Félix Longás. AragónPress
Félix Longás, presidente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón: "Si el porcino pinchara y tuviera problemas, se nos hunde el territorio"
“Si lográramos transformar aquí lo que producimos, podríamos duplicar o triplicar la facturación y el empleo”
AragónPress
Zaragoza
La industria agroalimentaria se ha erigido en los últimos años como uno de los grandes motores de la economía aragonesa. Con 19.000 puestos de trabajo y una facturación de 7.000 millones de euros, todavía tiene por delante un largo recorrido, como reconoce el presidente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA), Félix Longás, con dos objetivos: conseguir transformar lo que se produce en la comunidad, y lograr una mayor difusión de los productos entre los ciudadanos, bajo el paraguas de la campaña Aragón, Alimentos Nobles, además de buscar una mayor diversificación y evitar la dependencia del porcino.
-¿Cuál es el estado de salud de la industria agroalimentaria aragonesa?
-Tenemos una buena salud, con buen crecimiento e incertidumbre. Nos enfrentamos a un final de año que suele ser el cenit de nuestras ventas, pero está entrando una incertidumbre por la subida de los precios de materias primas y transporte, que nos dificulta llegar a muchos mercados nacionales y países lejanos. Va a haber un crecimiento importante. La facturación será de cerca de 7.000 millones de euros y trabajamos 19.000 personas. Un sector muy atomizado, ya que lo formamos 1.050 empresas, y eso nos resta posibilidad de llegar a los mercados. De esas 1.050, solo unas 210 venden en dos cadenas de alimentación a nivel nacional, y unas 40 de forma permanente. La salud es buena, pero tenemos un larguísimo recorrido. Es un sector estratégico por las posibilidades de futuro, pero las debemos confirmar entre todos.
-¿Han tenido que hacer muchos cambios estas empresas para adaptarse a las nuevas circunstancias sanitarias?
-Ha sido una industria esencial en el estado de alarma. Tuvimos un contacto diario con el Gobierno de Aragón. Estaban preocupados de que no faltara ningún alimento en los lineales. En ningún momento hubo rotura del suministro. Estamos en el sector más anticíclico, porque las personas comemos y bebemos todos los días. Consumimos menos productos premium y más marca blanca.
-¿Se ha notado mucho el cierre de la hostelería?
-Y en Aragón tenemos una peculiaridad, y es que, debida a la atomización de las empresas y el poco número de empresas que venden recurrentemente en la gran distribución, hay más empresas que venden más en hostelería que en alimentación. ¿Dónde se vende más foie o trufa? En la hostelería. Si preguntamos dónde se vende más pan, naturalmente es en los establecimientos de alimentación. Aquí nos ha afectado mucho la crisis, que ha golpeado más a la hostelería. En 2020 la alimentación incluso creció un poco respecto al 2019, pero en la hostelería hubo un batacazo inmenso. Este año la hostelería se ha recuperado, sin alcanzar los niveles de 2019, y la alimentación está un poquito por debajo del 2020.
-¿Cuáles son las principales líneas estratégicas para trabajar y seguir creciendo?
-Hay una muy importante. En Aragón tenemos un 9,5% del territorio nacional y nuestras granjas son el 10% de la producción primaria española, pero solo transformamos el 4% de los alimentos. Gran parte de los alimentos que se crían en nuestras granjas van a envasarse a comunidades vecinas. Si fuéramos capaces de transformar lo que aquí producimos, podríamos duplicar o triplicar la facturación y el empleo. La industria más vertebradora del territorio y la que más presencia tiene en Huesca y Teruel es la agroalimentaria. Solo un 50% está en Zaragoza. De las 33 comarcas, en 22 de ellas, el principal empleador es la industria agroalimentaria. Y es una industria que emplea más mujeres que otras. Debemos hacerla fuerte. Las marcas deben hacerse fuertes en tu propia casa, y debemos empeñarnos los aragoneses. Tenemos grandes productos, pero debemos reconocerlos. Crean riqueza y pagan impuestos aquí.
-Y debemos potenciar que nos conozcan fuera de Aragón.
-Somos un sector tremendamente excedentario. Si queremos transformar aquí, debemos conquistar nuevos mercados. En Aragón no somos una región excesivamente amante de lo nuestro, que, en este caso, son productos extraordinarios, y fuera no nos conocen. Hemos retomado la campaña Aragón, Alimentos Nobles. Lo que ves, es. Un estudio estratégico decía que en el resto de España conocían el ternasco, el jamón de Teruel y el vino de Cariñena. Tenemos que conseguir que nos identificar con una marca paraguas, porque otras comunidades ya están haciendo esfuerzos por dar a conocer sus productos. El futuro lo tenemos en los consumidores, que, con su compra diaria, tenemos la puerta abierta.
-Hace unos días se hizo viral un mapa de Europa donde salía Aragón como la región con más cerdos por habitante. ¿Qué le dice este dato?
-Algo positivo y una oportunidad de mejora muy grande. No quiero pensar en negativo. Tenemos más cerdos que aragoneses. La cabaña ganadera es la mayor de España. La industria cárnica es el 70% del conjunto agroalimentario. Podemos estar en contra, pero si el porcino pinchara y tuviera problemas, nos llevamos un gran batacazo en la vertebración del territorio y se nos hunde el territorio. No tenemos alternativa. Ojalá transformemos los productos y con marcas conocidas, que el ciudadano se reconozca con ellas.
