Emilio Monís, creador de joyas a partir de hojas de árboles: “La técnica es muy realista, reproduce los detalles más finos de las nervaduras de las hojas”
“Trabajo con todo tipo de árboles, aunque prefiero láminas anchas y que no sean excesivamente lobuladas”Emilio Monís es un artesano que convierte hojas de diferentes árboles en originales complementos de bisutería. El pasado fin de semana acudió desde Cataluña, donde vive, para asistir a la Feria de la Trufa de Secano de Torre de las Arcas.
-¿Cómo es el proceso para convertir las hojas en bisutería?
-Todas las piezas están hechas a partir de hojas naturales de árbol. En algunos casos elijo las más pequeñas, porque, por ejemplo, las hojas de higuera son muy grandes, y tengo que seleccionar las adecuadas para hacer un abalorio. Utilizo un proceso llamado electroformación.
-¿En qué consiste?
-Se trata de aplicar un barniz conductor sobre la hoja. Luego la introduzco en un baño de galvanoplastia, que es un baño que transfiere metal a través de la electricidad desde unas placas de cobre hacia la hoja. Así, el metal se va depositando sobre la hoja y, cuando alcanza el grosor necesario, saco la pieza del baño, la limpio y retiro la hoja original. Lo que queda es un negativo de la hoja, completamente reproducido en metal. Después, aplico un esmalte de joyería, que es el mismo que se utiliza para joyas de plata, pero adaptado al cobre. Este esmalte no solo protege la pieza, sino que también permite reproducir los colores naturales de las hojas. Por ejemplo, en las hojas caducas intento reproducir los tonos otoñales, que son muy llamativos. En el caso de las hojas perennes, como las de olivo, utilizo colores que reflejan su estado natural.
-¿El color de las piezas no es el original de la hoja?
-No, no lo es. El color que tienen es el que les doy con los esmaltes que aplico. Para preservar el cobre, primero le pongo un esmalte transparente, que evita que se oxide. Sobre esa capa transparente añado colores o combinaciones de colores, según el efecto que quiero conseguir.
-¿Las vetas y las nervaduras sí son auténticas?
-Sí, el metal al depositarse átomo a átomo sobre la hoja, reproduce fielmente cada detalle. Por ejemplo, las hojas de higuera tienen nervaduras muy marcadas, y estas quedan perfectamente plasmadas en las piezas. Las de olivo son más delicadas, y a veces necesitan un trabajo adicional para resaltarlas. Algo que me satisface mucho de esta técnica es que reproduce hasta los detalles más finos de las nervaduras de la hoja, lo que da un resultado muy realista y único.
-¿Es un proceso largo? ¿Cuánto tiempo le lleva completar una pieza?
-Sí, puede serlo. Cada hoja puede estar entre 4 y 6 horas en la cubeta, dependiendo del tamaño que tiene y también de la temperatura. Por supuesto, no trabajo con una hoja a la vez, proceso varias simultáneamente.
-¿Cada pieza de joyería está basada en una hoja real?
-Sí, así es. Cada hoja es única porque está hecha a partir de una hoja real que yo recojo personalmente. A veces las encuentro sin buscarlas expresamente, pero en otros casos, como con las de olivo, salgo a buscarlas específicamente y selecciono las más bonitas, las más regulares.
-¿De qué árboles obtiene su materia prima?
-Trabajo con hojas de higuera, ortiga, escarrón que es un tipo de arce que crece mucho en el prepirineo, olmo, almez o litonero y diferentes especies de roble. También hago piezas con hojas de abedul, que no crecen por esta zona, y con hojas de ginkgo, que son muy bonitas.
-¿Sirven todo tipo de hojas?
-Prefiero hojas anchas y que no sean excesivamente lobuladas, porque si tienen partes demasiado finas, el material podría debilitarse y romperse durante el proceso.
-¿Acepta encargos personalizados?
-Sí, puedo hacerlo, pero hay que tener en cuenta ciertas limitaciones. No todas las hojas se prestan para este proceso debido a problemas de resistencia. Si la hoja tiene partes muy estrechas o finas, la pieza final podría quebrarse por ahí. Por eso utilizo esmaltes de joyería, que son muy resistentes. Este tipo de esmalte garantiza que la pieza final sea duradera y no se deteriore rápidamente.
-¿Dónde vende sus creaciones artesanas?
-No me dedico a esto profesionalmente y vendo principalmente en ferias. Mi clientela es muy variada, pero generalmente son personas que valoran la artesanía real, hecha con amor y con un proceso auténticamente artesanal. A diferencia de otras piezas que solo ensamblan cuentas ya fabricadas, las mías tienen un trabajo detrás que la gente que aprecia la naturaleza suele valorar mucho. Por ejemplo, en la zona donde vivo, las hojas de olivo son muy populares porque es un cultivo autóctono, y a la gente le gusta tener algo que represente su entorno.
-¿Cómo se le ocurrió esta idea?
-Me inspiré al ver que esta técnica se utilizaba para cubrir hojas con cobre y añadirles una pátina. Pensé que podía llevarla un paso más allá, añadiendo esmalte para reproducir los colores naturales de las hojas. Este añadido no sólo complica el proceso, sino que también le da mucho más valor a las piezas que se obtienen. Para mí, el resultado es mucho más bonito porque reproduce los colores reales de las hojas, algo que el cobre por sí solo no permite. Quería hacer algo diferente y único, y creo que lo he conseguido.