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Eva Sesé, costurera de Alcorisa: “Hace unos cuatro o cinco años que se vuelve a arreglar la ropa de los niños” Eva Sesé, costurera de Alcorisa: “Hace unos cuatro o cinco años que se vuelve a arreglar la ropa de los niños”
Eva Sesé, junto con el presidente de la Comparsa y delante de los dos gigantes

Eva Sesé, costurera de Alcorisa: “Hace unos cuatro o cinco años que se vuelve a arreglar la ropa de los niños”

La modista ha hecho los trajes de los gigantes de Don Quijote y Dulcinea de su localidad
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Eva Sesé es costurera. Ha sido la modista que ha elaborado las vestimentas de Don Quijote y Dulcinea para la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Alcorisa. Los atuendos de estas dos enormes figuras se presentaron el pasado mes de julio en la plaza de los Arcos. La sorpresa del cambio de look de las dos figuras novelescas generó una enorme expectación entre el público, sobre todo entre los más pequeños.

-¿En qué se ha inspirado para diseñar las vestimentas?

-En los propios personajes. Me he documentado con diferentes ediciones ilustradas del Quijote y de allí he sacado imágenes en las que podía fijarme. He hecho una mezcla de todo.

-¿Cuántos libros ha consultado?

-Igual he visto 10 o 12 totalmente diferentes. De todos ellos he sacado los diferentes detalles de los trajes de los dos personajes. También es verdad que me he inspirado en la Fiesta de la Villa de Alcorisa.

-¿Es difícil hacer dos trajes para dos gigantes?

-Dificultad tiene mucha, porque hay que tener en cuenta que no es lo mismo hacer un traje de este tipo que para una persona. En primer lugar, es un traje que pesa muchísimo y que, además, es una pieza entera, porque para la Comparsa es mucho más cómodo, ya que solamente lo tienen que colocar y abrochar por detrás. La dificultad, por tanto, es que llevas muchísimo volumen de tela. De todas formas, la primera dificultad es cortarlos, y después coserlos a máquina.

-¿Dispone de un espacio amplio para hacerlo?

-Tengo mi propio taller, pero la verdad es que cuando me he puesto con este trabajo no lo he hecho a ratos sueltos, sino que le he dedicado varias horas seguidas. Has de hacerlo así, con tiempo, o dedicarle toda una tarde o toda una mañana. Y, aunque hay semanas que no he podido coser, porque tengo otros encargos y doy clases, lo he hecho con tiempo suficiente.

-¿Cuántos metros en total hay en cada traje?

-Creo que 15 o 20 metros de tela. Cada figura mide 3,5 metros de alto.

-¿Qué tipo de telas ha escogido?

-Hay que pensar en que sea lo menos pesada posible. El gigante en sí, la carcasa, ya pesa mucho, y ya no puedes poner un terciopelo, que pesa mucho más. Así que yo he optado por el crep, por el encaje, que es muy bonito, y por una polipiel, que también pesa poco.

-El año pasado, ya hizo usted las vestimentas de los dos gigantes baturros. Imagino que entonces resultaría más difícil, por ser la primera vez.

-Me resultó más difícil, porque nunca había hecho prendas tan grandes. Sin embargo, estamos hablando de dos encargos que son completamente diferentes, porque El Quijote tiene una caja más ancha, así que los patrones del año pasado ya no me sirvieron.

-A Dulcinea le ha quitado el delantal y a la baturra también. ¿Por qué?

-¿Por qué siempre tienen que ponernos los delantales a nosotras?

-¿Cómo se toman las medidas de los personajes?

-La primera prueba la hacemos con un toro mecánico, y después, dentro de una iglesia, usamos el púlpito y las escaleras para ir colocando las prendas superiores y las inferiores. Así es como probamos y medimos.

-¿Cuántas pruebas han sido necesarias en los personajes de Don Quijote y Dulcinea hasta la terminación de los trajes?

-Dos. La primera cuesta mucho y la segunda prácticamente también lo mismo. Después hay muchos días en los que se tienen que ultimar muchísimos detalles. Ahora sobra un poco, después falta....

-¿Qué le parece el resultado?

-A mí me gusta, y ahora espero que le guste a la gente. Los chicos de la Comparsa están contentos. Para ellos fue una sorpresa. Me dieron libertad, pero también les pedí opinión.

-¿Qué ha representado para usted?

-Al tratarse de un encargo para el pueblo, me hacía mucha ilusión, porque además a los niños les encantan los gigantes y cabezudos.

-¿El primer encargo fue una sorpresa?

-No mucho, porque para la Semana Santa ya había hecho muchos trajes.

-¿De qué tipo?

-Había hecho el de la Virgen, el de los Fariseos, hice el de María Magdalena y otros. Por eso no me sorprendió tanto que me pidieran el año pasado que elaborara los trajes de los baturros.

-¿Cuánto tiempo lleva dedicándose a la costura?

-Casi toda la vida. Desde los 15 años ya me hacía la ropa y me la tuneaba. Me gustaba coser, y una cosa me llevó a la otra, a hacer todos los cursillos que salían, etc. 

-Y ya se dedica profesionalmente.

-Sí, y doy clases. Además, sigo yendo a cursillos, cuando veo alguno que me interesa mucho.

-Hay pocas modistas. ¿Tiene salida esta profesión?

-Salida tampoco tiene tanta, y mucho menos en un pueblo, pero sí que es cierto que ahora hay muchas mamás que deciden arreglar la ropa de los niños. Se está volviendo a eso desde hace unos cuatro o cinco años.

-¿Ya tiene próximos encargos giganteros?

-Sé que se tiene que hacer el traje del rey y la reina, pero, de momento, supongo que tendrá que pasar un tiempo prudencial hasta el próximo.