Entrevista a Humberto Cornejo, responsable de Sastrería Cornejo: “En el cine la ropa se alquila y las grandes producciones usan trajes reutilizados”
“Parte del vestuario de ‘Juego de Tronos’ y ‘Vikingos’ se cosió para las grandes producciones de los años 60’Humberto Cornejo lleva desde la década de los 70 al frente de Sastrería Cornejo, una empresa familiar con 50 trabajadores que nació con una modesta colección y ahora viste las grandes superproducciones del cine mundial. Fundó el negocio su abuelo en 1920 y, tras la guerra, comenzó a especializarse en el vestuario para películas para vivir su momento de oro en los años 60 con la grabación en España de grandes producciones como El Cid o Rey de Reyes.
- Un total de 40 trajes de su propiedad están se muestran ahora en los escaparates de Teruel, ¿es habitual que los presten para exposiciones?
- Sí, solemos cederlos para exposiciones relacionadas con el mundo del cine, pero no es habitual que haya una exposición tan grande como la que ahora se exhibe en Teruel.
- ¿Hay mucha diferencia entre el traje de un particular y uno para el cine?
- Muchísimas, para el espectáculo seguimos las indicaciones y directrices del figurinista, que es quien lo dibuja y elige las telas. Ha habido ocasiones en las que hemos reproducido trajes porque un particular quería casarse con él, en esos encargos seguimos lo que él nos dice. La otra diferencia fundamental es que una creación para una película tiene que responder al figurín y además el actor tiene que estar cómodo.
- ¿Se tiene en cuenta que los materiales correspondan con la época que se recrea?
- Seguimos lo que nos marcan los figurinistas, pero a veces es difícil encontrar materiales de determinadas épocas. Hay figurinistas que emplean telas que son imposibles en esa época, en El perro del hortelano, con figurines de Pedro Moreno, los trajes eran de esa época, pero se usaron sedas que evidentemente, no. Ahora hay técnicas de serigrafía que nos permiten imitar los dibujos que plantea el figurinista.
- ¿Cuáles son las creaciones más difíciles?
- La temática juega un papel fundamental, no es lo mismo una película realista, aunque sea de un siglo pasado, que de fantasía, que no tienes la base de un momento histórico. A medida que vamos retrocediendo en el tiempo se complica la cosa y luego está la complejidad del figurinista. También los materiales pueden dificultar mucho el trabajo.
- ¿El vestuario de cine se vende o se alquila?
- En el cine y las series nunca se compra la ropa, se entrega en régimen de alquiler, estrenan la ropa y después vuelve a nuestros almacenes. Hay veces que por contrato no se puede utilizar hasta que se estrena la película, en otras ocasiones hasta seis meses después. Trabajamos con grandes figurinistas, muy exigentes, y luego esos trajes incrementan nuestro almacén, en continuo crecimiento. Sí hay productoras que se quedan con trajes de protagonistas y algunos actores exigen por contrato su vestuario.
- ¿Reutilizan los trajes?
- Sí, y en películas famosísimas. En los años 80 para Conan el bárbaro se confeccionó toda la ropa, ahora es impensable. Hay veces que una misma figurinista aprovecha sus creaciones, en Robin Hood se usaron muchísimos de los trajes de El Reino de los Cielos. En otras ocasiones se han aprovechado los de otra figurinista, como en Shakespeare in Love, que se hizo con vestuario de Reina Margot. La reutilización es frecuentísima porque nadie puede costearse hacer todos los trajes, la última que recuerdo es El Perfume, porque había que ambientarla, se iba a estropear el vestuario. Se hace en las series también, parte del material de Juego de tronos y Vikingos se confeccionó en los años 60 para el rodaje de La Caída del Imperio Romano. Se arreglan, si hay que teñirlos se tiñen o se adornan.
- ¿También el cine nacional?
- Alejandro Amenábar empieza ahora a rodar una película sobre la guerra civil y se ha reutilizado mucho, aunque con alguna transformación porque al director y a la figurinista, Sonia Grandes, no les convencía el verde de los uniformes de los legionarios y lo hemos teñido, es más barato teñir que hacer nuevos trajes.
- ¿Recuerda alguna confección por su complejidad?
- Hace algunos años hicimos un Don Juan Tenorio para la Compañía Nacional de Teatro Clásico a partir de figurines de Dalí reinterpretados por Pedro Moreno. Yo veía algunas cosas que eran irrealizables pero el día que se estrenó comprendí que lo habíamos conseguido. A veces nos da miedo usar materiales nuevos, pero tengo gente valiente en el taller y estamos siempre aprendiendo.
- ¿Para una misma película trabajan varias sastrerías?
- En las producciones internacionales trabajan varias. Nosotros tenemos 50 personas y talleres externos, el mercado nacional no es suficiente. Hay series que en una temporada utilizan 2.000 trajes y de esos, 300 nos los alquilan a nosotros, por ejemplo.