Emilio Mateo, sobre su bici en el Camino Natural Santander-Mediterráneo. J. L. R.
Emilio Mateo, guía de montaña: “Teruel tiene lo que está buscando ahora el viajero, que es alejarse de los lugares masificados”
Acompaña a grupos en Islandia desde hace una década y en sus expediciones ha recorrido medio mundo
Emilio Mateo es natural de Fuentes Claras. Aunque últimamente está pasando unos días en casa, en los últimos años es habitual encontrarle en Islandia, donde trabaja como guía de expediciones. Es, además, una de las voces más reconocidas en el entorno de la ruta cicloturista Montañas Vacías y conduce a grupos por la “Laponia Española”.
-¿Qué hace un vecino de Fuentes Claras en Islandia? ¿Cómo acabó allí?
-Soy guía de expediciones y trabajo sobre todo el Islandia pero también he trabajado Sudáfrica, en Lesoto, en Suazilandia, Australia, Tazmania, Cabo Verde ... he hecho el trecking del K2 en Pakistán y el de Valtoro.
A Islandia llegué en bicicleta. Fue un viaje de locura que decidimos porque lo hicimos a finales de septiembre y principios de octubre hace trece años o así. Me enamoré del país. Aun así, me dije que la había visto y que no creía que fuese a volver y, mira, he pasado cerca de años de mi vida allí con todas las expediciones que he guiado. Luego empecé trabajar con una agencia, que me propuso guiar expediciones allí. Y así he llegado hasta hoy.
-Después de la pandemia de covid, ¿cuánto han cambiado las expediciones?
-Después de la pandemia la actividad se ha multiplicado. Nosotros no paramos y cada vez hay más trabajo y más gente que quiere viajar y la sensación de estos años ha sido de desbordamiento. Hay muchísima gente.
-¿Ese incremento en el número de viajeros llega acompañado de nuevos perfiles de cliente?
-Hace unos años era muy poca la gente que se atrevía a ir a un país como Islandia y tenía un perfil muy aventurero, pero ahora es un destino muy reconocido y está muy de moda. A mí me recuerda un poco a Teruel porque es un lugar que no se conocía, que era la gema escondida y que se empieza a explotar. Y ahora tienes un perfil amplísimo de gente porque, además, está adaptado a todo tipo de personas.
A Islandia puede ir casi cualquiera. El otro día me encontré a unos chicos de Huesca que estaban haciendo actividades muy potentes esquiando por ahí ellos solos y un amigo mío está cruzando el glaciar de Vatnajokull pero es un destino al que también podrían ir mis padres tranquilamente. Va gente de 70 u 80 años .
Una de las cosas positivas que tiene Islandia es que puedes visitar unos glaciares a cien metros de un parking de coches, que eso no ocurre en ningún país del mundo, a no ser que seas un montañero de primera categoría.
-Cuando está trabajando en Islandia ¿Tiene que dar muchas explicaciones sobre dónde está Teruel?
-Trabajo con muchos clientes de Catalunya y casi el 90 por ciento son descendientes de alguien de Teruel y su abuelo o su padre eran turolenses. Ahora he tenido un grupo procedente de Costa Rica y dos de ellos conocían Teruel porque habían vivido en España y les sonaba.
-¿Por lo que decía antes, que Teruel es una perla por descubrir?
-Yo creo que ya no está por descubrir porque la gente lo está descubriendo. Yo guiaba en Australia en un lugar que se llama la Valley o Giants que tenía pinturas de los bosquimanos, piedra de rodeno y me sentía como si estuviera caminando por Albarracín. Yo creo que Teruel es un continente en miniatura por su geología y biodiversidad y cuando la gente viene se pregunta que por qué no había llegado aquí antes. Y además tiene un cosa que es lo que está buscando ahora el viajero, que es alejarse de los lugares masificados.
El que viajaba antes ya no va a Florencia o Venecia porque te vas dando pisotones con todos los turistas y prefiere venir a Teruel y quedarse en cualquier pueblecito.
-La provincia de Teruel tiene atractivos como los bloques de escalda de boulder de Albarracín o desde hace poco la ruta ciclista Montañas Vacías.
-Sí, de hecho una compañera que también es guía ha estado escalando en Albarracín este fin de semana. Albarracín es una potencia mundial en cuanto a escalada y se lo conoce en todo el mundo. Y ahora, gracias a la ruta de Ernesto (Pastor) de Montañas Vacías la provincia se ha convertido también en un destino número uno para ciclistas, ciclistas de gravel y ciclistas de aventura. Y yo creo que va a continuar porque Ernesto va a ampliar la ruta a toda la provincia.
-¿Por qué es tan positivo el turismo de bicicleta?
-Lo primero, porque es un turismo lento y observador. A veces hay un turismo que va demasiado rápido a los sitios y el turista de bicicleta puede ver más cosas. Además, el ciclista no carga con cosas y necesita ir abasteciéndose todo el tiempo por lo que es un turismo que va dejando dinero por donde pasa.
-Usted es natural de Fuentes Claras y por su pueblo pasa en Camino Natural Santander-Mediterráneo. ¿Cree que puede convertirse en otro polo de atracción turístico deportiva?
