Síguenos
Ivo Aragón Íñigo, historiador y coautor del libro 'Entre árboles centenarios': “El paisaje del Chopo Cabecero es como una espina dorsal que va articulando el Parque Cultural” Ivo Aragón Íñigo, historiador y coautor del libro 'Entre árboles centenarios': “El paisaje del Chopo Cabecero es como una espina dorsal que va articulando el Parque Cultural”
Ivo Aragón Ínigo es coautor del libro ‘Entre árboles centenarios’

Ivo Aragón Íñigo, historiador y coautor del libro 'Entre árboles centenarios': “El paisaje del Chopo Cabecero es como una espina dorsal que va articulando el Parque Cultural”

Ivo Aragón Ínigo ha estado vinculado a la trayectoria del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra
banner click 244 banner 244
José Luis Rubio

Aunque en su tarjeta de visita podrían constar muchas cosas, Ivo Aragón prefiere referirse a si mismo como licenciado en Historia y divulgador, aunque no puede evitar reconocer su activismo ambiental. Su última aportación al conocimiento del panorama natural de la provincia es el libro Entre árboles centenarios. Guía para comprender el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, en el que ha colaborado junto a más investigadores.

-Hace poco se presentó el libro en el que se aborda una visión panorámica del Parque Cultural del Chopo Cabecero.

-Sí, presentamos una guía que abarca los distintos aspectos del Parque Cultural. Primero, una introducción de qué consiste un parque cultural, el porqué del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. En una segunda parte se aborda su geografía y en otra, toda su riqueza medioambiental y biótica. Y luego hay una última parte, que es la parte de la historia del Alto Alfambra, de los 10 municipios que lo conforman. Yo me he ocupado de esa parte. Es uno de los pocos de esos paisajes, de los pocos paisajes históricos que aún existen, es como una ventana al pasado.

-¿Cómo se ha forjado ese paisaje?

-La realidad es que en un territorio más bien pequeño, son diez municipios pero que tienen una diversidad de paisajes muy notable y que son raros de ver a estas alturas de la historia en Europa. Son paisajes que, en muchos casos, se han quedado como en la mitad del tiempo y que van desde los pinares de las zonas altas, de Cedrillas, Monteagudo, Gúdar, que tienen una población de pino moro, a todo lo contrario, como las parameras de la Sierra del Pobo, que también es un paisaje histórico que ha sido construido y modelado por agricultura. Tenemos paisajes tan diferentes como el Valle de Sollavientos o de Motorritas, que tienen un hábitat exclusivamente de masías, y luego, por supuesto, está por supuesto en las zonas de vega, de cultivos, de campiña. Y luego está el paisaje del Chopo Cabecero, que es como la espina dorsal que va articulándolo todo, que lo atraviesa todo y que es un corredor biológico.

-Se ha hablado de estos paisajes como paisajes fosilizados...

-Sí tienen un poco de reliquia pero aún se siguen utilizando, además que hay fragmentos de paisaje que son más recientes. Por lo que sé, los grandes bancales o las grandes laderas bancaladas no tienen más de dos siglos de antigüedad en su mayor parte, o las actuaciones como las repoblaciones forestales que se hicieron a mediados del siglo XX. Esto nos habla de un pasado más reciente, pero hay fragmentos que son más remotos, como el paisaje del Chopo Cabecero que te remite a la Edad Media. Todos estos paisajes todavía tienen una actividad. No tanto diría que es un fósil total, sino que es un fósil viviente.

-Se ha referido antes a la biodiversidad de estos espacios.

-Es uno de los valores más destacados de todos estos escenarios. Y además es muy importante. Hay que tener en cuenta que es una biodiversidad en buena parte cultural, porque además de contar las condiciones naturales, evidentemente viene por la transformación que ha hecho el ser humano mediante la ganadería, la agricultura y el y el trabajo de las masas forestales, que ha creado ambientes distintos, muy específicos y que permiten que haya una mayor biodiversidad en un territorio que es muy grande. Entonces, tienes un hábitat siberiano en los pinares más altos de la sierra de Gúdar, en Cedrillas, que es rara en una latitud como la que se encuentra a Teruel, pero es que a 10 kilómetros te encuentras un ecosistema estepario, que es, a ojos del profano, muy sorprendente. Probablemente, la mayor parte de las especies más amenazadas y raras del territorio se encontrarán precisamente en esas parameras, endemismos botánicos, especies también endémicas de mariposas, la avifauna esteparia, que está amenazadísima y es muy exclusiva.

-¿Qué impacto ha tenido en los diez municipios del Alto Alfambra el Parque Cultural?

-Durante todos los años se ha estado invirtiendo un dinero en el territorio. El presupuesto se ha destinado desde a podas de chopos, de chopos cabeceros para mantenerse, a actividades de difusión y socioculturales en los 10 municipios, realización de obras, participación en congresos, y muy importante, el GR 199, que es un sendero gran recorrido que recorre el Alto alfambra y que articula a los 10 municipios, que atrae a gente que además ha servido para que también el territorio esté incluido en la ruta de Montañas Vacías.

-¿Cuáles son las principales amenazas de este espacio?

-Es muy importante entender que el parque cultural tiene como en los chopos cabeceros su elemento diferencial. Los chopos cabeceros son árboles de trabajo y por lo tanto es un bien cultural. Entonces el Parque Cultural es un territorio o una marca que sintetiza tanto lo cultural de los árboles de trabajo. Este paisaje históricamente se ha construido en relación dialéctica casi con lo que hay a su alrededor, o sea que te permite entender tanto todo el alto alfambra, pues eso, esa vertiente cultural y medioambiental que incluye los árboles, los árboles centenarios, las parameras o los pinares. Hoy, el principal riesgo es que los chopos pierdan el turno de poda, lo que desfiguraría completamente el paisaje y machacaría elementos concretos que le dan valor.