Eduardo Viñuales, escritor y naturalista: “Las choperas de Pancrudo son un bosque muy curioso por la acción del trasmocho”
Eduardo Viñuales es escritor y naturalista. Desde pequeño le ha gustado el medio ambiente, lo que le llevó a estudiar para Guarda Forestal. Ha trabajado durante varios años en el Parque Nacional de Ordesa y en otros espacios naturales para el Gobierno de Aragón. Su interés por la naturaleza le ha llevado a escribir varios libros, como Rutas por los bosques más bellos de Aragón, que presentó este miércoles en Andorra o Excursiones a lugares mágicos de Aragón, junto con Antón Castro, que presentarán el próximo 3 de marzo en el hotel Torre del Visco de Fuentespalda.
-¿Qué rutas recoge en su libro?
-El libro son 40 rutas distribuidas por Zaragoza, Huesca y Teruel. Es un libro excursionista y a la vez naturalista, con información de la fauna, flora, y muchas historias de alrededor del mundo de los bosques; leyendas, beneficios o lo que suponen los incendios forestales. También hay recuadros especialmente dedicados a algunas especies de fauna y flora, como el Urogallo en el Pirineo. Es un libro práctico, 40 rutas por 40 bosques variados.
-¿Por qué bosques discurren estas 40 rutas?
Hay de todo, desde los pinos negros de la alta montaña en el Pirineo aragonés, a los pinares del Rodeno de Albarracín. Los bosques de pino más mediterráneo de los puertos de Beceite u otros menos conocidos, como el Sabinar de Olalla, que está en la Comarca del Jiloca, o el Pinsapar de Orcajo, que está cerca de Daroca. Este es un bosque repoblado, de tipo artificial, pero muy interesante. Sobre todo, muestro bosques autóctonos, pero se mezclan algunas curiosidades como esta.
-¿Qué curiosidades tiene la provincia de Teruel?
-Hay un recorrido que saldría de lo que aparece en otras guías de bosques de España, los chopos cabeceros del Río de Pancrudo, en Barrachina. Es un bosque de rivera, arbolado, muy curioso por la acción del trasmocho, o de la escamonda, que es cortarles las ramas para obtener vigas. Es muy curioso porque todos esos chopos cabeceros tienen dueño, y muchos de ellos están marcados con pintura o con alguna muesca, para saber a quién pertenecen. En cada casa, lo habitual era que cuando nacía un bebé, se plantaba un chopo cabecero para que el día de mañana pudiera tener vigas para construirse su casa, su corral o su caseta. Eso es algo muy bonito, muy propio de Teruel. Otra curiosidad es el bosque de pino negro de alta montaña de Valdelinares, en el entorno de la estación de esquí y el Pico Peñarroya. Son árboles que están adaptados a la nieve, a la ventisca y a temperaturas bajo cero. Suelen crecer sin tan apenas suelo, directamente casi en la roca. Es un tesoro biogeográfico que está en la provincia de Teruel y que debe de ser conservado. De hecho, al poco de publicar el libro, fue declarado por parte del Gobierno de Aragón como una arboleda singular. Creo que es la primera arboleda singular de Aragón.
-¿Cómo conoce tan bien los bosques de Aragón?
-Para hacer el libro he tenido que recorrer muchas rutas, tomar notas y fijarse en la fauna y flora. Desde que era un crío he caminando por los bosques, las montañas y los ríos. Es una dedicación de siempre, una afición naturalista. Ese poso y ese andar por la vida me ha llevado a escribir este libro, que es el primero de una colección de la editorial Sua, una editorial del País Vasco, que ha sacado una colección que se llama Aragón. El primer título es este, Rutas por los bosques más bellos de Aragón, el segundo es otro que he escrito con Antón Castro, Excursión a lugares mágicos de Aragón.
-¿Cómo ha valorado cuáles eran los bosques más bellos?
-Sobre todo por su estado de conservación. Hay que buscar que sean lo más naturales posibles, aunque hay excepciones, como el de Orcajo de repoblación. Pero está tan naturalizado que podrías creerte que esta ahí de manera natural. También por su estado de conservación. He procurado elegir los bosques en función de la representatividad, que no todo fueran pinares o que no fueran todo bosques de encinas o de carrasca, que sería lo más habitual. Elegir un poco, un sabinar, un pinsapar, bosques de rivera, lo que se llaman sotos en el Valle del Ebro. Recoger un poco toda esa singularidad de formaciones boscosas y de árboles que encontramos en Aragón.
-Alguno se habrá quedado fuera.
-Aragón, como tiene muchos climas, tiene mucha diversidad. He tratado es que estuviesen distribuidos geográficamente por todo Aragón, para que no se quedara ningún vacio importante. De hecho, en las sierras de Teruel o Huesca tienen muchos sitios y se han quedado lugares en el tintero.