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Francisco Cortés, médico de Montalbán recién jubilado: “Siempre, desde joven, tuve claro que quería terminar siendo médico rural” Francisco Cortés, médico de Montalbán recién jubilado: “Siempre, desde joven, tuve claro que quería terminar siendo médico rural”
Francisco Cortés Pérez se jubila como médico de familia en Montalbán. Sara Falo

Francisco Cortés, médico de Montalbán recién jubilado: “Siempre, desde joven, tuve claro que quería terminar siendo médico rural”

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Francisco Cortés Pérez se acaba de jubilar de una profesión que ha sido para él un modo de vida, médico rural. Este  turolense, que lleva escrito en su ADN el medio rural, ha dedicado los últimos dieciocho años de su profesión a ejercer la Medicina en la localidad de Montalbán, realizando también la labor de coordinador del Centro de Salud de Utrillas. Los vecinos de Montalbán han querido agradecer su dedicación, atención, consejos y cuidados con una despedida sorpresa muy especial concentrándose más de un centenar de personas a la puerta del consultorio médico en su último día de trabajo, sorprendiendo al facultativo con un gran aplauso que llena tanto como las palabras que luego le dedicaron y que él recibió un  gran nudo en el estómago fruto de ese momento tan emotivo. Ahora comienza una nueva etapa lejos del medio rural, pero con Montalbán todavía en su retina.

-¿Qué es para usted ser médico rural?

-Pues no sabría expresarlo, pero podría decir que es vivir en un pueblo, disfrutar de la tranquilidad del pueblo, del contacto con la gente. Vivir plenamente.

-¿En qué momento decide ser médico rural?

-Yo creo que desde siempre. Siempre, desde joven, incluso antes de terminar la carrera ya tenía claro que quería terminar siendo médico en un pueblo.

-¿Cuál fue su primer destino?

-Mi primer pueblo como médico de familia fue Perales de Alfambra, así que fíjate que poco me he desplazado. Antes estuve asistiendo en la Cruz Roja en Zaragoza, después estuve como ayudante de otorrino, que es mi especialidad, durante un año en Alcañiz y después a Perales del Alfambra. De aquí me marché cuatro años a Calamocha, trece años a Ródenas, Villar del Salz y Peracense y casi dieciocho años aquí en Montalbán.

-¿Decidió  quedarse en el medio rural teniendo oportunidades de marcharse a poblaciones más grandes?

-Sí, tuve posibilidades de haberme marchado a Zaragoza pidiendo un traslado, pero decidí quedarme en Montalbán, la vida como aquí en ningún sitio.

-¿Qué les diría a los médicos que ahora no quieren ir a los pueblos?

-Es que realmente están dominados por muchas situaciones. Quieren los servicios de una ciudad, pero es que ahora realmente con las distancias tan cortas son igual de accesibles y sobre todo en los pueblos se dispone de tiempo. Los médicos jóvenes o las parejas jóvenes que quieren labrarse un futuro donde mejor van a criar a sus pequeños es en un pueblo, esto a nivel familiar y como profesional, como médico, en el medio rural es donde más plenamente van a ejercer su carrera, su vocación, mucho más que en una capital, pero infinitamente más. Se sentirán más plenos como médicos en un pueblo que en una capital.

-¿Qué es lo más duro de ser médico de pueblo?

-Ver cómo los pueblos se están abandonando, encuentras esa situación de desamparo a todos los niveles, porque participas y compartes  ese abandono. Por otro lado, hay que decir algo positivo también porque como profesional están los Centros de Salud que cubren muchas necesidades que no están en cada localidad.

-Es coordinador del centro de Salud de Utrillas, ¿cómo es esa labor?

-Esa labor es complicada porque nunca puedes estar con todos, es una labor de todos, mía y de los compañeros sanitarios. Lo más duro de este puesto realmente es la burocracia, también porque últimamente nos están atornillando un poquito con tenernos que cubrir unos a otros. Los cuatro primeros días de una baja los cubre el compañero, ahora mismo, yo estoy pendiente de Montalbán, Martín del Río, La Hoz de la Vieja y la Residencia de la tercera edad de Martín del Río, son 1600 cartillas y los kilómetros, y eso es mucho. Esto por bajas, por libranzas de guardias, hay veces que algunos núcleos son más fácil cubrirlos que otros, pero bueno, se hace y ya está.

-¿En qué ha cambiado la asistencia médica en estos últimos años?

-Es impresionante lo que ha cambiado, yo me acuerdo cuando estaba en Perales de Alfambra me llegaban las vacunas por el autobús de línea, envueltas las vacunas y las jeringuillas. Me las traía el cobrador que se llamaba Perfecto. Ha cambiado como de la noche al día. Y también el sistema informático con las nuevas tecnologías, nos ha llegado también a los consultorios. Esperemos que ahora con los nuevos aparatos mejoren un poco los programas y tenemos menos problemas. Pero tenemos unos consultorios renovados, con todos los servicios y bien atendidos desde los ayuntamientos.

-Y a partir de ahora qué, ¿qué hace un médico cuando se jubila?

-Eso depende de la persona, buscar y rescatar las aficiones que tengo y ponerlas en práctica, lo típico: viajar, pintar, de todo. Tengo compañeros que hacen guitarra, baile, cocina hay muchas cosas, ya iré viendo.

-Comentaban los vecinos que le echarán de menos.

-Lo cierto es que yo sí que  los echaré de menos. Lo que he estado haciendo durante estos 37 años, cortarlo ahora, así de golpe, es un poco doloroso y  sobre todo el perder el contacto con esta gente que es extraordinaria.