Zaragoza
La industria agroalimentaria se ha erigido en los últimos años como uno de los grandes motores de la economía aragonesa. Con 19.000 puestos de trabajo y una facturación de 7.000 millones de euros, todavía tiene por delante un largo recorrido, como reconoce el presidente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA), Félix Longás, con dos objetivos: conseguir transformar lo que se produce en la comunidad, y lograr una mayor difusión de los productos entre los ciudadanos, bajo el paraguas de la campaña Aragón, Alimentos Nobles, además de buscar una mayor diversificación y evitar la dependencia del porcino.
-¿Cuál es el estado de salud de la industria agroalimentaria aragonesa?
-Tenemos una buena salud, con buen crecimiento e incertidumbre. Nos enfrentamos a un final de año que suele ser el cenit de nuestras ventas, pero está entrando una incertidumbre por la subida de los precios de materias primas y transporte, que nos dificulta llegar a muchos mercados nacionales y países lejanos. Va a haber un crecimiento importante. La facturación será de cerca de 7.000 millones de euros y trabajamos 19.000 personas. Un sector muy atomizado, ya que lo formamos 1.050 empresas, y eso nos resta posibilidad de llegar a los mercados. De esas 1.050, solo unas 210 venden en dos cadenas de alimentación a nivel nacional, y unas 40 de forma permanente. La salud es buena, pero tenemos un larguísimo recorrido. Es un sector estratégico por las posibilidades de futuro, pero las debemos confirmar entre todos.
-¿Han tenido que hacer muchos cambios estas empresas para adaptarse a las nuevas circunstancias sanitarias?
-Ha sido una industria esencial en el estado de alarma. Tuvimos un contacto diario con el Gobierno de Aragón. Estaban preocupados de que no faltara ningún alimento en los lineales. En ningún momento hubo rotura del suministro. Estamos en el sector más anticíclico, porque las personas comemos y bebemos todos los días. Consumimos menos productos premium y más marca blanca.
-¿Se ha notado mucho el cierre de la hostelería?
-Y en Aragón tenemos una peculiaridad, y es que, debida a la atomización de las empresas y el poco número de empresas que venden recurrentemente en la gran distribución, hay más empresas que venden más en hostelería que en alimentación. ¿Dónde se vende más foie o trufa? En la hostelería. Si preguntamos dónde se vende más pan, naturalmente es en los establecimientos de alimentación. Aquí nos ha afectado mucho la crisis, que ha golpeado más a la hostelería. En 2020 la alimentación incluso creció un poco respecto al 2019, pero en la hostelería hubo un batacazo inmenso. Este año la hostelería se ha recuperado, sin alcanzar los niveles de 2019, y la alimentación está un poquito por debajo del 2020.
-¿Cuáles son las principales líneas estratégicas para trabajar y seguir creciendo?
-Hay una muy importante. En Aragón tenemos un 9,5% del territorio nacional y nuestras granjas son el 10% de la producción primaria española, pero solo transformamos el 4% de los alimentos. Gran parte de los alimentos que se crían en nuestras granjas van a envasarse a comunidades vecinas. Si fuéramos capaces de transformar lo que aquí producimos, podríamos duplicar o triplicar la facturación y el empleo. La industria más vertebradora del territorio y la que más presencia tiene en Huesca y Teruel es la agroalimentaria. Solo un 50% está en Zaragoza. De las 33 comarcas, en 22 de ellas, el principal empleador es la industria agroalimentaria. Y es una industria que emplea más mujeres que otras. Debemos hacerla fuerte. Las marcas deben hacerse fuertes en tu propia casa, y debemos empeñarnos los aragoneses. Tenemos grandes productos, pero debemos reconocerlos. Crean riqueza y pagan impuestos aquí.
-Y debemos potenciar que nos conozcan fuera de Aragón.
-Somos un sector tremendamente excedentario. Si queremos transformar aquí, debemos conquistar nuevos mercados. En Aragón no somos una región excesivamente amante de lo nuestro, que, en este caso, son productos extraordinarios, y fuera no nos conocen. Hemos retomado la campaña Aragón, Alimentos Nobles. Lo que ves, es. Un estudio estratégico decía que en el resto de España conocían el ternasco, el jamón de Teruel y el vino de Cariñena. Tenemos que conseguir que nos identificar con una marca paraguas, porque otras comunidades ya están haciendo esfuerzos por dar a conocer sus productos. El futuro lo tenemos en los consumidores, que, con su compra diaria, tenemos la puerta abierta.
-Hace unos días se hizo viral un mapa de Europa donde salía Aragón como la región con más cerdos por habitante. ¿Qué le dice este dato?
-Algo positivo y una oportunidad de mejora muy grande. No quiero pensar en negativo. Tenemos más cerdos que aragoneses. La cabaña ganadera es la mayor de España. La industria cárnica es el 70% del conjunto agroalimentario. Podemos estar en contra, pero si el porcino pinchara y tuviera problemas, nos llevamos un gran batacazo en la vertebración del territorio y se nos hunde el territorio. No tenemos alternativa. Ojalá transformemos los productos y con marcas conocidas, que el ciudadano se reconozca con ellas.
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