Francisco Javier Aguirre Azaña, coronel de Artillería en la reserva y escritor: “En la Guerra Civil se pidió un sacrificio a Teruel y, a mi juicio, eso lo pagó la población”
“El proyecto del museo me parece fenomenal siempre que se haga desde una perspectiva histórica”El coronel de Artillería en la reserva Francisco Javier Aguirre Azaña llenó el pasado jueves el salón de actos del Casino de Teruel con una conferencia sobre el dilema de Teruel en la Guerra Civil española, cuya batalla considera que fue más que eso al tratarse en realidad de una campaña militar. Aguirre acaba de publicar su último libro sobre esta temática, titulado La campaña de Teruel (diciembre 1937-febrero 1938). La historia completa, en el que aborda la sucesión de batallas que tuvieron lugar y que cree que fueron determinantes en el desarrollo de la guerra. Sostiene que el gran sacrificado fue la población civil.
-¿Cuál es la revisión que ha hecho sobre la Batalla de Teruel, porque hace un planteamiento distinto?
-Siempre se ha hablado de la Batalla de Teruel, pero después de un largo periodo de estudio he llegado a la conclusión de que lo que sucedió fue algo más que una batalla desde el punto de vista de técnica militar. Fue una sucesión de batallas y combates, y eso es una campaña que tiene por objeto lograr un objetivo.
-¿Cuál era ese objetivo?
-El táctico era conquistarla por parte de los republicacnos, pero había unos objetivos estratégicos. Al haberse desarrollado varias batallas, algunas fuera de la ciudad de Teruel, es lo que me hace sostener que fue una campaña, más que una batalla por la repercusión que tuvo. La campaña de Teruel fue un punto de inflexión en la Guerra Civil y sin ser decisiva por ella misma, porque los contendientes tuvieron un desgaste muy parecido, a partir de aquí el bando nacional empezó a percibirse ya con capacidad real para ganar la guerra, mientras que para el bando republicano supuso una quiebra moral más que material.
-¿Marcó por tanto el desarrollo de la contienda?
-Mi análisis es que efectivamente cambió el curso de la guerra y de hecho los objetivos cambiaron. Había caído el norte y la República había sido derrotada en Brunete y Blechite, con lo cual la República necesitaba dar un golpe de cara a la moral de su propia gente. Había preparado el Ejército Popular Republicano y su idea era presentarlo como un ejército capaz de ganar la guerra. No solo era elevar la moral del combatiente republicano, sino que se quería mostrar también de cara al exterior. Había países que veían a la República inmersa en un proceso revolucionario con comunistas y anarquistas, y eso se veía muy negativamente en Europa, por lo que necesitaba un apoyo internacional. Todo eso hizo que Teruel adquiriera una relevancia muy importante en el desarrollo de la guerra y determinó su curso.
-¿De no haber sido por eso, tenía algún interés tomar Teruel?
-Estratégicamente Teruel no tenía una gran importancia. Era una pequeña capital de provincia aunque era una salida al Mediterráneo. Franco también se empeñó en Teruel porque podría haber decidido que tampoco tenía mucha importancia la toma de la ciudad, y haber seguido con su objetivo que era Madrid, y en cambio cambió ese objetivo.
-¿Fue sacrificado Teruel por ambos bandos?
-Sí. Después de estudiar abundante documentación he visto que para la República era muy importante en el campo propagandístico, más incluso que en el militar, y Franco aceptó ese reto también y quiso hacer la contracampaña a la República. Las órdenes de Franco fueron defensa a toda costa, a los militares y a los civiles. Había más de tres mil personas civiles en los reductos nacionales, y las órdenes eran resistir a toda costa incluso sacrificando la población civil. Franco pidió ese sacrificio. El coronel Rey D’Harcourt acabó rindiendo el reducto de la comandancia y cuando los nacionales vuelven a entrar en Teruel el 22 de febrero, pues se encuentran una ciudad vacía en la que más de dos tercios de la población había sido evacuada y estaba completamente en ruinas. Se pidió un sacrifio a Teruel y, efectivamente, en mi opinión, eso lo pagó la población civil.
-¿Por qué su interés por la Batalla de Teruel, o como usted dice, la campaña de Teruel?
-Al pasar a la reserva me encontré con mucho tiempo libre y descubrí, porque mi mujer es de Báguena, las posiciones defensivas que hay alrededor de Teruel, que es un patrimonio impresionante lo que tiene. Ese patrimonio de la guerra hay que conservarlo porque si no, se acabará deteriorando. A raíz de eso me puse a leer sobre el tema y vi que había mucha documentación y me puse a escribir.
-Ha publicado varios libros sobre la Batalla de Teruel y ahora ha sacado otro que apostilla “la historia completa”. ¿Qué le había quedado por contar?
-El otro libro es del año 2021, digamos que es una sinopsis de la campaña, pero me quedó el gusanillo y he seguido escribiendo. En él quiero contar no solo lo que pasó sino las consecuencias de por qué Franco actuó de esa forma. Creo que además hay campo para estudiar más.
-¿Qué le parece el proyecto del Museo de la Batalla de Teruel?
-Creo que es fabuloso siempre que se haga desde una perspectiva histórica. Desconozco cómo va a ser, pero yo lo ligaría al tema del patrimonio que se conserva, de las posiciones y preservar lo que hay alrededor de Teruel, que es muchísimo y hay que cuidarlo.