Hanna Jarzabek, fotógrafa: “Quería mostrar la realidad y los problemas que sufren las personas mayores LGBT”
Hanna Jarzabek es una fotógrafa polaca. Politóloga de formación, trabajó durante varios años realizando informes sociales para agencias de la ONU, hasta que se dio cuenta que con la fotografía podía contar historias desde otra perspectiva, y denunciar las cosas con las que no está de acuerdo. Flores de Otoño es una de sus exposiciones en las que muestra la soledad de las personas mayores LGBT, y ahora se expone en la Escuela de Artes, dentro del Festival Internacional Teruel Punto Photo.
-¿En qué consiste Flores de Otoño?, ¿qué quiere transmitir con esta muestra?
-Flores de otoño es un proyecto que muestra la realidad de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales mayores. Lo que me interesa es mostrar que existen, porque la imagen de estas personas es muy invisible, mostrar cual es su realidad, a qué tipo de problemas se enfrentan, teniendo en cuenta que muchos no pueden contar con el apoyo de la familia porque a muchos les dieron la espalda al salir del armario. Llegando a la vejez se encuentran solos y tienen miedo de tener que volver al armario porque este tema entre las personas mayores es un tema muy tabú. Entonces tienen que volver a esconderse si van a una residencia.
-La muestra se compone de varias historias personales.
-Sí, la muestra tiene la exposición fotográfica, un documental y una página web. En el documental hay tres historias, pero en el proyecto hable con seis personas, dos de ellos pareja. Es un proyecto que desarrollé desde el 2013 hasta el 2015, pero ahora he tomado la decisión que voy a continuar. Estoy buscando más parejas y personas transexuales, lo que es más difícil a esa edad.
-¿Cuántas imágenes componen la exposición fotográfica?
-En la muestra fotográfica hay 17 piezas. Ahora mi idea es seguir retratando más historias para encontrar otro tipo de perfiles, como personas transexuales o parejas. También quiero retratar el plan de construcción de residencias para las personas LGBT, abiertas también a personas heterosexuales. Es un proyecto que se está empezando a poner en marcha. Entonces la pieza de momento tiene 17 piezas, pero se va a expandir.
-¿Cómo contacta con estas personas?
-Encontrar a estas personas es un trabajo muy laborioso. Cuando empecé en 2013 los busqué por varios canales. A través de las asociaciones, pero es difícil porque incluso en el colectivo LGBT son muy invisibles. No son personas que van a los bares, no se reúnen, están acostumbradas a vivir en su mundo. Entonces a veces son encuentros accidentales, porque intento hablar con la gente que está metida en el tema LGBT, o alguien me pasa un contacto. También a través de las fundaciones, que hay dos en España. Una en Madrid y otra en Barcelona, que son específicamente para personas mayores LGBT. Ellos me facilitaron contactos, pero luego la cuestión es que las personas acepten. Lo cual tampoco es fácil. Es una etapa que puede llevar cuatro o cinco meses.
-¿Cómo surge la idea de realizar este trabajo?
-Antes ya había hecho trabajos sobre la homosexualidad y la homofobia en Polonia, porque soy de origen polaco. Entonces cuando estuve viviendo en Barcelona, que se considera una ciudad muy abierta, me llamó la atención que en un país donde las leyes están tan avanzadas, la imagen de personas mayores homosexuales no existe. Eso fue un motivo para empezar a investigar sobre el tema, buscar información y realmente me di cuenta que se han hecho pocas cosas, como si no existieran.
-¿Qué diferencias hay en este tema entre España y Polonia?
-Hay muchas. En primer lugar, las leyes. Tenéis suerte en España que por lo hay menos leyes, cómo las aplica la sociedad y cuál es la acogida que tienen es otra cuestión, pero por lo menos está la ley que permite defenderse. Hay adopción, está la ley de matrimonio. Está muy avanzado. Sin embargo, en Polonia hay una homofobia muy institucionalizada. Es muy frecuente escuchar comentarios homófobos a nivel de diputados, miembros del Gobierno, mientras que aquí, simplemente no se lo pueden permitir. Luego a nivel de la sociedad creo que depende de las ciudades. No es lo mismo Barcelona o Madrid que Valladolid. Me da la sensación que en lo sitios más pequeños o conservadores, todavía existe rechazo, y hacia los mayores, ni hablo. En sitios más grandes está más aceptado, pero no cuando se trata de los mayores.
-Su muestra puede servir para dar visibilidad a estas personas.
-Sí, porque hay personas que tuvieron el coraje de salir del armario cuando cayó la dictadura de Franco. Pero ahora en la vejez, si tienen que plantearse ir a vivir a una residencia o una casa de pisos para personas mayores, en general se esconden porque tienen miedo.
-¿Cómo ha realizado este trabajo?
-Lo que hice fue un seguimiento de su vida cotidiana. En estos casos intento vivir con las personas que fotografío. En algunos es posible porque aceptan, y paso entre una o dos semanas viviendo con ellas, pero otras no quieren que me quede a dormir. Entonces voy con ellos a lo largo de un par de meses. Aparte de esto grabé audio, que conté con la ayuda de un técnico de sonido, que se ocupó de la parte técnica del audio para que pueda editar un documental.