para dar, con su trabajo y esfuerzo generoso, riqueza y valor añadido a las zonas industriales.

-¿Hay algo personal en el libro?

-Sin duda. Muchas de las anécdotas de la vida del personaje central del libro, el filósofo Leo, son reales, de mi niñez en La Puebla de Híjar. Otros muchos hechos que se describen en la obra como las anécdotas en la etapa de la universidad, el recorrido por Perú y México o el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York, los viví en primera persona y constituyen una parte importante de mi vida.

-¿Busca transmitir algún mensaje a los lectores?

-Sí. La obra no pretende hacer caer al lector en el catastrofismo ni en un pesimismo exacerbado. Tampoco busca sensacionalismos ni moralinas. Únicamente pretende alertar al ser humano y concienciarle sobre lo que está ocurriendo, sensibilizarle. Es preciso trabajar por un mundo mejor y preocuparnos por las futuras generaciones.

-¿Cuál cree que es la principal amenaza para la sociedad?

-A corto plazo, la guerra nuclear sería lo más preocupante porque conduciría a un suicidio de la humanidad. También la inteligencia artificial puede ser una amenaza puntual si se utiliza mal, y luego el cambio climático es otra amenaza a largo plazo.

-¿Qué soluciones propone para evitarlas?

-En la parte final del último capítulo existe un apartado denominado Soluciones a los problemas del futuro de la humanidad. En él se exponen las acciones para resolver la deficiente preparación de la clase política, evitar las nuevas epidemias y la guerra nuclear, volver a los valores tradicionales, detener el cambio climático, controlar el avance de la IA y otras.