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Isidoro Esteban, expresidente de la Federación Vecinal: “El asociacionismo es muy gratificante, sobre todo si tienes respuesta de la Administración” Isidoro Esteban, expresidente de la Federación Vecinal: “El asociacionismo es muy gratificante, sobre todo si tienes respuesta de la Administración”
Isidoro Esteban junto al centro sociocultural de San Julián

Isidoro Esteban, expresidente de la Federación Vecinal: “El asociacionismo es muy gratificante, sobre todo si tienes respuesta de la Administración”

“Lo que más he echado en falta en todos estos años es que la gente fuese más participativa y se involucrase”
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Isidoro Esteban recibió el pasado 25 de marzo un reconocimiento por parte de la Federación de Asociaciones Vecinales a su trabajo en este movimiento ciudadano, primero como presidente de la propia Federación, de la que lo fue durante ocho años, y después al frente de la Asociación del Ensanche durante al menos otra década hasta que en diciembre de 2022 fue relevado por Olga Sánchez. Sigue formando parte de la junta directiva del Ensanche, donde asegura que continuará ayudando con su trabajo “mientras tenga capacidad para ello”.

-¿Que ha supuesto este reconocimiento por parte de sus compañeros de las asociaciones vecinales?

-Es una enorme satisfacción personal y un reconocimiento hacia todos ellos, que son partícipes también de ello porque es un grupo de personas que de manera altruista colabora y pone su tiempo para resolver problemas de todo el barrio y de los ciudadanos.

-¿Qué valor tiene el trabajo altruista que se hace desde las asociaciones?

-Es un trabajo muy gratificante, sobre todo si tienes respuesta de las Administraciones a las que planteas cosas. Tener contacto con los vecinos en general te llena de satisfacción al hacer seguimiento de aquellas cuestiones que reivindicadas ante las Administraciones, y luego las demandas puntuales por la iluminación o las baldosas rotas de una calle. Todo eso te hace ver la nobleza de la gente que lo reivindica y lo ve, y también por el agradecimiento que te transmiten cuando se soluciona. Y luego están los temas sociales que van más allá de las infraestructuras, y que ese debe ser el fin fundamental de una asociación de vecinos, mantener y mejorar la calidad de vida, algo que lleva a hacer demandas como la defensa del ferrocarril o la atención a las personas más necesitadas.

-En su caso, además, tenía el precedente de haberse dedicado a la política.

-En la labor política también hay una parte muy importante, que es tener capacidad para dar respuesta a estas peticiones vecinales, pero sin embargo en el día a día la vida pública tiene algunos elementos que dejan mucho que desear, y en ese sentido es mucho más agradecida la nobleza que te manifiestan los vecinos con los que estás reuniéndote que lo que encuentras en la vida política, donde siempre tienes que estar con un ojo preparado por si acaso la cosa no es tan noble.

-¿Debería ser más participativa la gente?

-Sí, lo que más he echado en falta en todos estos años es que la gente fuese más participativa y que se involucrase, primero en asociarse porque los costes son mínimos, y después que se participe más. Esto cuesta, y sobre todo cuando haces charlas que son muy interesantes y luego te encuentras con que la respuesta no siempre es la misma. Sí que en las asociaciones que tienen instalaciones funcionan bien las actividades de mantenimiento físico, y nosotros en el Ensanche es algo a lo que no se nos ha dado respuesta todavía.

-Esa es una de las grandes demandas en las que ha trabajado, un local para que la asociación pueda hacer actividades. ¿Es lo que le hubiera gustado conseguir y no ha podido?

-No tiene sentido que en donde vive más de la mitad de la población del municipio de Teruel no se haya dado respuesta a algunas de las demandas que hemos hecho. El Ensanche necesitaría un centro sociocultural importante, algo que venimos reivindicando desde hace tiempo y en última fechas ha habido otro anuncio de retomar el centro sociocultural del Cofiero con el auditorio. No se trata de tener oficinas, que pueden estar en cualquier sitio, es tener un lugar donde los ciudadanos puedan comprometerse más.

-Es lo que motiva a la gente a asociarse y participar, ¿no?

-Claro, porque así la gente se va comprometiendo. Y luego hay actuaciones que van resolviéndose pero con una gran lentitud, como la cuesta de los Gitanos, que nos dicen que ya está casi resuelto, pero nunca está. En cosas así me queda un cierto sentimiento de frustración. También es cierto que con el Polígono Sur al final pudimos ver los arreglos y ahora falta que se vaya consolidando. Creo que es el mayor grado de satisfacción que me he llevado como presidente. Ahí sí que el Ayuntamiento ha estado a la altura.

-Y eso animó a que se incorporaran nuevos asociados y gente joven, ¿verdad?

-Sí, sí, e incluso en la propia junta de la asociación tenemos representantes de esa zona del barrio, con gente joven que son además los que dan energía al propio movimiento ciudadano. Pero aquí en el barrio queda una losa difícil de resolver, que es el futuro del Hospital Obispo Polanco, que al irse va a incidir negativamente si no se buscan otras alternativas. Eso nos trae preocupación.

-¿Qué importancia tiene el asociacionismo para la salud de las democracias?, algo que reivindican también ahora las instituciones europeas.

-Está contemplado en la propia Constitución y las asociaciones vecinales fueron pilares importantes en la Transición. Como tales creo que tienen que tener ese reconocimiento sin que eso interfiera en su funcionamiento, y por eso hay que tener mucho cuidado en no mezclar la actividad vecinal con la política. Las asociaciones son una de las patas fundamentales para el buen funcionamiento de la democracia.

 

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