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Juan Manuel Calvo, presidente de Amical Mauthausen: “Me preocupa que los partidos democráticos compren el discurso de la extrema derecha” Juan Manuel Calvo, presidente de Amical Mauthausen: “Me preocupa que los partidos democráticos compren el discurso de la extrema derecha”

Juan Manuel Calvo, presidente de Amical Mauthausen: “Me preocupa que los partidos democráticos compren el discurso de la extrema derecha”

“Se cuenta con ellos no sólo cuando son imprescindibles y eso afectará a las políticas que se pongan en marcha”
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Cruz Aguilar
Juan Manuel Calvo desciende de Ejulve y es desde hace dos años presidente de la Amical de Mauthausen, una agrupación vinculadas a las víctimas del holocausto nazi, creada para velar por los derechos humanos y que ha mostrado en diferentes foros su malestar por los pactos con la extrema derecha en las instituciones.

-¿Cómo cree que puede afectar la llegada de la extrema derecha al poder?

-En 2018 ya alertamos de que no había una política de acogida efectiva en la atención de las personas refugiadas. Nos preocupaba cómo el discurso de la extrema derecha afectaba a determinados colectivos, en primer lugar a los emigrantes, y, aprovechando la crisis, hacía resurgir la ideología de la extrema derecha. En los últimos años se está viendo cómo con la irrupción de la extrema derecha en Europa y la entrada en determinadas instituciones empezaban poner en práctica políticas que suponían la discriminación de varios colectivos. En algunos países los partidos de derecha democráticos se están planteando aislar a la extrema derecha.

-Esto en España no  ocurre.

-No, la preocupación es que la extrema derecha tiene representación en las instituciones y no hay voluntad de hacer un cordón sanitario y aislarla políticamente. El discurso que se puede reflejar en políticas y medidas es muy preocupante. Los pactos ya nos están dando pistas y una visión de hacia dónde se dirigen. Determinados colectivos han difundido el discurso de odio y los mensajes contra el feminismo o contra la comunidad LGTBI+ de forma impune durante los últimos años.

-¿Cómo afectará al día a día de estos colectivos?

-Por ejemplo están cambiando las consejerías de igualdad por las de familia y potenciando un modelo de familia tradicional que viene del pasado y que supone un riesgo para muchos otros modelos asentados en nuestro país. En los parlamentos españoles donde se ha pactado con la extrema derecha se ha retirado la bandera LGTBI+, cuando ha sido un logro que puedan manifestarse y llevar una vida normal, se les está criminalizando, y las instituciones en vez de velar por su protección les quitan visibilidad.

-¿Qué opina de que nieguen la existencia de la violencia de género?

-Es un aspecto negacionista de una realidad sobre la que existe un consenso social y supone poner en peligro todas las políticas de igualdad y de defensa de los derechos de la mujer impulsados en los últimos años.

-¿Y qué tiene que decir de los planteamientos que algunos candidatos, ahora ya alcaldes, propusieron contra los inmigrantes, hablando incluso de expulsión?

-La integración de las personas de fuera es un problema complejo y los mensajes que lanzan no llevan aparejadas soluciones reales, plantean mensajes muy primarios. La natalidad es la que es, hay demanda de mano de obra que no se está cubriendo por falta de gente. Cuando hay un déficit de mano de obra tan grande el planteamiento no puede ser no contar con ellos. Otra cosa es si las sociedades democráticas han ofrecido respuestas a los problemas de integración y esto es uno de los motivos que explica este resurgimiento de estos movimientos de extrema derecha.

-¿Con las tendencias políticas actuales este mensaje antiinmigración puede ir a más?

-La extrema derecha, con un discurso simplón, manipulador, superficial, con mentiras y difamaciones, presenta como si determinados grupos sociales, o las políticas desarrolladas por los gobiernos progresistas, fuesen los culpables de las dificultades a los que se enfrenta la ciudadanía día tras día. Los inicios pueden ser simbólicos, como quitar banderas o crear consejerías de familia, con el tema de la inmigración no sabemos cómo se plasmará, pero dentro de estos pactos la denuncia que hacemos es a los partidos democráticos y que están comprando el discurso de la extrema derecha, que es siempre el mismo.

-¿Es preocupante que en Aragón tenga Vox la presidencia de las Cortes?

-Es muy penoso que la tenga una persona con comportamientos machistas y contra el colectivo feminista y además con un pacto que no era necesario porque había alternativa. La preocupación en sí es más por el pacto y por el hecho de que otros partidos compren el discurso de la extrema derecha que por su discurso en sí, que ya sabemos cuál es, no ha evolucionado. Otro caso cercano es Alcañiz, no eran necesarios ni los votos ni su entrada en el organigrama de gobierno. Ya no es tanto la necesidad, que podría ser una explicación, nunca una justificación, sino que se va más allá y se cuenta con ellos no sólo cuando son imprescindibles y eso afectará a las políticas que se pongan en marcha.

-¿Qué ha hecho mal la sociedad para que este discurso extremista, xenófobo y machista haya llegado al poder?

-En el caso de Argentina fue acabar la dictadura y empezaron a implementar políticas de memoria y de reconocimiento a las víctimas. En España no hemos limpiado ni hemos analizado nada, se ha obviado la dictadura y las estructuras políticas de poder pasaron directamente de una dictadura a un sistema democrático. Las contradicciones que actualmente existen hace que puedan aflorar soluciones burdas a problemas muy complejos. Esto puede tener un calado entre la población, unido a un fracaso a las sociedades occidentales para plantear medidas para solucionar problemas derivados de la globalización. 

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