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Javier González Castellano, especializado en Inteligencia Emocional y autor del libro ‘Ángel’: “La inteligencia emocional es una buena herramienta para tener una salud mental saludable” Javier González Castellano, especializado en Inteligencia Emocional y autor del libro ‘Ángel’: “La inteligencia emocional es una buena herramienta para tener una salud mental saludable”
Javier González Castellano este miércoles en el Casino de Teruel

Javier González Castellano, especializado en Inteligencia Emocional y autor del libro ‘Ángel’: “La inteligencia emocional es una buena herramienta para tener una salud mental saludable”

“Hay evidencias que demuestran que hablar con respeto del suicidio y sin sensacionalismos salva vidas”
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El experto en Inteligencia Emocional Javier González Castellano presentó este miércoles en el Casino de Teruel su libro Ángel, una publicación nacida a raíz del suicidio a los 19 años del hijo de unos amigos. A partir de conversaciones con amigos del muchacho, con sus padres y su hermano, elabora un relato que habla de la comprensión y de la esperanza, además de convertir la obra en un manual práctico de inteligencia emocional que ofrece herramientas para gestionar las emociones.

-¿De qué trata Ángel?

-Con este libro voy a recorrer todas las capitales de España ya que todo parte de que el 12 de agosto de 2020 murió por suicidio, con apenas 19 años, Mario, el hijo de mis amigos Paco y Bea. Ese día se convirtió en un ángel que está en el otro lado del camino, y de ahí el título del libro, que le he puestos de subtítulo Inteligencia emocional y conversaciones que dan vida.

-¿Cómo aborda esta cuestión?

-El libro va de inteligencia emocional, que es de lo que hablo en la parte B de cada uno de los once capítulo, compartiendo de forma didáctica diferentes herramientas como experto que soy para ayudarnos a gestionar los tsunamis emocionales de nuestro día a día.

-¿Y de qué habla en la otra parte de cada capítulo?

-En esa parte le doy voz y letra a los supervivientes. Hay once capítulos porque hoy morirán por suicidio en España once personas, y son once los supervivientes de nuestro Mario, que tienen cada uno su capítulo: ocho amigos, los padres y el hermano. Son conversaciones en las cuales yo les preguntaba de forma individual a cada uno, con apenas 18 y 19 años, y a día de hoy casi cinco años después, qué persona eran antes de lo que ocurrió, qué persona son ahora, de qué se han dado cuenta y qué aprendizaje les ha quedado de esta tragedia en sus vidas. Ahí se genera una conversación que es oro. Partiendo de la tragedia del dolor, las conversaciones están llenas de consejos, de recomendaciones, de mucho amor.

-¿Cuál es el objetivo entonces de este libro?

-En primer lugar, que hablar del suicidio con respeto salva vidas, sin sensacionalismos ni morbos. Y en segundo lugar, está demostrado que darle voz al superviviente, esa persona que queda aquí, la que ha perdido a un ser querido por suicidio, se ha demostrado que no solo sana sino que salva vidas. Y el tercer objetivo es que reivindico que hablar y formarnos en inteligencia emocional, es una maravillosa herramienta, y gratuita, para desarrollar y fortalecer una salud mental saludable. Está dirigido fundamentalmente a supervivientes, docentes, adolescentes, padres y profesionales sanitarios. Esta es una tragedia silenciada que es realidad y todos tenemos alguna persona cercana que murió por suicidio.

-¿Por qué no se habla del suicidio?

-Pues es un tabú que viene de atrás porque había una falsa creencia de que habría un efecto llamada si se hablaba de suicidio, como que se iba a invitar o a invocar más. Hay evidencias que demuestran que hablar con respeto del suicidio y sin sensacionalismos, sin entrar en detalles, pues salva vidas. Por cada persona que muere por suicidio en España, hay veinte que lo están intentando. Desde lo sucedido el 12 de agosto del 2020 he acompañado a mi amigo Paco, como superviviente y como padre, a muchas iniciativas para dar visibilidad a esta tragedia silenciada.

-¿Qué podemos hacer?

-Solemos decir que el tiempo lo cura todo, y no es así, lo que hay que hacer es dar visibilidad a esta tragedia silenciada, porque está demostrado que hablar de ello con respeto salva vidas. Tenemos que intentar concienciar, y que ese plan estratégico nacional, que en principio está ya diseñado, tenga recursos a disposición de la sociedad porque nos va la vida en ello, puesto que una de cada cuatro personas en España, a día de hoy, tiene un problema de salud mental, de los cuales, el 50% no ha pedido ayuda.

-¿Cómo hay que sanar emocionalmente?

-Primero pidiendo ayuda. Nuestras heridas emocionales tienen que ser liberadas, expuestas y compartidas. Sí que es cierto que cuando una persona está en esa fase un poco final, porque se sienten incapaces hasta incluso de pedir esa ayuda, hay que intentar activar nuestro radar emocional. En nuestro círculo más cercano de amigos tenemos que estar pendientes cuando hay algo que no nos cuadra y adelantarnos, preguntar de forma directa. Hay que ser proactivo. Esperar a que el tiempo pase y lo cure todo, no, sino ver qué es lo que hago durante todo ese tiempo. Hay que intentar entender qué ocurre, qué pasa, y en qué puedo ayudar si esa persona es incapaz de pedir ayuda. Si todos lo hacemos, tendríamos un escudo emocional impresionante y seguro que salvaríamos vidas, no tengo ningún tipo de duda.

-¿Hay lugar para la esperanza entonces?

-Lo hay, y por eso hay que hablar de esto, hay que compartirlo, hay que sensibilizar para que nos relacionemos con los demás y los miremos de una forma distinta, con una ilusión de entender para poder ayudar. La vida es como un búmeran y si yo estoy pendiente de ti, tú lo vas a hacer conmigo. Es una forma maravillosamente egoísta de estar cada uno de nosotros protegidos y de tener una mejor salud mental.