José Antonio Bernuz, coordinador de la Brigada de Limpieza de Alcorisa: “La desinfección diaria de las calles en los pueblos tranquiliza a la gente”
Afirma que en el municipio bajoaragonés se desinfecta cada rincón del pueblo con una solución de agua y cloroJosé Antonio Bernuz es el coordinador de la brigada de limpieza de Alcorisa. Con la colaboración de tres agricultores del pueblo, él y sus compañeros recorren palmo a palmo las calles del pueblo de lunes a viernes para desinfectar todo lo que se les eche por delante. José Antonio lleva 30 años viviendo en Alcorisa, 25 de los cuáles trabajando para el Ayuntamiento, siempre en la brigada de obras y de mantenimiento.
-¿Cómo ha cambiado su trabajo en los últimos 20 días?
-Un montón. Antes nos dedicábamos a hacer pequeñas obras en el pueblo, a arreglar acometidas de agua, a pintar barandillas, remodelar jardines y arbolado. Y ahora todo ha cambiado, porque hacemos lo mismo, pero también salimos con las mochilas a limpiar y desinfectar. Sulfatamos los alrededores del centro salud, de las residencias de ancianos, del centro Atadi y también los de los comercios, panaderías, farmacias, etc. En definitiva, en todas partes por donde pasa mucha gente.
-¿Y también tienen el apoyo de tractores que han cedido agricultores locales?
-Sí, dos veces por semana salen tres tractores voluntarios, uno con un atomizador que no necesita a nadie de apoyo y los otros dos con mangueras. Con estos dos vehículos vamos cuatro personas de la brigada, dos en cada tractor. Sulfatamos las fachadas de todas las casas a una altura de un metro o dos y también las calles.
-¿Cuántos son en la brigada?
-Siete. Distribuimos el trabajo entre todos y nos hacemos cargo de la jardinería, de las papeleras, de escobar las plazas y calles… Tenemos un fontanero, un electricista, que también nos echa una mano para la limpieza con el cloro. A limpiar salimos por la tarde después de plegar. También hay un enterrador, que se encarga de hacer obras cuando toca, además de otro compañero y yo, que hacemos de todo: averías, arreglar acometidas de agua, columpios, barandillas.etc
-¿Hay que ser un manitas para hacer de todo, no?
-Eso se aprende con el tiempo. Es lo que tiene estar en la brigada.
-¿Ha sido difícil adaptarse a la nueva situación y compaginar toda esa faena?
-Ya estábamos preparados. Este año tenían que haberse celebrado en Alcorisa las Jornadas nacionales del tambor. Lo teníamos todo planificado para que toda la brigada, en días alternos o todos consecutivos, acudiese a limpiar las calles. Además, también en las fiestas de septiembre salimos y vamos con agua y cepillos y con tractores. La diferencia es que ahora hemos puesto cloro.
-¿Hasta donde llegan?
- Llegamos a todo el pueblo, porque las zonas donde no entran los tractores las hacemos con las mochilas, sobre todo si son escalinatas, calles estrechas por las que no entra el tractor, etc. Dos días salimos con los tractores y los otros tres vamos los operarios con las mochilas. De momento hemos llegado a todas partes. A veces puedes tener un lapsus y olvidarte de alguna calle, pero, si ocurre, al día siguiente vamos con las mochilas.
-¿Qué medidas de protección han adoptado?
-Llevamos un mono blanco, una careta, gafas y guantes.
-¿Y cuesta mucho adaptarse al nuevo ‘uniforme’?
-Al principio cuesta un poco, pero ahora es cuestión de acostumbrarte. Hay que ir con mucho cuidado para ponérselo, porque todo es de usar y tirar, en los coches viajamos uno delante y otro detrás. La Cruz Roja y la agrupación local de la Asociación española contra el cáncer han hecho mascarillas para todos nosotros.
-¿Se imaginó que esto que está viviendo pudiera suceder?
-Hace 15 días ninguno de nosotros pensaba nada parecido.
-¿Con qué producto desinfectan?
-Con cloro. Cada 1.000 litros de agua echamos 15 litros de cloro. Es una mezcla que no facilitó la farmacéutica del pueblo. Para hacerla nos vamos a la cooperativa, donde hay un cargador para sulfatadoras. Allí, con un caldero que se usaba para pintura de 15 litros se llena hasta arriba y se mete el cloro, que luego introducimos en la sulfatadora llena de agua. De ahí hacemos un recorrido por las calles que ya se nos ha preparado desde el primer día.
-¿Qué medidas adoptan?
-Hay que tener cuidado. Cuando echas el producto hay que estar vestido y no de cualquier manera, con guantes, con mascarilla, con el traje porque el cloro es un producto puro y hay que estar preparado.
-¿Cómo se ha tomado la gente esta limpieza de las calles diaria?
-Muy bien. Los vecinos están muy contentos, porque huele a limpio y se nota que está todo muy bien desinfectado. Yo creo que este trabajo que hacemos ayuda a que la gente esté mucho más tranquila, aunque la verdad es que se ve a pocos vecinos en la calle. Van a comprar, están mucho es casa y ni siquiera se ve a gente que saca al perro a pasear.
-¿Y en casa qué medidas tienen que tomar ustedes?
-Relacionadas con el trabajo no demasiadas. No hacemos un trabajo peligroso, lo que pasa es que cuando llegamos nos quitamos los zapatos en la puerta y todo lo que llevamos que pueda oler. El mono, las gafas, los guantes y todo lo demás se queda en el almacén.