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Javier Mor Barcelón, impulsor del mercadillo navideño de Manzanera: “Todos los pueblos podrían tener un mercadillo y que la gente fuera cada  fin de semana visitándolos” Javier Mor Barcelón, impulsor del mercadillo navideño de Manzanera: “Todos los pueblos podrían tener un mercadillo y que la gente fuera cada  fin de semana visitándolos”
Javier Mor, el impulsor del mercadillo de Manzanera celebrado el pasado sábado, en el taller de Milán, donde trabaja

Javier Mor Barcelón, impulsor del mercadillo navideño de Manzanera: “Todos los pueblos podrían tener un mercadillo y que la gente fuera cada fin de semana visitándolos”

"Son una manera de acercar los regalos a las casas y fomentar las compras a los productores”
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Cruz Aguilar

Javier Mor Barcelón es de Manzanera y reside en Milán desde el año 2010. En esa zona hay una gran tradición de mercadillos navideños que él siempre quiso exportar a su pueblo y, por fin, lo logró el pasado día 16 de diciembre. Profesionalmente se dedica a la joyería, tanto dando clases en la Scuola orafa ambrosiana de Milán como creando piezas en su propia empresa, que se llama Enero en recuerdo a su tierra, Teruel, por el frío que hace en ella.

-¿El Mercadillo Navideño de Manzanera que se organizó este pasado fin de semana fue tal y como usted lo había soñado?

-La verdad es que sí porque lo principal era crear ambiente, que es lo que puede ser más difícil y lo que más llama la atención en estos mercadillos, y él que se en Manzanera fue muy chulo.

-¿Por qué Manzanera es un buen lugar para esta propuesta?

-La idea surgió viviendo aquí en Milán, que hay mucha tradición porque estamos muy cerca de los Alpes, y vi que se organizaba en pueblos muy pequeños y se involucraba toda la gente, algo que siempre pasa en Manzanera y, de hecho, han participado todas las asociaciones.

-¿Cuántos puestos hubo?

-Al final fueron 17 puestos, muy bien porque para ser el primer año hubo gran afluencia, vinieron varios comercios de Teruel y ya nos han dicho que para el año que viene que contemos con ellos, les fue muy bien.

-¿Cuánta gente pasó?

-No sabemos cifras exactas, pero entre vino y chocolate se repartieron unas 150 raciones. El horno del pueblo y los turrones que se hacen en Manzanera se vendieron muy bien. Vino gente del pueblo y también había muchos turistas, gente de otros pueblos y sobre todo propietarios de segundas residencias del pueblo que vinieron atraídos por el mercadillo. En total, calculo que entre 350 personas o 400 sí pasarían por la plaza.

-¿Gustó a los vecinos?

-Los vecinos participaron todos y, sobre todo la gente mayor, lo agradeció mucho porque comentaban que si no hubieran estado todo el fin de semana con la televisión. A los empresarios también les gustó mucho porque hubo mucha respuesta. Además, viviendo en los pueblos no es fácil comprar un regalo, te tienes que desplazar, vino una librería, un puesto de velas, turrones.... hubo mucha oportunidad de comprar detalles que, de otra forma, mucha gente se hubiera tenido que desplazar o comprar por internet. Fue una forma de acercar esos regalos a las casas, además comprando a gente que es productora, sin entrar en una gran empresa.

-¿Por qué tenía usted tanto interés en que se montara un mercadillo en su pueblo?

-El interés nació hace algunos años, antes de la pandemia, porque en Manzanera hacíamos muchas actividades navideñas, pero muy desperdigadas: teatro, un concierto, el concurso de decoración de fachadas..., pero cada día una cosa y lo que se me ocurrió es, viendo estos mercadillos de los pueblos de los Alpes, fue juntarlo todo, porque al fin y al cabo en todos esos pueblos se hace más o menos lo mismo, lo único que lo juntan todo y añaden un mercadillo. La idea fue hacer lo que ya hacemos, pero bien organizado y añadiendo el mercadillo.

-¿Qué hay que mejorar para el año que viene?

-La parte más difícil es el frío que hace, algo común con todos los pueblos de montaña. Es verdad que el frío no nos puede parar, en los pueblos de los Alpes los mercadillos se hacen en la calle, pero sí que hay que buscar un sitio donde esté soleado. Lo haremos junto a la muralla, en el Portal de Abajo, que como este año están de obras no se pudo. Es una zona muy soleada y detrás está el parque, que para las actividades que organizó la Asociación de Padres y Madres del Colegio está muy bien. También igual cambiamos el concierto de la Rondalla a la iglesia, para que la gente puede estar sentada y más caliente.

-En los últimos años ha habido un impulso a las actividades navideñas. ¿A qué cree que se debe estar mayor interés por mantener o incluso crear tradiciones en torno a la Navidad?

-En invierno hay muy pocas actividades y es un revulsivo para involucrar a la gente desde un mes antes. En los pueblos muy pequeños se van perdiendo tradiciones porque los vecinos se hacen mayores y los jóvenes lo tienen todo a un clic, buscan la comodidad, y el hecho de tener al productor más cerca ayuda a volver a lo de antes, a hablar con quien te vende las cosas, al trato de cercanía.

-¿Hay otros pueblos de la provincia donde podría haber este tipo de mercadillos?

-Claro que sí, todos tienen la opción, en esta zona cercana a Milán cada pueblo tiene su mercadillo y la gente los va recorriendo durante los fines de semana de diciembre, simplemente tendríamos que organizarnos para no pisarnos unos con otros.

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