Fernando Vela Cossío, director del Centro de Investigación de Arquitectura Tradicional: “Las fórmulas tradicionales aportan muchas soluciones a la arquitectura de hoy”
“Actualmente todos los estudiantes de Arquitectura son conscientes de la importancia de los oficios de siempre”Fernando Vela Cossío es el director del Centro de Investigación de Arquitectura Tradicional (Ciat). Arqueólogo de profesión, es catedrático de historia de la arquitectura y el urbanismo en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid.
-¿Qué es el Centro de Investigación de Arquitectura Tradicional, Ciat?
-Es un centro creado en 1996 entre la universidad politécnica de Madrid y el Ayuntamiento de Boceguillas, en Segovia.
-¿Cuál es su misión?
-Es un centro científico tecnológico cuyo objetivo es el estudio, la investigación y la divulgación. Transferimos a entidades y estudiantes los valores del patrimonio que tienen que ver con la arquitectura y la construcción tradicional, el paisaje cultural y el patrimonio edificado. Nos interesa mucho la investigación de los sistemas constructivos, los materiales tradicionales, los oficios como carpintería, albañilería.
-¿Son materiales en desuso?
-Si, por eso lo primero es su conocimiento, han perdido uso porque han desaparecido los artesanos que lo conocían y no se enseñan en las universidades y menos en otros ámbitos. Para nosotros es muy importante que se recupere la información que se ha perdido sobre ellos y a la vez trasladarlos a los estudiantes de las disciplinas donde pueden ser útiles, como la arqueología o la arquitectura. Piedra, madera y tierra son las tres familias de materiales tradicionales y sus oficios están relacionados con el territorio, con el espacio y la actividad agrícola y ganadera es fundamental.
-¿En qué se aplican estas técnicas y materiales?
-En la restauración por ejemplo de edificios históricos supone enfrentarse a un universo constructivo que no es la realidad actual porque los sistemas de construcción son distintos. Pretendemos dar formación a estudiantes de arquitectura para que sean conocedores de esos elementos y sistemas, los edificios se mantienen en pie y nos muestran esas técnicas de la tradición en los que no se usan hierros ni hormigón, sino forjados de madera, bóvedas de piedra o muros de tapial. Es importante que no se rompa esa cadena de conocimiento y eso está ocurriendo en los últimos 30 años porque los que los conocían están desapareciendo y no hay posibilidad de relevo generacional. En esa labor hay muchos agentes implicados, la universidad es uno de ellos pero hay muchas iniciativas que están trabajando el tema.
-¿Es complicado hallar un albañil que maneje estas técnicas?
-En el esquema que impera en las grandes ciudades ha desaparecido, pero en el ámbito rural todavía existen cuadrillas cuya estructura tradicional responde un poco a la tradición, un maestro con un ayudante o varios, aunque es muy posible que en poco tiempo no queden albañiles formados en la tradición.
-¿Cómo se podría evitar?
-El modelo de formación que se implantó en los años 80 con las escuelas taller es clave. Ahora la FP es dual y combina las clases con el trabajo en fábricas, esto podría ampliarse al ámbito de la construcción. La clave está en destinar recursos a esto e incluso repensar el modelo fiscal que tenemos y que el pago de los impuestos sea también en el lugar donde pasamos también los fines de semana y vacaciones. Tenemos un problema de financiación porque las zonas más pobladas tienen más recursos pero no hay forma de financiar bien a las despobladas, donde pasamos muchos días al año pero en las que estas diferencias hacen que se despueblen todavía más.
-El Ciat cumple 25 años. ¿Ha cambiado la visión que hay de los sistemas constructivos tradicionales en este tiempo?
-Hoy hay más interés que hace 25 años acerca de este patrimonio. Hace 25 años en la universidad era una minoría los investigadores y estudiantes interesados, mientras que ahora la práctica totalidad de los estudiantes de arquitectura son conscientes de la importancia que tienen los oficios tradicionales. Antes lo tradicional estaba incluso mal visto y ahora es algo que tiene buena imagen en todos los campos. La crisis del año 2008 ha generado interés hacia la pequeña escala, fue un punto de inflexión muy grande y ha afectado a muchas cosas, a la manera que hacemos las ciudades, a lo que comemos o incluso a cómo nos movemos, el paradigma de las energías renovables. En el ámbito de la arquitectura ese interés es mayor porque las fórmulas de la tradición dan respuesta a problemas de hoy, son arquitecturas muy económicas, con materiales de proximidad, con poco coste de ejecución, recursos muy sencillos pero con ventajas evidentes. En estos años se ha perdido mucho patrimonio y también técnicas. El problema demográfico afecta a la conservación del propio patrimonio y su concepto también ha cambiado porque antes no estaba claro que un hórreo fuera patrimonio.
-¿Cómo van a colaborar con la Fundación Santa María?
-Es un referente de la recuperación de un conjunto patrimonial y trabajaremos en temas en los que compartimos intereses, como el paisaje cultural y los elementos que lo conforman, que son la arquitectura y la construcción.