-Creo que va a ser una de las rutas número uno en Teruel. Lo mismo que pasa en la Sierra de Albarracín le va a pasar a la gente en los pueblo cuando empiecen a ver a las familias holandesas o francesas montadas en bicicleta. Creo que es otra forma de abrirlo todo y de poner en conexión dos mundos.
-¿Qué hace un vecino de Fuentes Claras en Islandia? ¿Cómo acabó allí?
-Soy guía de expediciones y trabajo sobre todo el Islandia pero también he trabajado Sudáfrica, en Lesoto, en Suazilandia, Australia, Tazmania, Cabo Verde ... he hecho el trecking del K2 en Pakistán y el de Valtoro.
A Islandia llegué en bicicleta. Fue un viaje de locura que decidimos porque lo hicimos a finales de septiembre y principios de octubre hace trece años o así. Me enamoré del país. Aun así, me dije que la había visto y que no creía que fuese a volver y, mira, he pasado cerca de años de mi vida allí con todas las expediciones que he guiado. Luego empecé trabajar con una agencia, que me propuso guiar expediciones allí. Y así he llegado hasta hoy.
-Después de la pandemia de covid, ¿cuánto han cambiado las expediciones?
-Después de la pandemia la actividad se ha multiplicado. Nosotros no paramos y cada vez hay más trabajo y más gente que quiere viajar y la sensación de estos años ha sido de desbordamiento. Hay muchísima gente.
-¿Ese incremento en el número de viajeros llega acompañado de nuevos perfiles de cliente?
-Hace unos años era muy poca la gente que se atrevía a ir a un país como Islandia y tenía un perfil muy aventurero, pero ahora es un destino muy reconocido y está muy de moda. A mí me recuerda un poco a Teruel porque es un lugar que no se conocía, que era la gema escondida y que se empieza a explotar. Y ahora tienes un perfil amplísimo de gente porque, además, está adaptado a todo tipo de personas.
A Islandia puede ir casi cualquiera. El otro día me encontré a unos chicos de Huesca que estaban haciendo actividades muy potentes esquiando por ahí ellos solos y un amigo mío está cruzando el glaciar de Vatnajokull pero es un destino al que también podrían ir mis padres tranquilamente. Va gente de 70 u 80 años .
Una de las cosas positivas que tiene Islandia es que puedes visitar unos glaciares a cien metros de un parking de coches, que eso no ocurre en ningún país del mundo, a no ser que seas un montañero de primera categoría.
-Cuando está trabajando en Islandia ¿Tiene que dar muchas explicaciones sobre dónde está Teruel?
-Trabajo con muchos clientes de Catalunya y casi el 90 por ciento son descendientes de alguien de Teruel y su abuelo o su padre eran turolenses. Ahora he tenido un grupo procedente de Costa Rica y dos de ellos conocían Teruel porque habían vivido en España y les sonaba.
-¿Por lo que decía antes, que Teruel es una perla por descubrir?
-Yo creo que ya no está por descubrir porque la gente lo está descubriendo. Yo guiaba en Australia en un lugar que se llama la Valley o Giants que tenía pinturas de los bosquimanos, piedra de rodeno y me sentía como si estuviera caminando por Albarracín. Yo creo que Teruel es un continente en miniatura por su geología y biodiversidad y cuando la gente viene se pregunta que por qué no había llegado aquí antes. Y además tiene un cosa que es lo que está buscando ahora el viajero, que es alejarse de los lugares masificados.
El que viajaba antes ya no va a Florencia o Venecia porque te vas dando pisotones con todos los turistas y prefiere venir a Teruel y quedarse en cualquier pueblecito.
-La provincia de Teruel tiene atractivos como los bloques de escalda de boulder de Albarracín o desde hace poco la ruta ciclista Montañas Vacías.
-Sí, de hecho una compañera que también es guía ha estado escalando en Albarracín este fin de semana. Albarracín es una potencia mundial en cuanto a escalada y se lo conoce en todo el mundo. Y ahora, gracias a la ruta de Ernesto (Pastor) de Montañas Vacías la provincia se ha convertido también en un destino número uno para ciclistas, ciclistas de gravel y ciclistas de aventura. Y yo creo que va a continuar porque Ernesto va a ampliar la ruta a toda la provincia.
-¿Por qué es tan positivo el turismo de bicicleta?
-Lo primero, porque es un turismo lento y observador. A veces hay un turismo que va demasiado rápido a los sitios y el turista de bicicleta puede ver más cosas. Además, el ciclista no carga con cosas y necesita ir abasteciéndose todo el tiempo por lo que es un turismo que va dejando dinero por donde pasa.
-Usted es natural de Fuentes Claras y por su pueblo pasa en Camino Natural Santander-Mediterráneo. ¿Cree que puede convertirse en otro polo de atracción turístico deportiva?
-Creo que va a ser una de las rutas número uno en Teruel. Lo mismo que pasa en la Sierra de Albarracín le va a pasar a la gente en los pueblo cuando empiecen a ver a las familias holandesas o francesas montadas en bicicleta. Creo que es otra forma de abrirlo todo y de poner en conexión dos mundos.