Jesús Pedro Lorente, catedrático de Historia del Arte: “García Martínez pintó Los Amantes para que se expusiera en los museos”
Jesús Pedro Lorente, catedrático de Historia de Arte y profesor de Arte en el siglo XIX en la Universidad de Zaragoza, nacido en Lumpiaque, ofrecerá este jueves a las 19 horas junto a Luz Pérez, Elena Naval y Pilar Camón una charla en el Museo Provincial y una vista guiada sobre la pintura Los Amantes de Juan García Martínez, que actualmente puede verse en el Mausoleo de Los Amantes.
- ¿Qué tiene de especial este cuadro?
- De entrada para mí Los Amantes de Juan García Martínez es un cuadro al que le tengo especial apego, no solo porque le primer artículo que escribí era sobre el pintor bilbilitano, sino porque hasta hace poco estaba en la Facultad donde yo doy clases, y cada vez que pasaba por las escaleras lo veía.
- En ese sentido lo echará de menos, ahora que está expuesto en el Mausoleo de Los Amantes de Teruel.
- Yo creo que está muy bien allí, y ha sido un momento muy oportuno. Estamos evacuando todos la facultad porque en mayo empezarán las obras de reforma y esos cuadros que adornan las escaleras, que son depósitos del Museo del Prado, tenían que irse de allí. Y en este caso, qué mejor lugar que la propia Fundación de los Amantes.
- ¿Qué elementos va a destacar de la pintura durante su intervención, mañana en Teruel?
- Sobre todo que es una pintura de historia. Es interesante para ver la diferencia con respecto a otras aproximaciones que se han hecho al tema de Los Amantes, que se han inspirado fundamentalmente en la literatura. En 1857 García Martínez pintó este enorme cuadro en París para presentarlo allí y luego llevarlo a Madrid, donde ganó la segunda medallad de las Bellas Artes. En el siglo XIX la pintura de historia era un género muy apreciado; tan importante era el historicismo, inspirarse como hace este artista en Rivera o Velázquez, en los grandes del barroco español, como en las hazañas, en la historia, y en temáticas que por su contenido histórico y ejemplarizante fuera de interés general para el público. Era un género que se premiaba, y García Martínez era un pintor joven que quería hacerse un hueco en la pintura y ganar prestigio, como efectivamente así sucedió.
- ¿En qué consiste exactamente la pintura histórica?
- En el siglo XIX había una consideración superior al género religioso o mitológico. Y después de eso estaba el género de historia, dedicado a acontecimientos del pasado. Luego estaba la pintura costumbrista y de retratos, que era lo que más se vendía, lo que más tenía la gente en sus casas, pero se consideraba un arte de consumo burgués que estaba peor considerado desde el punto de vista académico.
- ¿Y la pintura inspirada en la literatura, donde entraba?
- En el costumbrismo, de forma clara, en las cuestiones ficticias y consideradas menores. Por eso es importante hacer notar que este cuadro es pintura histórica, y no estuvo inspirado en la literatura sobre Los Amantes, sino en su propio hecho histórico avalado por el acta notarial de Yagüe de Salas. Ahora nos da igual que sea verdad o solo una leyenda... es bonito y eso nos basta. Pero en el XIX no era lo mismo pintar historia que pintar literatura.
- ¿Por qué García Martínez eligió precisamente este tema, el de Los Amantes de Teruel, para pintar un cuadro que le hiciera ganar prestigio?
- Él era aragonés, y en España desde el romanticismo Los Amantes de Teruel estaban de moda, y en general en Europa todo lo que tuviera que ver con la muerte y el amor que conducía a un final trágico lo estaba. Pero a diferencia de otras muchas muertes violentas, casi sádicas, que se reflejan en el Romanticismo, la de los Amantes de Teruel no nos resulta hoy en día políticamente incorrecta, porque allí no había violencia de género. Y otro aspecto que hace a esta pintura de especial actualidad es el papel de la mujer.
- ¿En qué sentido?
- Este artista convirtió a la mujer en protagonista de su cuadro, en el que representa el momento de la muerte de Isabel, mientras que las obras teatrales no la mostraban abiertamente. Había cierto pudor en hacerlo porque estaba casada, y resultaba muy comprometido con la moral de la época. Casi fue prelorquiano, el interés por los amores trágicos pero desde un punto de vista femenino.
- Una escena que repetiría tres décadas después Muñoz Degraín, en un cuadro que es más conocido...
- Son dos cuadros muy distintos, y de muy diferente calidad. Qué le vamos a hacer, pero aunque García Martínez sea aragonés hay que reconocer la calidad de la pintura de Degraín. Son muy distantes en el tiempo y no cabe establecer paralelismos. Degraín muestra más interés por la localización y el estudio casi arqueológico del lugar donde se desarrollan los hechos, mientras que García Martínez no tenía posibilidad de saber cómo era la iglesia de San Pedro desde París, pues construye un espacio cerrado por la oscuridad, con unos pocos personajes al fondo cuyas vestimentas no son localizables.
- La estética que recrea el aragonés tampoco cuadra con nuestra idea del siglo XIII...
- Durante el romanticismo estaban menos documentados que en la época de Degraín y tiraban más de fantasía. A un pintor no se le exigía ese historicismo, pero sin embargo sí podía triunfar en París como hispanista inspirándose en Rivera, Velázquez o esa tradición barroca con la que nos identificaban los franceses.