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Emma y Claudia, regentan ‘Lo molí’ de Calaceite: “Es difícil llevar un restaurante en Teruel si no hay movilidad ni afluencia de gente” Emma y Claudia, regentan ‘Lo molí’ de Calaceite: “Es difícil llevar un restaurante en Teruel si no hay movilidad ni afluencia de gente”
Emma y Claudia Mallén, en el restaurante Lo Molí de Calaceite

Emma y Claudia, regentan ‘Lo molí’ de Calaceite: “Es difícil llevar un restaurante en Teruel si no hay movilidad ni afluencia de gente”

Acaban de reabrir su negocio, su proyecto personal, que cada día acumula mejores valoraciones de sus clientes
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Las hermanas Emma y Claudia Mallén son dos emprendedoras jovencísimas que llevan años dedicadas al sector de la hostelería. Desde hace tres están al frente del restaurante Lo Molí de Calaceite. Su cocina, su trato y su servicio acumula valoraciones altísimas en redes sociales. Emma empezó estudiando Grado Medio de Servicios e hizo sus prácticas en el complejo de Panticosa Resort. Allí inició  su carrera profesional, que completó durante 12 años en el Parador de Alcañiz. Claudia cursó Grado Medio de Cocina y completó sus estudios con dos años de otro Grado Medio de Pastelería, Panadería y Confitería en la Escuela San Lorenzo de Huesca. Una enfermedad crónica de Claudia la convenció para emprender su propio negocio. Al proyecto se incorporó su hermana Emma.

-Vuelven al trabajo después de varios meses paradas. ¿Cuánto tiempo han estado sin trabajar y cómo lo han llevado?

-Hemos estado cerradas durante cinco meses. La espera se ha hecho larga, un poco surrealista, porque no vives tu vida habitual. Nos hemos dedicado a hacer actividades para las que nunca tenemos tiempo.

-¿Por qué tomaron la decisión de cerrar el negocio?

-No fue decisión propia. Al no tener terraza se nos impuso el cierre en interiores, y consideramos que fue un error por parte de la administración, que podría haberse limitado a reducir el aforo como ha hecho ahora, para no tener que empezar desde cero otra vez. En diciembre se nos dio la opción de reabrir, pero decidimos esperar a que mejorara la situación.

-¿Cómo fueron los meses anteriores a la decisión de cierre? 

-Después del primer confinamiento empezamos a trabajar bastante, con mucha afluencia de gente. Hasta el último día que estuvimos abiertas teníamos el restaurante lleno, cumpliendo todas las normativas.

-¿Se puede un autónomo mantener mínimamente en aquellas circunstancias tan complicadas?

-Aunque es difícil estar cerradas, lo es más abrir sin que haya movilidad ni afluencia de gente de otras comunidades. 

-¿Qué les ha llevado a decidirse por la reapertura?

-Nos parece que es un buen momento para volver abrir, ya que vamos de cara el buen tiempo y esperamos que poco a poco vayan aflojando restricciones y abriendo la movilidad con otras comunidades autónomas. En diciembre nos parecía precipitado volver abrir, dada la situación que había.

-¿Se les ha ayudado desde alguna administración a superar este último año?

-Desde las administraciones no hemos recibido ninguna ayuda, aunque la hemos solicitado. Durante el periodo de cierre, la única empleada que tenemos cobraba por el Erte y nosotras, al ser autónomas, de la mutua.

-¿Qué esperan de esta nueva temporada que empieza?

-Ahora al principio no esperamos mucha afluencia de gente. Pero a medida que abran las comunidades, confiamos en que podremos trabajar como el año pasado.

-¿Cómo afectaron las limitaciones de aforo?

-Lo único que nos afectado es que no podemos sentar a gente en la barra y que tenemos que separar a la gente en varias mesas.

-¿De qué manera ha cambiado su trabajo desde la pandemia por covid?

-Casi no nos acordamos ya, (risas). Por un lado, antes de la pandemia habíamos conseguido un ritmo de trabajo estable, e incluso pensabamos en contratar personal de continuo, pero ya con el primer confinamiento vimos que no era viable, sobre todo por la inestabilidad que nos creó la pandemia. Por otra parte, se ha notado exponencialmente en el turismo en la zona.

-¿Qué tipo de cocina ofrececen en Lo Molí?

-Nuestra cocina está pensada para comer de forma saludable y sabrosa a la vez, intentando que sea apta para todos (celiacos, vegetarianos….). Tratamos con mucho cariño todos los productos, utilizando productos de la provincia, intentando vender calidad a buen precio, además de originalidad. 

-¿Cuánto tiempo llevan dedicadas a la hostelería y cuándo decidieron que era momento de emprender su propio proyecto?

-Toda nuestra familia ha estado ligada a la hostelería. Desde muy jóvenes nos hemos dedicado al sector y hemos estudiado para dedicarnos en cuerpo y alma y con todos los conocimientos posibles. El hecho de que a Claudia le diagnosticaran una enfermedad crónica y que tuviera que ir de empresa en empresa fue determinante para que consideráramos la posibilidad de abrir un negocio propio, incorporando a mi madre. Nos parecía muy importante que mi madre pudiera tener un trabajo fijo de forma continuada para que pueda terminar de cotizar en la seguridad social, ya que se ha dedicado muchos años a nuestra crianza y al cuidado de mis abuelos.

-No es un buen momento para hablar de ello, pero ¿tienen planes de futuro distintos a Lo Molí de Calaceite?

-Hoy en día es difícil hablar de proyectos de futuro. En este momento, lo que más deseamos es seguir con nuestro restaurante Lo Moli y hacer lo que mejor sabemos hacer.