Diego Castanera, paleontólogo de la Fundación Dinópolis: "Los yacimientos de icnitas te muestran un momento de la vida de los dinosaurios"

El paleontólogo de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, Diego Castanera, es el autor principal de un artículo científico publicado en la revista de paleontología Palaeo 3, que vuelve a estudiar el yacimiento de icnitas de dinosaurios de Los Corrales del Pelejón en Galve, pero en esta ocasión profundizando en cómo era el ambiente en el que se formó, además de hacer un análisis exhaustivo de las huellas en tres dimensiones y su conservación.

-¿Qué información aportan los yacimientos de icnitas?
-Lo que nos aportan sobre todo es que representan un momento de la vida de los dinosaurios. Los huesos representan al animal ya muerto que ha fosilizado, mientras que las icnitas nos muestra un momento muy puntual de la parte de la vida del animal. Es muy interesante porque nos pueden dar información por ejemplo sobre cómo se comportaban los dinosaurios, cómo andaban, si lo hacían más rápido o más lento, si iban juntos o no. Eso complementa todo aquello que podemos conseguir a partir de los huesos también.

-¿Y puede llamar a engaño la interpretación que se haga de esas huellas? Lo pregunto porque a veces se cree que indican algo, pero luego otra investigación posterior lo rebate.
-Más que a engaños, lo que pasa es que en estos casos, como en el yacimiento de Los Corrales del Pelejón que es de hace cuarenta años, pues ha evolucionado mucho el conocimiento y sobre todo también las técnicas de estudio. Últimamente estamos trabajando mucho en temas de modelización en tres dimensiones, y a partir de esos modelos podemos tener unos mapas de profundidad de colores que nos permiten visualizar mucho las icnitas. A ese respecto sí que a veces las icnitas es complicado estudiarlas porque, por ejemplo, la luz es muy importante para su estudio, y si no tienes buenas fotos, que suelen ser a primera hora o última cuando es rasante, pues sí que puedes realizar interpretaciones que hoy en día con las tecnologías que utilizamos puede verse que no era así. Pero no es el caso del yacimiento de Los Corrales del Pelejón, me refiero a algo general.

Detectives

-Parecen detectives siguiendo las huellas, ¿no?
-Sí, la verdad es que es una ciencia muy descriptiva, porque son como pequeños pasos que se dan. Generalmente cuando trabajamos lo primero que vemos es una icnita en particular, que intentas ver qué forma tiene y las principales características, y luego das el siguiente paso para ver cómo es el rastro, y analizar cuál sería su velocidad a partir de diferentes fórmulas matemáticas.

-¿De qué manera permite todo eso imaginarse al animal en vida para reconstruir después sus movimientos?
-Ese es ya un paso final en todo este proceso; es ir poco a poco y en ese último paso es ya cuando me lo imagino andando. Primero se describe, después se clasifica y por último se interpretan esos datos.

-Comentaba que las tecnologías avanzan para estudiar los fósiles, ¿en qué influye eso en el conocimiento científico?
-A nivel de las icnitas el modelo en 3D te complementa y te permite hacer una interpretación. Además, la realización de modelos 3D de los yacimientos es muy importante para la preservación patrimonial de las huellas en caso de que en el futuro el afloramiento se degradara.

-¿Qué novedades aporta el último trabajo científico que ha publicado sobre Los Corrales del Pelejón?
-El yacimiento se conocía ya desde un primer trabajo inicial de 1983, luego en 1993 se hizo otro más divulgativo, y en este hemos unido la parte paleontológica con la sedimentológica. Nos centramos sobre todo en reconstruir cómo era el medio sedimentario, que hemos interpretado que sería una pequeña laguna cercana a un cauce fluvial. También hemos analizado todas las direcciones de los diferentes rastros y se ha visto que eran paralelas a la orilla de lo que sería esa laguna en relación con las estructuras sedimentarias que se observan en el yacimiento.

-En ese sitio hay huellas de terópodos sobre todo y llega a la conclusión de que tenían hábitos solitarios.
-Sí. Uno de mis primeros trabajos fue sobre el yacimiento de Las Cerradicas, y la conclusión es que algunos dinosaurios iban en manada, y a raíz de eso en Los Corrales del Pelejón me preguntaba si también iban andando juntos o separados. Esa pregunta desarrolló todo este trabajo y cuando analizas las orientaciones, sumado a las distintas velocidades que hemos obtenido y a los datos del conjunto, estamos viendo que el ambiente era importante en esa direccionalidad de los rastros e indica que los dinosaurios terópodos no iban andando en manada.

-¿Qué otros aspectos científicos destacan en el trabajo?
-Hemos visto que las huellas de los dinosaurios carnívoros se parecen mucho a huellas que se encuentran en otros yacimientos del Jurásico Superior europeo, incluidos algunos de aquí de Teruel; y sin embargo el rastro que hay de ornitópodo es algo ya que se parece mucho más a huellas que están en el Cretácico. No tenemos datos muy clarificadores, pero es algo interesante de cara a entender cómo cambian las faunas en el tránsito entre el Jurásico y el Cretácico