Javier Urquijo, fundador de Los Secretos, este sábado en Teruel: “La música tiene el poder evocativo de ser capaz de transportarte en el tiempo”

Javier Urquijo, el mayor de los tres hermanos que fundaron en 1980 el mítico grupo de la movida Los Secretos, visita el Albergue Music Club de Teruel, donde actuará a partir de las 22.30 horas. Interpretará, en formato acústico, temas de su disco en solitario Ur&Gente, himnos de la formación madrileña y versiones de algunas de sus canciones favoritas. 

- ¿Qué clase de concierto va a ofrecer en Teruel? Se presenta solo ante el público...

- Sí, será un formato acústico, con guitarra y armónica, muy personal e íntimo. Este tipo de formato tiene sus inconvenientes, porque te sientes un poco solo sin una banda que te arrope, pero también es verdad que puedes moverte con más libertad, irte para un lado o para el otro según veas lo que le va apeteciendo a la gente, puedes cambiar el orden de las canciones según te parece... La verdad es que me encuentro muy cómodo y el formato está funcionando muy bien, porque las canciones, que es lo importante, son buenas. 

- ¿Qué repertorio repasará durante el recital?

- Llevo algunas de las canciones que he compuesto y que se editaron en el disco Ur&Gente, aunque cuando voy en solitario prefiero llevármelas más a un terreno de la balada, más acústico. También llevo un poquito de Los Secretos, y también algunas de mis canciones favoritas que versiono, como temas de Bob Dylan, por ejemplo... La verdad es que no llevo un repertorio cerrado de canciones puestas en su orden, sino que en función del sitio, del público, y de lo que nos va pidiendo el cuerpo a lo largo del concierto me gusta ir variándolo para que la experiencia de la gente sea mejor. 

- Y el objetivo es volver a Teruel en primavera, esta vez acompañado por la banda con la que grabó Ur&Gente. 

- Eso eso. Tengo una banda desde hace prácticamente diez, quince años que ya es casi como mi familia, con la que quiero volver a Teruel en abril o mayo. 

- Usted ha dicho en alguna ocasión que a muchos guitarristas de los ochenta les venía justo para hacer acordes y, sin embargo componían canciones míticas. Hoy en día la formación de los músicos es abrumadora pero muy pocos temas aguantan el paso del tiempo...

- Así es. Da la sensación de que en esos años se inventaron todas las buenas canciones y ya no quedan más. Yo creo que la clave para que una buena canción se convierta en mítica es que, siendo buena, sea sencilla. Las canciones españolas que han pasado a la historia tienen tres o cuatro acordes. No destacan por su complejidad a la hora de ser interpretadas, sino por otros aspectos; cuentan una buena historia, la cuentan bien, apelan a algún sentimiento que se va a quedar grabado en quien la escucha y, sobre todo, es sencilla y asequible. 

- También puede que seamos un poco chovinistas... que prefiramos siempre escuchar canciones que nos retrotraen a experiencias anteriores que probar con algo nuevo y virgen en nuestro recuerdo...

- Es el poder evocativo que tiene la música, de transportarte a momentos de tu vida que recuerdas como muy buenas, cuando te lo pasabas bien, o estabas con una chica o con tu primer amor. Pero no todas las canciones tienen ese poder en la misma medida, solo algunas traspasan el tiempo y las generaciones.

- ¿Tiene público joven?

- Mi público suele ser de mi edad, pero acuden muchas veces con sus hijos, y hasta con sus nietos empiezan a llegar. 

- ¿A estos hijos y nietos les suenan frases como “sobre un vidrio mojado escribí su nombre” o “quiero beber hasta perder el control”?

- Sí. Conocen muchísimas de esas canciones de Los Secretos. 

- ¿Qué hay de Los Secretos en la música que compone e interpreta hoy en día?

- Muchísimo, es evidente. Mamamos la misma música, empezamos juntos y hay un poso inevitable. Yo no tengo el talento que tenía Enrique pero mi música va en esa línea. 

- ¿Cómo se llevan las giras y los conciertos en directo cuarenta años después de comenzar en la música?

- Se llevan bien pero son diferentes. Ahora hacemos pequeñas giras de tres o cuatro días, luego descansamos otros tantos y volvemos a empezar. Ya estamos mayores y, aunque sigue siendo muy divertido, pero hay que dosificar un poco y es muy diferente a cuando éramos jóvenes, que podíamos hacer 20 conciertos seguidos tranquilamente. 

- ¿Ha pensado alguna vez en dejar la música?

- Creo que no. Tuve un accidente grave de moto y estuve sin tocar unos tres año, pero tenía un estudio de grabación y seguí componiendo y produciendo.