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Eloy Cutanda, autor de un libro sobre la represión franquista en Villar del Cobo: “Contra el secretario de Villar del Cobo hubo gran inquina, tanto de la izquierda como de la derecha” Eloy Cutanda, autor de un libro sobre la represión franquista en Villar del Cobo: “Contra el secretario de Villar del Cobo hubo gran inquina, tanto de la izquierda como de la derecha”
Eloy Cutanda, durante la presentación de su libro en Villar del Cobo

Eloy Cutanda, autor de un libro sobre la represión franquista en Villar del Cobo: “Contra el secretario de Villar del Cobo hubo gran inquina, tanto de la izquierda como de la derecha”

“Resulta llamativo que fuera represaliado porque es un hombre monárquico y que escribía artículos en prensa”
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Cruz Aguilar

Eloy Cutanda es de Cella, pero con un gran arraigo a Villar del Cobo, donde ha centrado varias de sus investigaciones. Doctor en Historia, es autor de diferentes obras sobre la represión franquista y acaba de publicar El secretario. Una nota a pie de página sobre la guerra civil en Villar del Cobo.

-¿Qué interés tiene para el estudio histórico la biografía del secretario del Ayuntamiento de Villar del Cobo, Jesús Almazán?

-Lo que pretendo es reconstruir su trayectoria vital y ponerla en relación con problemas políticos, sociales y económicos de esa época y con esas personas que vivían en el pueblo.

-Se trata de un funcionario conservador, con tesis fascistas que, sin embargo, sufrió represión durante el franquismo.

-Sí, eso es lo llamativo del caso. Cuando hice un trabajo previo de la represión franquista en un listado de nombres figuraba como represaliado franquista y fue sometido a un procedimiento sumarísimo, a un consejo de guerra y se le abrió un expediente de responsabilidades políticas. Es verdad que del consejo fue absuelto, pero técnicamente figura como represaliado. Lo que es llamativo es que él es un hombre monárquico, escribe en la prensa y se ven claramente sus tesis, incluso tiene el carné del Somatén.

-¿Y qué le llevó entonces a ser represalias?

-A un suceso, a un incidente, en principio el secretario del Ayuntamiento es el que tiene que tener las llaves para abrir y cerrar las puertas y cuando la Guardia Civil el día 22, cumpliendo con el bando de guerra, acude a hacer el cambio de gestora, las llaves no aparecen y no se puede hacer. Digamos que el golpe no triunfó pero no quedó claro quién tenía las llaves, el secretario dice que las tenían los socialistas pero la Guardia Civil acusa al secretario, que es lo extraño del caso. También toda la corporación de derechas que había en el Ayuntamiento y la que surge después del golpe sigue acusando a Almazán. Hay algo extraño que no sabemos, porque la inquina no es sólo de la gente de izquierdas, sino que la gente de derechas también es contraria al secretario. La inquina de la gente de izquierdas se entiende, le acusan de señalar al médico y que por eso fuera fusilado, pero la de la gente de derechas no, porque que él abandonara su puesto de secretario hacía daño al Ayuntamiento, pero sólo por eso no acusas a alguien de comunista y masón, como aparece en los papeles de la Guardia Civil, está claro que iban a por él.

-¿Qué artículos escribía?

-Algunos tienen que ver con la política nacional, como la guerra de Marruecos, y otros con la actividad local, la madera, los pastos… 1924 fue un año en el que publicó muchísimo en los periódicos de José Torán de la Rad, del que se supone que era bastante amigo.

-Habla de que se atreve a plagiar párrafos enteros de otros colaboradores de prensa. ¿Esto era habitual en la época?

-Yo no lo sé, me he quedado sorprendido, esto es lo que tiene para bien y para mal internet. En mis lecturas de tantos años he visto cosas que me sonaban, además he detectado cambios de estilo y, buscando, he encontrado párrafos enteros plagiados, incluso un artículo entero que está copiado. ¿Quién podía darse cuenta de esto en Teruel? Pues era difícil, pero desde luego él plagiaba.

-¿Cómo surge la publicación?

-De la investigación previa que realicé en 2017 sobre la represión franquista. Ahí me di cuenta de lo que pasaba con este hombre, me llamó la atención por su profesión, sus años, tenía 57 entonces y por la por la dureza con que se le trataba. Empecé a investigar y tuve la suerte de que él había escrito parte de su biografía en una especie de alegación, de escrito de descargos donde contaba lo que le había pasado y lo que no. ¿Qué puede ser verdad y que no? Pues hay que ponerlo en duda, pero yo trato de enlazar con lo que descubro de otros protagonistas, el alcalde, otros secretarios, el médico, que fue secuestrado el 27 de julio… Los historiadores cuando tenemos material podemos tirar, porque por mucho que nos hagamos la pregunta de quién era este hombre, si no tenemos documentación, no se puede seguir.

-¿Qué documentos ha rastreado para llevarla a cabo?

-Muchos, del archivo de Teruel, de Zaragoza, del Histórico Nacional y también documentación de prensa histórica.

-¿Estamos ante un ensayo, no una novela?

-Podría haber dado para una novela histórica, pero yo sé hacer mejor el trabajo histórico que ponerme a novelar. La verdad es que la vida de este hombre daría para un guión.

-¿Queda mucho por investigar en la Sierra de Albarracín?

-Hay que hacer un estudio global sobre la sierra, sobre la república y la guerra civil y posguerra. Hasta la república llegó Pedro Saz, pero deberíamos partir de esa investigación y hacer un estudio global. Por ejemplo, todo el tema de los somatenes durante la posguerra está por estudiar. Estamos hablando de historia cultural también, como el tema de las relaciones con los secretarios y los ayuntamientos falta por investigar, lo que pasa es que son temas muy cercanos y hay que andarse con pies de plomo a la hora de exponer nombres. Hay gente que tuvo en los años 50 responsabilidades y acaba de morir recientemente, digamos que aún picaría a la gente, pero queda mucho trabajo por hacer.

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