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La historia y el Castillo de Peracense mantienen viva la tradición aragonesa La historia y el Castillo de Peracense mantienen viva la tradición aragonesa
El Tenente Lope Ferrens atiende a los invitados al Castillo de Peracense

La historia y el Castillo de Peracense mantienen viva la tradición aragonesa

Hoy continúa la recreación de una parte de lo que ocurrió hace 800 años
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Todo está en calma, aparentemente, pero las intrigas no cesan y los nobles quieren manejar al nuevo rey, aprovechando su niñez primero y su tierna juventud. Así se encuadran las refriegas palaciegas que, el Castillo de Peracense, acoge cada año como si de verdad estuviera pasando hoy mismo.

La decimoctava edición del encuentro y recreación, que organiza Fidelis Regis, tuvo ayer un episodio cargado de garra, emoción y veracidad, pues los personajes de esta asociación bordaron el papel que cada uno tenía encomendado para representar la historia de Aragón.

“Nuestro objetivo es recrear la historia de Aragón, exactamente 800 años atrás y cómo podía afectar lo que ocurría en el Castillo de Peracense a la Corona de Aragón”, comentó Rafael Jambrina, presidente de la Asociación Fidelis Regis.

Este año, 2024 tocaba recrear un episodio muy peliagudo y difícil de gestionar para los partidarios del rey Jaime I. “En este caso, en el año 1224, el rey Jaime ha sido hecho preso en Alagón y ha sido llevado a la torre de la Zuda en Zaragoza, ya que está discutido con varios nobles. Y uno de ellos, Guillem de Moncada, le reclama 20.000 maravedis”, matiza Jambrina.
 

Reunión de los recreadores con sus diferentes tareas


El tenente Lope Ferrens de Luna fue el encargado de velar por los intereses del incipiente rey Jaime I, que apenas había nacido ya tenía la responsabilidad de llevar la corona. No lo ponen fácil los nobles aragoneses de la época, pues, el Infante D. Fernando, Pedro Fernández de Azagra, la familia Moncada, Pedro de Aones y un puñado de ricos al servicio de los nobles, ponen en jaque los destinos de la Corona de Aragón incluso reteniendo (secuestrando) al rey.

Éxito y calor

El éxito de la recreación no es baladí, pues dieciocho años después sigue atrayendo a multitud de público: curiosos, ociosos, turistas o amantes de la historia se dan cita en un marco incomparable como es el Castillo de Peracense.

Este enclave tenía una principal misión en el siglo XIII, el control de las vías de norte a sur y viceversa, pues, el paso desde Daroca o de los provenientes de Jaca, era obligado y vigilado por los residentes en el castillo. Es una zona de frontera en la que se dan cita los conciudadanos de Castilla-León, las huestes del señor de Albarracín y aunque “no es una zona de conflicto, siempre es un sitio con cierta tensión”, puntualiza el presidente de Fidelis Regis.

Ya era casi medio día cuando la afluencia de público empezaba a ser numerosa y el calor se notaba -no solo en el ambiente- también en los rayos solares, ya que todos los visitantes buscaban la sombra (elemento no muy abundante) necesaria para guarecerse del sol.

Mientras, la recreación seguía su curso y los principios de rebelión nobiliaria se fraguaban en los alrededores del Castillo, pero la mesnada del rey se encargaba de apaciguar y sofocar cualquier intento de quebrantar el orden establecido. Peracense y sus inmediaciones son testigos de la historia, las intrigas y cavilaciones de los partidarios para solventar las dificultades y zancadillas que los nobles ponían a los designios de la Corona de Aragón.

Atuendos y aparejos

Como si de una película se tratara, la indumentaria es fiel a la tradición, pues tan importante es el personaje como su vestimenta y avalorios. Jaimas, banquetas, recipientes, cascos, cotas de malla, túnicas, calzas, blusas, pero también bordados, trenzas de dedos, acompañan la vida en el Castillo y muestran cómo fue el día a día.

La desconfianza, las traiciones o los personajes interpuestos están presentes en cada uno de los movimientos de la representación, -allá por el siglo XIII-, no sin cierto parecido a momentos de la actualidad.

Y si la vestimenta es importante, no lo es menos los elementos de la historia en los que está en juego el futuro de un reino, por eso la preparación, estudio y documentación de la historia son también la base de esta recreación.

Cuatro historiadores contemplan la base de este ‘grupo de amigos’ que tienen el propósito de ser fieles a lo que ocurrió hace 800 años. “Buscamos información cada año, porque todos los grupos que componemos esta recreación aportamos algo nuevo cada edición”, asegura Julio Cruz, uno de los estudiosos y promotores de esta historia tan conocida ya en Aragón y fuera de nuestra Comunidad.

El Libro de Hechos, los Fueros, bibliotecas, historiadores y estudiosos de la Corona de Aragón se unen para indagar en la historia, en sus personajes y territorios, en las componendas y negociaciones, que se tramaron en el siglo XIII, pero cada año recobran toda la actualidad cuando llega el comienzo del mes de agosto.