Juan Valenciano, delegado en Teruel del Colegio de Ingenieros Industriales: “El Colegio defiende la profesión y a sus colegiados y aporta seguridad a las instalaciones”
“Me he preocupado de buscar a las mejores empresas y sus mejores técnicos para ofrecer formación continua”El delegado en Teruel del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón (Cogitiar), Juan Valenciano, se jubila después de 25 años la frente de esta institución y destaca la importancia del Colegio para defender la profesión cada vez más cambiante. Nacido en León, estudió en Barcelona y sacó plaza en las oposiciones que entonces eran a nivel nacional y ha trabajado 37 años en la Delegación de Industria y apostó por contar con una sede en Teruel para acercar la actividad de la institución a los profesionales turolenses.
-¿Qué balance hace de estos años al frente de la delegación del colegio en Teruel?
-La inauguración de la sede de la delegación fue en 1998, en la calle San Juan y ahora estamos en la calle Bajo los Arcos. Empezamos a hacer cosas. Fundamentalmente, a que la gente supiera que existía una delegación, que había una serie de jornadas técnicas, de formación. Un poco más adelante empezamos a hacer la fiesta patronal, la hacíamos en septiembre. Es fundamental que exista una relación entre el Colegio y sus colegiados. El streaming no me gusta porque los problemas que tiene la gente siempre te los cuentan cuando hay una relación cercana. Si hay una relación fluida, hay un intercambio de ideas. Yo me entero de cosas que a lo mejor no me enteraría y las puedo plantear en la reunión que hacemos en Zaragoza una vez al mes.
-¿Cuáles han sido los principales cambios en la profesión en este tiempo?
-Cambios en nuestra profesión no ha habido demasiados, sí que han cambiado los planes de estudio con el Plan Bolonia y ya no hay licenciados, hay graduados y máster. El problema es que entre el Ministerio de Educación y la Administración General del Estado no suele haber una relación perfecta. Hay muchos problemas hoy en la gente que empieza a estudiar porque les prometen el oro y el moro y luego resulta que no tienen competencias. Ha cambiado esto muchísimo la enseñanza. Hay una serie de títulos que la gente los hace pensando que va a tener una profesión concreta, unas competencias para hacer proyectos y resulta que no es así porque no está reglamentado. La enseñanza va por un lado y la administración sigue con lo de antes. La nuestra es una carrera muy antigua y los de Telecomunicaciones o los de Informática -que son posteriores- se mezclan con las competencias que nosotros de siempre hemos tenido. Entonces hay follones y se llega hasta el juzgado. La Administración se lava las manos y tampoco permite a los graduados estar en el grupo A.
-¿Qué retos tiene la profesión en Teruel?
-Uno de los problemas hoy candentes es que el ejercicio libre ha degenerado mucho. Cada vez hay menos gente que se atreva porque es una situación insegura, sobre todo en estos últimos años que ha venido todo el follón de las crisis, de la covid. Mucha gente que antes hacía proyectos, instalaciones en las viviendas, como no se construye, ya no hay trabajo. Las empresas nos demandan ingenieros que sean de seguridad en el trabajo. La gente tampoco quiere trabajar en eso de los riesgos laborales porque dicen: “Me pagan muy mal y si hay un accidente el que tiene que poner la cara soy yo”.
-¿La demanda de profesionales de ingeniería crece cada vez más?
-Sí. Nosotros tenemos bastante relación de un tiempo a esta parte con la Escuela Politécnica, porque tiene la Ingeniería Electrónica y Automática. Los que van acabando la carrera procuramos que se colegien que ese es otro problema que no todo el mundo quiere colegiarse. Es obligatorio para ejercer la profesión, pero el Colegio no quiere ser tan estricto que obligue a la gente, quiere que voluntariamente se colegie que sepa que el Colegio le va a dar unos beneficios: formación, información, defenderle en casos laborales... Los colegios profesionales lo que hacen es defender su profesión y defender a sus colegiados.
-¿Qué mensaje le transmite a los jóvenes ingenieros?
-Hacemos todos los años lo que llamamos imposición de insignias, aún no son graduados, pero están en el último año. Les hacemos precolegiados. No pagan la cuota y se benefician de todo lo que el Colegio les puede ayudar sobre todo la formación que debe ser continuada. Estos años me he preocupado de buscar las mejores empresas y sus mejores técnicos, vienen hacemos una jornada de formación. No es una tontería los cambios so constantes. Por ejemplo, la regulación de calefacción antes estaba todo podíamos decir a mano, ahora resulta que está la wifi, los sistemas de control, el móvil... todo esto es una revolución, no es de hoy pero cada vez va a más. Podríamos decir que nadie puede estar trabajando si no tiene un ordenador.
-¿Qué aporta el Cogitiar a Teruel?
-Lo que aporta es la seguridad de las instalaciones. El Colegio tiene una deontología. Hay que hacer bien las instalaciones, hay que hacer las verificaciones periódicas. Lo que el Colegio pretende es que todos los colegiados sepan cómo hay que hacer las cosas. Fundamentalmente de cara a la seguridad de las personas. La Administración lo que debe pretender es que todas las instalaciones sean seguras, nosotros como técnicos especializados, somos los que lo hacemos.
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