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David Nadal, Mapman y adjunto al Team Manager en el Tibau Team en el Dakar: “Para mí, estar dentro de la dirección del equipo Tibau Team cada día es un reto y un orgullo” David Nadal, Mapman y adjunto al Team Manager en el Tibau Team en el Dakar: “Para mí, estar dentro de la dirección del equipo Tibau Team cada día es un reto y un orgullo”

David Nadal, Mapman y adjunto al Team Manager en el Tibau Team en el Dakar: “Para mí, estar dentro de la dirección del equipo Tibau Team cada día es un reto y un orgullo”

El turolense participa por segundo año consecutivo en el Dakar, la carrera más dura del mundo
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José Luis Rubio

El nombre de David Nadal está intrínsecamente ligado al mundo del off road y por su casa, Masía Pelarda, pasan los pilotos y equipos punteros del panorama internacional para prepararse para las citas más importantes del calendario. además de un gran anfitrión, Nadal es un extraordinario navegante y así lo ha demostrado en incontables ocasiones desde el asiento derecho de los coches de carreras. Ahora se prepara para ayudar a su equipo, el Tibau Team, en una nueva edición del Dakar, la carrera más dura del mundo. Este domingo volará ya a Arabia Saudí con sus compañeros de aventura.

-¿Cuál es su función dentro del equipo en su segunda participación con el Tibau Team en el Dakar?

- Bueno, mi función es ir dentro de un equipo de camiones que realiza la asistencia en carrera a otros vehículos en competición. En este caso voy con el Tibau Team y nuestro principal objetivo, por ejemplo, es que camiones den servicio a Nasser Al Attiyah, Sebastián Loeb y a Cristina Gutiérrez, entre otros muchos, para que si tienen algún problema, estar muy cerca de ellos y poderles hacer la ayuda necesaria para que sigan peleando por el triunfo.

-Es una labor tapada, pero que es también muy importante dentro de la propia competición, dentro de los equipos punteros.

-Todo el mundo que compite en la car tiene algún tipo de asistencia, especialmente en coches. El que no lo hace siempre tiene problemas y muy graves. Por eso siempre los pilotos agradecen a los equipos y a toda la gente que ha ido detrás de ellos por haber conseguido el logro, porque es evidente que necesitas que una rueda de repuesto llegue el día de la etapa maratón, por ejemplo, y eso lo llevan los camiones que van en carrera. Cualquier problema o avería de un compañero de equipo lo tiene que solventar uno de estos caminones y es el compañero que te ayudará al día siguiente en cualquier cosa, te hará labores de escudero, te habrá mil cosas.

Ganar un Dakar no es casualidad sino que es una labor de equipo. Y la labor de los camiones en carrera es muy importante porque es la parte que no se ve pero que todos los grandes equipos necesitan.

-Es una labor tapada pero a la que no le falta ni emoción ni adrenalina.

-Para un equipo con una responsabilidad como esta, que es que puedes ayudar a ganar un Dakar, ya nos pasó el pasado año y es una responsabilidad pero también es emocionante. Para los que adoramos esto, aunque sea un trabajo, no dejas de estar ayudando a un gran equipo a ganar la carrera más dura del mundo. Entonces, sí tiene su parte de nervios y de responsabilidad porque dentro de cada equipo todo funciona y al Dakar no va cualquiera. Y dentro de un equipo, con los presupuestos tan enormes que se manejan y el dinero tan limitado que hay, hay que cubrir todas las áreas para todos los imprevistos. Para mí estar dentro de la dirección del equipo, en la que vamos a estar pendientes de todos los camiones, de todas las personas, de qué hacen en cada momento, de cómo moverlos, de qué cargar en qué vehículo, cada día es un reto, hay una tarea diferente y para mí es un reto y es un orgullo.

-Esta es la segunda vez que va con estas funciones a la carrera. ¿Cuál es el momento más crítico que recuerda del año pasado?

- Sin duda ninguna, fueron las últimas etapas donde Sebastián Loeb podía ganar a Carlos (Sainz). Nuestro trabajo era hacer que él ganara, y había que decidir qué recorridos hacían los camiones. Además, recuerdo que era una etapa en la que los neumáticos iban a ser muy limitantes. Y tener que tomar las decisiones de por dónde se iban a mover los camiones para llegar a ese punto, incluso por reglamento podían el año pasado abandonar la carrera y volver a entrar en otros puntos, fue una de mis tareas principales. Dependía de mi de que eso estuviera y de acertar. Y, claro, solo disponía de una cartografía de mapas de un ordenador para ayudarme a buscar los recorridos. Y la verdad es que fue un momento tenso, pero todos los vehículos estuvieron en su sitio. Y no dependió de mí que tuviera aquellos problemas y que no terminara de ganar la carrera. Pero estuvo muy interesante.

-¿Cómo se presenta esta edición de la carrera?

-Casi todos los años decimos la misma respuesta, pero yo he sentido que a nivel de coches este año es, creo que antes de empezar, de las más apasionantes porque hay muchas marcas grandes implicadas, muchos grandes pilotos y todos con una igualdad.

A priori, salen como favoritos los vehículos que nosotros llevamos a la asistencia, los Dacia, porque ganaron el rally de Marruecos, y no deja de ser una evolución del BRX, que es un coche que ya tiene ciertos años. Los Ford, pues hay una expectación importante, porque a pesar de ser su primer año de expectación, han funcionado muy bien, tienen varios pilotazos, no solo los dos españoles, y el presupuesto y la experiencia para hacerlo sería la primera vez que un vehículo ganara su primera participación. Tenemos a los Minis que vuelven a la carga, los han renovado, les han puesto las pilas. Al final es el mismo equipo de Audi que ha vuelto a sus orígenes.

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